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Policiales 15 de febrero de 2020

Piden ampliar informe forense en el caso del docente muerto

¿Asesinato o muerte accidental? Por un lado los forenses proponen la hipótesis de que Alejandro De Angeli fue asesinado a golpes. Por el otro, el fiscal no encuentra indicios de eso por el momento.

La muerte del docente Alejandro De Angeli, aquel hombre hallado sin vida dentro de su casa de Colinas Verdes a principios de mes, sigue siendo un desafío investigativo complejo y muestra de ello es la decisión del fiscal de la causa de revisar la conclusión forense que sugería el asesinato por sobre un posible accidente.

Fernando Castro, a cargo de la Unidad Fiscal N°1, envió a la Policía Científica un pedido de ampliación de los resultados de la autopsia para asegurarse de su carácter determinante, ya que por el momento la prueba recogida está en controversia.

Esta necesidad de Castro surge también a partir del hallazgo de las tarjetas bancarias y el teléfono celular de De Angeli, elementos que en un primer momento se creían desaparecidos. Esa supuesta falta aportaba el escenario de un hipotético robo pero las tarjetas estaban en una billetera y el teléfono marca Samsung fue encontrado entre un ligustro, justo al lado del automóvil Volkswagen Up de la víctima.

El informe del Cuerpo Médico Forense con la firma del jefe comisario inspector Adolfo Peñeñory proponía que De Angeli había recibido al menos dos golpes en la parte posterior del cráneo, lo que permitía inferir la intervención de otras personas. Luego, la condición física de De Angeli y otras circunstancias de la vida en solitario aceleraron el proceso hemorrágico que decantó en su fallecimiento dentro de su baño.

Ese dictamen forense obligó al fiscal Castro a enfocarse en el presunto asesinato de De Angeli, pero el avance de la investigación no dio ningún indicio -hasta las últimas horas- de que ello hubiera pasado. Los vecinos vieron llegar a De Angeli a su casa, los valores que poseía fueron hallados, el móvil de un crimen no se detectó y las cámaras de seguridad no mostraron nada extraño.

La posibilidad más sólida es que De Angeli haya sufrido los golpes en otro lado el viernes por la tarde y que cuando los vecinos lo vieron ya llevaba consigo esa doble lesión en la cabeza. Una mancha de sangre en una pared externa y algunas salpicaduras en el auto podían abonar esa teoría. Pero también existe la chance de que nunca hubiera sucedido la pelea. Que De Angeli se golpeara solo.

Según la ciencia forense en su informe preliminar, dos lesiones como las que presentaba el docente no pueden ser producidas por una caída. También es inverosímil que la víctima se cayera dos veces y se causaran las lesiones de forma consecutivas. Ese es el detalle, no menor sino clave, que el fiscal quiere tener despejado de cualquier duda.

De Angeli fue hallado el domingo 2 de febrero por un vecino del barrio Colinas Verdes. Estaba en el baño y en medio de un charco de sangre. La cama también mostraba restos hemáticos, señal inequívoca de que tras los golpes en la cabeza el docente se acostó hasta sentir la necesidad de ir al baño. Allí se sentó en el inodoro, se desvaneció y finalmente murió.

En toda muerte violenta hay un contexto. En el caso de De Angeli aquello que lo rodeaba era confuso y de difícil reconstrucción. La ausencia de testigos conspira con el anhelo de los investigadores de saber algo más y las peculiaridades de la mecánica de la muerte le agregan otro nivel de dificultad.