Pidieron 50 años de prisión para el “depredador sexual” que violó a sus cinco hijas
La fiscal Andrea Gómez solicitó la condena del hombre de 71 años ante el Tribunal Oral Nº 1. El caso había salido a la luz en 2020.
La fiscal Andrea Gómez pidió al Tribunal Oral Nº 1 que sentencie a un hombre a la pena de 50 años de prisión por haber violado durante una década a sus cinco hijas.
La titular de la Unidad de Instrucción Nº 4 realizó este miércoles su alegato en el juicio que se le sigue al “depredador sexual”, apodo que recibió durante la investigación policial el imputado, cuyo nombre y apellido no fueron publicados en la prensa para preservar la identidad de las víctimas. En su intervención Gómez enumeró los hechos aberrantes y describió los agravantes que consideró probados en el marco del debate, tras lo cual solicitó a los magistrados subrogantes Juan Manuel Sueyro, Leonardo Celsi y Raúl Perdichizzi, la condena del acusado.
Vale recordar que el caso había salido a la luz en mayo de 2020, y desde entonces el hombre de 71 años se encuentra detenido en la Unidad Penal de Batán. En ese momento, una de las jóvenes se presentó en la Comisaría de la Mujer y la Familia y reveló el calvario al cual la había sometido su padre.
Además, la denunciante dijo que sus hermanas también habían sido víctimas suyas en la vivienda que compartían en Guanahani al 6300, y en una losa de Jacinto Peralta Ramos al 1000, durante el periodo comprendido entre 2010 y 2020. Inclusive, entregó a las autoridades un video tomado con su teléfono celular en el que se veía al hombre abusar de ella en lo que había sido el más reciente y último de los ataques sexuales.
Según explicó y luego quedó acreditado, esa filmación había sido realizada desde su propio teléfono celular. Pero no fue la única prueba contundente que tuvo entonces la fiscal Gómez para pedir la detención del hombre: otra la constituyó el informe médico recibido por parte de los forenses que examinaron a la mujer y hallaron en su zona genital lesiones claramente compatibles con las agresiones denunciadas. En suma, otra de las hermanas se presentó a declarar, a pesar del temor que sentía a algún tipo de represalia, y confirmó los dichos de la anterior.
Cuando la policía detuvo al acusado, en suma, encontró en su poder una escopeta calibre 16, un revólver calibre 38, y una carabina calibre 22. Todas esas armas quedaron secuestradas y además de los abusos sexuales que se le imputaron también quedó incriminado por la tenencia ilegal de las mismas.
Los uniformados atraparon al hombre mientras iba con otra de sus hijas (la menor, de entonces 15 años) a un campo familiar, en lo que podría haber sido otra violación. Por recomendación de la Defensoría Oficial, se negó a declarar ante la fiscal Gómez.
Tiempo después, el juez de Garantías, Saúl Errandonea, dictó su prisión preventiva justificada “no solo en la magnitud de la pena en expectativa de los delitos, sino también en las circunstancias que rodean al presente caso, la situación de vulnerabilidad que alcanza a las víctimas y a su grupo familiar, teniendo en cuenta lo vivido por ellas, como así también el relato respecto del temperamento del imputado, resultando ser un hombre violento, lo que hace presumir que de encontrarse en libertad el imputado podría influir sobre las mismas y los testigos para torcer el rumbo de la presente investigación. Estas circunstancias operan como objetiva base para arribar a la fundada presunción de peligrosidad procesal que demanda la medida de coerción personal que aquí se habilita”.
Según surgió de la investigación, el imputado era un hombre sumamente violento que tenía atormentada a toda su familia: a su esposa la golpeaba y la amenazaba, a sus cinco hijas (de entre 15 y 27 años al momento de la denuncia) las violaba y a sus hijos los castigaba física y verbalmente. Además, poseía armas en su casa -que fueron secuestradas- con las que en más de una ocasión amenazó a todos los integrantes de la familia.