La gastronomía peruana, que ganó prestigio internacional por la combinación de los sabores tradicionales con innovaciones culinarias, se funde en variados paisajes con historia y naturaleza que el turista puede visitar en las regiones donde nacieron los platos más reconocidos.

La región de Ica, reconocida por la fabricación del Pisco -el destilado típico de Perú que se produce desde el siglo XVI-, se encuentra a un poco más de 300 kilómetros de Lima.

Además de la Ruta del Pisco, en Ica se encuentra la Reserva Nacional de Paracas, una muestra representativa de los ecosistemas marinos del mar frío de la Corriente de Humboldt, También es la tierra donde están los antiguos geoglifos de las Líneas de Nazca, y donde en los últimos años se han descubierto 50 nuevos que incorporan dibujos que representan figuras concretas, como personas y animales, no sólo líneas, círculos y rectángulos.

Al sur del país, en la ciudad de Arequipa los turistas acuden a sus picanterías para degustar tradicionales platos como la malaya frita, la falda de res sancochada y la ocopa arequipeña.

Sin embargo, se puede hacer mucho más que comer un rico plato, y muchos visitantes se enamoran de la “Ciudad blanca”, llamada así por las edificaciones hechas de piedra volcánica que le dan su encanto característico.

Sus construcciones, museos, calles y la riqueza natural que la rodea -como los volcanes Misti, Chachani y Pichu Pichu-, hacen propicio que los aventureros se sientan transportados a épocas coloniales.

Su legado histórico, sus personajes icónicos y los imponentes paisajes hacen que sea una de las ciudades más atractivas para descubrir, que además de los valles y cañones, ofrece todo lo necesario para la práctica de deportes de aventura.

Cocina del restaurante La Nueva Palomino, en Arequipa.

Por su parte, la capital del país, Lima, es uno de los emblemas del turismo gastronómico, donde destaca la Causa Limeña, un plato de origen precolombino cuyo ingrediente principal es una de las cuatro mil variedades de papa, la amarilla, que se combina con mayonesa, ají amarillo, huevo, limón y se puede rellenar con pollo o atún.

En Lima se puede visitar Miraflores, una zona cerca del mar, con un extenso paseo marítimo que merece la pena recorrerlo y visitar las islas en el Océano Pacífico o animarse a nadar con lobos marinos.

Otras opciones interesantes son los picnics en los principales parques del Malecón de Miraflores o un tour en bicicleta para conocer la ciudad en dos ruedas.

Además, está la posibilidad de poderse sacar la clásica postal realizando un sobrevuelo en parapente o animarse a tomar clases de pisco.

Los amantes de la historia ancestral pueden recorrer los sitios arqueológicos, que tienen más de 1000 años de antigüedad y los edificios emblemáticos de Lima, como por ejemplo la Catedral de fachada renacentista con toques del estilo plateresco y torres neoclásicas con influencia escurialense.

En tanto, la región noramazónica del Perú ofrece platos típicos producidos a partir de técnicas milenarias con los productos de la selva, como la yuca y la chonta, que se combinan en diversas preparaciones.

Para todos aquellos que quieran visitar esta región, no se pueden perder la Reserva Nacional de Pacaya Samiria y ver a los delfines rosados en su hábitat natural.

Iquitos, su ciudad principal, cuenta con una gran belleza arquitectónica y tiene, por ejemplo, la Casa de Fierro, construida por Gustave Eiffel, el creador del famoso del reconocido ícono parisino, la Torre Eiffel.