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Cultura 18 de julio de 2016

Pinceladas de la ciudad (Mar del Plata desde adentro): Reencaminar

Por Pablo Garcilazo

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La vida es un camino delgado entre lo que somos, queremos ser y cómo nos ven los otros. Estamos en un mundo de identidades múltiples. Cambiantes. Algunas naturales, como parte del devenir mismo de vivir. Nunca somos los mismos. Otras se construyen a partir de determinadas estéticas, estrategias de consumo, de autoestima personal, social, que calan hondo en la construcción de nuestros modos de pensar, sentir y hacer diario.
Abel estuvo en todos los bondis posibles del mundo vinculado al consumo de sustancias psicoactivas, popularmente lo que se llama adicciones. Una problemática de mucha complejidad porque cada persona necesita distintos abordajes para recuperarse, reducir el consumo, volver a recuperar autoestima, sus lazos familiares. Reencaminarse.
La vida de él transcurría entre distintas máscaras, manías berretinosas, manos y corazón atados al riesgo y la valentía de un par de ratos. Uso, abuso, dependió, diría un especialista pero también le toco convivir con algunas terapéuticas que no recuperan a las personas de su problemática sino la alargan bajo un modelo asistencial permanente.
Hasta que, como muchos otros, descubrió su propia salida. Su propia terapéutica. Su próxima posibilidad. Su capacidad. Su creatividad. Su yo verdadero. Sus ganas de contarle al mundo que ese era él pero no él porque se estaba tomando un descanso para empezar a vivir los mejores años de su vida. Empezó a reencaminarse.
Descubrió la poesía para hoy decorar la ciudad con Acción Poética, también la meditación y la espiritualidad en sus distintas técnicas y variantes, estudio la carrera de acompañante terapéutico, empezó a dedicarse a la pintura y mano de obra profesional y hoy es instructor de pintura en una Escuela de Formación Profesional.
Su familia volvió a encontrar a ese joven que recuperó esa alegría de la niñez tan necesaria para toda una vida y escribió un libro, “Una Guerrera en el camino”, donde cuenta su experiencia de dolor, frustración, transformación y amor a través de la poesía, lo vivencial, la literatura, la anécdota, lo cinematográfico, la espiritualidad.
Hoy sigue tratando de reencaminar la vida de muchos jóvenes a través de la inclusión con la formación laboral, a través del arte, del deporte, con las capacidades y habilidades que puedan desarrollar en el barrio y principalmente con el testimonio y la experiencia de haber estado en un mundo oscuro del cual prendió muchas luces hasta dar con la definitiva.
Lo vas a encontrar en el lejano oeste y en algún punto de Mar del Plata diciéndote su frase de vibrar en amistad: ¡Te abrazo! ¡Fuerza! (Puño levantado) ¡Nos cruzamos en el camino!
Reencaminar hacia la luz de cada persona.

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Mirar como si fuera la primera vez lo cotidiano de nuestra ciudad y su gente. Con ese fin nacieron estos escritos, que se desprenden de los micros radiales “Acercando el oeste y Mar del Plata”. Son voces barriales desde la salud, la comunicación y la integración comunitaria.