Por Marcelo Solari

Nadie podrá quitarle a la gente ni a los jugadores de Peñarol el legítimo derecho a festejar un triunfo de esos que cuestan una enormidad. Que se sufren como el de anoche. Ante un bravo Atenas de Córdoba al que el propio “milrayitas” le permitió ganar confianza y quedar a una jugada de quedarse con todo. En definitiva, más allá del resultado final de 93-92, habrá que valorar haber ganado en casa después de permitir más de 90 puntos del rival y de haber perdido 17 pelotas.

El gran inconveniente que afrontó Peñarol en el primer cuarto estuvo relacionado con el aspecto defensivo. Adelante estuvo bastante certero pero no consiguió sacar ventajas porque atrás no frenaba las estocadas rivales.

Y en cuanto mermó levemente su producción ofensiva, pagó muy caro su falta de solidez en su última línea. Por caso, Santiago Vaulet no pudo con Mateo Chiarini, y también sumaron Horace Spencer y Franco Baralle.

El “milrayitas” recibió 21 puntos en los primeros 7 minutos y llegó a perder por 16-23. Pero tuvo un cierre muy acertado, que incluyó un parcial de 9-0, con una mejor defensa, un triple de Patricio Tabárez y un muy activo Devin Thomas.

Esa sintonía defensiva que había empezado a aparecer en el tramo final del primer cuarto se ratificó en el segundo. Entonces sí, los de Gabriel Piccato estuvieron a la altura de lo esperado. Todos bajaron el tronco, abrieron las piernas y levantaron los brazos, tuvieron más movilidad y agresividad en la primera línea, y Atenas disminuyó drásticamente sus porcentajes de acierto. Los cordobeses anotaron apenas 14 puntos en ese segmento. Y Peñarol marcó diferencias con un excelente Matthew Shaw, muy útil en diversos aspectos.

El local no solo tomó un margen amplio de 11 puntos (44-33), sino que además maniató a un oponente que estuvo 3m30s sin anotar punto alguno. Y cuando el “griego” mostraba algún atisbo de reacción, en enorme triple a la carrera, ahogado por el rejo y con doble marca encima de Tomás Monacci, el conjunto de Garay y Santiago del Estero se llevó una buena ventaja a los vestuarios. Sustentada en un 80% en dobles y un 53% en triples, aunque también cometió 10 pérdidas.

Atenas volvió a tomar el control en el tercer cuarto. Aunque no consiguió pasar al frente en el resultado porque la ventaja acumulada era importante, volvió a desnudar algunas intermitencias defensivas del local. Otra vez volvió a hace daño con el trío Baralle-Spencer-Chiarini, y hacia el epílogo del parcial también Nathaniel Jones resultó productivo. Para los marplatenses, Devin Thomas sumó puntos y rebotes pero no tuvo demasiada compañía. La ventaja prácticamente se esfumó y quedó un escenario abierto de par en par rumbo al segmento final.

La paridad se volvió una constante. Porque, al igual que en otros pasajes de la noche, el “milrayitas” acertaba adelante pero, especialmente cuando a Thomas le tocó descansar, Atenas encontraba espacios y provocaba daños, ya sea con tiros en primera opción o a partir de la carga al rebote en ataque.

Atenas venía mal desde el perímetro hasta que el imparable Chiarini (26 puntos) dejó al local abajo por 8 (80-88) y en situación crítica a 3 minutos del epílogo.

En ese tramo final, Peñarol volvió a defender como la gente y llegó al rescate Tabárez, con 10 puntos y un pase-gol para Thomas en menos de dos minutos. Igual parecía que el festejo se iba para Córdoba tras un inconcebible error de Thomas por no desprenderse antes del balón. Claro que Chiarini, que venía para héroe, terminó siendo el villano, ya que falló sus dos últimos tiros libres (jugó los 40 minutos) con 3 segundos en el reloj.

Síntesis

Peñarol (93): G. Belardo 9, S. Vaulet 10, P. Tabárez 18, M. Shaw 16 y D. Thomas 26 (FI). J. Valinotti 5, J.M. Fernández 2, T. Monacchi 7. DT: Gabriel Piccato.

Atenas (92): F. Baralle 21, M. Charini 26, N. Jones 14, L. Arn 7 y H. Spencer 22 (x) (FI). N. Zurchsmitten 0, J.C. Oberto 2. DT: Osvaldo Arduh.

Estadio: Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas”.
Arbitros: Silvio Guzmán, Juan Fernández y Raúl Lorenzo.
Parciales: 25-25, 49-39 y 66-63.