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Deportes 6 de marzo de 2021

Peñarol dejó pasar el primer tren

Libertad de Sunchales se impuso 72-68. Dolorosa derrota ante un rival directo para llegar a play-offs. Este lunes a las 21.30 enfrenta a otro enemigo en esa carrera, La Unión de Formosa.

Foto LNB

Peñarol, que depende mucho de ganar los partidos ante los rivales directos para llegar a los play-offs, comenzó su participación en la última “ventana” de la Liga Nacional de Básquetbol cayendo 72-68 ante uno de ellos, Libertad de Sunchales, en una noche llena de altibajos.

El equipo marplatense, con una ofensiva prolija guiada por el reaparecido Diego Gerbaudo, jugó un aceptable primer cuarto. Controló bien el balón, tuvo buenos porcentajes en envíos largos y, en líneas generales, defendió bien.
Sin embargo, no pudo establecer quiebre en ese lapso. Libertad se mantuvo en juego también gracias a sus lanzamientos exteriores y terminó el parcial apenas 18-21 abajo.

La entrada en acción de la rotación no deparó los resultados esperados para Leandro Ramella. Lo que había sido una conducción atildada con Gerbaudo se convirtió en turbulencia. Peñarol, desconocido, sumó una pérdida tras otra y estuvo casi cinco minutos sin anotar tiros de cancha (apenas un punto de Sundiata Gaines).

El equipo santafesino, que perdía 20-24, pasó a ganar 31-25 con un gran pasaje de Augusto Alonso. Empero, sin jugar del todo bien y con aciertos aislados de Mitchell, los “milrayitas” pudieron achicar a un doble (36-38) antes del descanso.

 

 

 

libertad-peñarol-9

Con Gerbaudo otra vez en cancha y en buen nivel, Peñarol ordenó su ataque y recuperó el control del partido. El propio cordobés se hizo cargo de varias decisiones y Franco Pennacchiotti comenzó a gravitar en la pintura. Algunas decisiones individualistas de sus extranjeros en el mejor momento, de todos modos, le jugaron en contra. Y Libertad, que tiró menos de afuera y profundizó más el juego con Alloatti, reaccionó y logró nivelar en 53 antes del último parcial.

En el arranque del cuarto final, en el momento menos indicado, Peñarol defeccionó. Reaparecieron de golpe todas sus carencias ofensivas. Fue pura confusión. Y sufrió la baja forma de jugadores que llegaron con lo justo (sobre todo, Tony Mitchell) o la falta de ritmo de los que no jugaban hace tiempo, como Matías Sandes.

Libertad, con los contraataques definidos por Latraius Mosley y la gran noche de Augusto Alonso, sacó diez de ventaja en cinco minutos en los que Peñarol no anotó.

Esa luz fue decisiva. Aunque Pennacchiotti, el mejor de los marplatenses, tiró del carro para despertar a todos y lideró una reacción final, Alonso liquidó la historia con dos tiros libres a 14 segundos del final.