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La Ciudad 10 de marzo de 2024

Preocupación en el municipio por la baja en la recaudación

La percepción de ingresos muestra una caída en términos reales en la comparación interanual, al igual que la cobrabilidad de las tasas. Según el Ejecutivo, hay una "tendencia negativa" que podría extenderse durante todo el ejercicio.

Municipalidad de General Pueyrredon.

No hay plata: el clima de recesión e incertidumbre económica que atraviesa al país sacude a General Pueyrredon, donde hay una fuerte preocupación por la cobrabilidad de las tasas y la caída en la recaudación en el primer bimestre del año.

Las tasas municipales son el principal ítem de ingresos para la comuna: con $76.300 millones pautados, representan cerca del 40% de la proyección de recursos para este ejercicio, que asciende a $199.500 millones.
En este esquema, la Tasa por Servicios Urbanos (TSU) y la Tasa por Inspección en Seguridad e Higiene (TISH) son los ingresos no tributarios más importantes.

En el primer caso, se trata de una contribución que abonan los vecinos que luego se dirige a servicios como barrido, limpieza, recolección de residuos y conservación de la vía pública.

Para este año, el Ejecutivo prevé recaudar unos $24.097 millones por la TSU. Pero los primeros números que llegaron al Gabinete de Guillermo Montenegro no son del todo alentadores.

Más bien van en sintonía con la coyuntura del país, donde hay una retracción en los ingresos: según datos del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), la recaudación nacional cayó un 7% en términos reales en los primeros dos meses de 2024.

En el plano local, la cobrabilidad de la TSU ya da signos de caída. En enero de 2023 era del 54,4% y, en febrero de ese mismo año, 54,7%. En contrapartida, en 2024, fue del 52,7% en enero y del 54,1% en febrero. “En general, el cobro de la TSU suele ser muy bajo en los primeros meses del año y después se termina acomodando”, matizaron en el Ejecutivo.

Sin embargo, en la coyuntura actual, admitieron que esta baja en la cobrabilidad muestra “el principio de una tendencia negativa” que terminará impactando en las arcas municipales.

Otros números también reflejan la merma en los ingresos. Si se tienen en cuenta los fondos percibidos por la TSU en enero de este año, los mismos subieron nominalmente un 108% respecto al mismo tramo de 2023; pero por debajo de la inflación interanual, que fue de 254%.

En la misma línea, en febrero, el aumento en los ingresos por TSU fue del 94%. A la espera de los números del Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos), en el gobierno municipal dan por descontado que habrá una baja en términos reales.

De acuerdo al relevamiento de diversas consultoras privadas, la suba de precios en el segundo mes del año rondará el 15% en Argentina. Y la inflación acumulada oscilará entre el 265% y el 270%.

En lo que respecta a la TISH, el tributo se abona por los servicios de inspección destinados a preservar la seguridad, salubridad e higiene en comercios, industrias y servicios. Y su cobro está vinculado al nivel de actividad.

De acuerdo a lo informado por el Indec, ya hay muestras de disminución en esta variable a nivel nacional, y ello se ve con preocupación en el municipio. En enero de 2024, el Índice de Producción Industrial Manufacturero mostró una caída de 12,4% respecto a igual mes de 2023.

Hasta el momento, la percepción de la TISH creció nominalmente un 175% en el primer mes del año y un 216% en febrero, según números oficiales. Pero el diagnóstico en el municipio es idéntico: hay una merma en términos reales, con un agregado. “Por cómo fueron los vencimientos del año pasado, se anticiparon pagos de marzo a febrero. Con lo cual este mes incluso va a estar más castigado en lo que respecta a la recaudación de la TISH”, explicaron desde la Secretaría Legal, Técnica y de Hacienda.

En busca de detener la hemorragia en los ingresos, Montenegro ya hizo uso de una herramienta que le otorgó el Presupuesto 2024: días atrás dispuso por decreto un aumento del 20,6% en las tasas municipales.

El Ejecutivo tiene la potestad de establecer estas actualizaciones para los periodos, anticipos, cuotas, derechos u otros correspondientes a cada tributo sobre la base del Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumulado del ejercicio.

De todos modos, en el Ejecutivo ven con preocupación el futuro cercano. “Con todos los aumentos que se vienen en marzo (combustibles, prepagas, tarifas), lo que suele hacer el contribuyente es postergar el pago de impuestos y tasas para priorizar los gastos más urgentes. Además, los aumentos que fuimos dando no llegan a compensar la inflación”, anticiparon desde el entorno del jefe comunal.

La coparticipación de impuestos provinciales, otro ítem recaudatorio crucial, muestra una situación similar. En el Ejecutivo saben que habrá una merma en los recursos pautados en el Presupuesto 2024.

Por este concepto, el equipo de Montenegro proyectó ingresos por $44.027 millones. A pesar de ello, la comuna recibirá unos $1.500 millones menos, aproximadamente, a partir de una merma del 3,43% en el Código Único de Distribución (CUD), que determina el reparto de los fondos coparticipables a los distritos bonaerenses.

Consecuencias

En un contexto de caída de la recaudación, el gobierno municipal ya debió apelar a tres giros en descubierto para pagar los salarios de diciembre, enero y febrero, aunque la última solicitud al Banco Provincia finalmente no prosperó y se utilizaron recursos propios.

Para poder concretarlo, se difirió el cobro de los funcionarios políticos, se utilizaron fondos antes destinados a horas extras y se postergaron diversos pagos a proveedores.

Por el momento en el Ejecutivo se muestran prudentes y descartan un recorte en las prestaciones de la comuna.
“Sería apresurado decir que algún servicio esté en riesgo, quizás algunos puedan ser reformulados. Pero recién estamos a inicios de marzo. Deberemos ver la evolución de los números, que lógicamente son alarmantes y asustan. La situación nos obliga a ser muy austeros”, apuntaron desde el gabinete.

Ante la falta de recursos, una de las áreas más resentidas será la obra pública, un problema de vieja data en la cudad a partir de la necesidad de financiamiento de Provincia y Nación.

En el Ejecutivo ya perciben la falta de transferencias de sendas jurisdicciones para poder avanzar con intervenciones claves, por lo que se buscará atender cuestiones “urgentes” con fondos propios. Por caso, se priorizarán tareas ligadas al mantenimiento de las escuelas o los centros de salud.

Mientras tanto, la finalización de intervenciones con fuerte impacto social, como el CEMA (Centro de
Especialidades Médicas Ambulatorias) de Batán o el Centro de Salud N°2- que se proyectó con fondos nacionales-, hoy lucen distantes. “De Nación no ha llegado nada para obra pública. Si en algún momento ocurre, bienvenido sea, licitamos y avanzamos”, sentenciaron desde el Palacio Municipal.