Presentaron el “Santísima Trinidad”, símbolo de orgullo y confianza para la industria naval
La empresa Maronti S.A. presentó este sábado en la Escollera Norte el buque pesquero multipropósito construido en Mar del Plata por SPI Astilleros. Autoridades, empresarios y trabajadores celebraron un hito para la industria naval argentina.
Con cielo despejado y un acto a todo color se llevó a cabo este sábado por la mañana en la Escollera Norte, junto a la Base Naval de Mar del Plata, una emotiva ceremonia que unió a la comunidad portuaria: la familia Baldino y la empresa Maronti S.A. presentaron oficialmente el “Santísima Trinidad”, un moderno pesquero multipropósito construido íntegramente en SPI Astilleros.
El acto reunió a empresarios, autoridades nacionales, provinciales y locales, representantes de la Armada Argentina, Prefectura, la Escuela Nacional de Pesca, la Universidad Tecnológica Nacional y dirigentes del puerto. También participaron trabajadores del astillero, proveedores y familiares, todos protagonistas de un día histórico para la ciudad y la industria naval.
El flamante buque es el tercer multipropósito de este tipo construido por SPI Astilleros (los anteriores fueron el Luigi y el Anita, de la firma Solimeno) y está diseñado para capturar merluza, calamar y langostino, con capacidad de procesar y congelar a bordo. “Es tecnología y trabajo argentino, con bandera argentina”, repitieron con orgullo los protagonistas.
Maronti (nombre que surge de una playa paradisíaca al sur de la isla de Ischia, de donde llegaron los Baldino a mediados del siglo XX) inició sus actividades en septiembre de 2009 y comercializa principalmente merluza fresca y congelada, calamar y langostino fresco y congelado en los mercados mundiales. Con oficinas en la ciudad, la empresa opera con embarcaciones propias de pesca en el Mar Argentino con puertos de desembarque tales como Comodoro Rivadavia, Puerto Madryn y Mar del Plata.
“Logramos construir el Santísima Trinidad en SPI gracias a la decisión y la confianza. Es un orgullo para todos”, dijo la familia momentos antes del acto.
No pasó desapercibido que la presentación se realizara 24 horas después del Día de la Industria Naval, en un contexto complejo para el país, aunque no hubo cuestionamientos duros hacia el gobierno nacional. Sí, por sobre todas las cosas, hubo una férrea reivindicación de la cultura del trabajo y el esfuerzo para, en este caso, haber logrado un barco modelo cuya construcción demandó cinco años: el proyecto nació a fines de 2020, la quilla se colocó en septiembre de 2022 y recién en octubre de 2025 saldría a pescar.
En el medio pasaron dos gobiernos, una pandemia y distintos altibajos macroeconómicos. Todo esto, coincidieron, pudo sortearse “gracias al trabajo y la confianza” entre los equipos técnicos del astillero y la empresa pesquera.
Antonio Baldino: “Este barco es un legado”
Emocionado, Antonio Baldino, al frente de Maronti S.A., destacó el valor del nuevo buque y la confianza construida con el astillero. Desde el interior del barco, en diálogo con LA CAPITAL dijo que su empresa queda conformada ahora con tres barcos: dos poteros congeladores de calamar y este multipropósito. “El Santísima Trinidad puede pescar merluza, langostino y calamar. Tiene capacidad para 40 personas y una autonomía de 40 días, aunque pensamos hacer mareas de entre 15 y 20 días”, remarcó y anticipó: “Va a ser un barco número 1, recuérdenlo”.

Antonio Baldino y su hijo Nicolás, junto a Sandra Cipolla y Horacio Tettamanti (SPI) frente a la nueva joya: el “Santísima Trinidad”.
Para Baldino, portador de un apellido que guarda una larga trayectoria en el puerto de Mar del Plata, el proyecto tiene un sentido especial: “Este barco es un legado. Lo hicimos paso a paso, con mucho esfuerzo. Y gracias al astillero SPI por permitirnos trabajar así, porque en otros lugares no siempre te dan ese espacio. Con Sandra (Cipolla) siempre tuvimos apoyo, confianza y hoy estamos acá, arriba de este barco argentino, hecho en Mar del Plata, que es un orgullo”.
El empresario recordó que la construcción comenzó en 2020, en un contexto difícil: “Podría haberlo hecho en España, pero quise hacerlo en la Argentina. Y no fue fácil: fueron cinco años, pandemia, problemas de financiamiento, pero siempre hubo voluntad y coraje. Este barco representa el 50% del patrimonio de Maronti. Apostamos fuerte”.
“Tony” Baldino reconoció que algunos días aún le resulta “increíble” que el barco esté listo para salir a navegar y pescar, sobre todo por su historia.
“Desde que vinieron mis abuelos a la Argentina en 1956, nosotros seguimos. Primero mi papá, mis tíos, yo con mis primos y ahora mi hijo. Yo a los 17 terminé la secundaria. Arranqué a trabajar y no fui a la universidad. Me gustaba el muelle y me dediqué a esto. Pasaron muchos años y la idea de armar el barco recién llegó en el 2000, cuando leí una nota que decía que empezaban a dar créditos navales. Hablé con Sandra, no tenía idea. Me ayudó a armar de cero la carpeta para el Banco Nación y ahí arrancamos el proceso. Todo valió la pena y es un orgullo ver el legado reflejado en este barco”, reflexionó en el confortable comedor del “Santísima Trinidad”.
“Un gran esfuerzo”
Nicolás Baldino es hijo de Antonio. Tiene 25 años y estudió Comercio Internacional. Y si bien desde que estaba terminando la escuela, ya en los veranos frecuentaba la empresa familiar, en el último año de la carrera se sumó formalmente al equipo: de día a la fábrica, y de noche a la facultad.
Es la cuarta generación familiar en la pesca, y desde el interior del buque expresó la emoción de su familia y la importancia del equipo humano de Maronti. “Este barco es el resultado de un gran esfuerzo. Es un cero kilómetro que vimos crecer desde el inicio. Hoy verlo terminado impacta. Fue posible gracias a tantas personas, profesionales de Mar del Plata, empresas proveedoras, trabajadores del astillero”, contó.

“Anoche, antes de esta presentación, hablaba con el guardián del buque y se emocionaba, lloraba como si fuera suyo. Y nosotros sentimos lo mismo: que es de todos los que trabajaron en él. Para nosotros es clave que la gente esté cómoda, porque eso hace que puedan trabajar mejor”, agregó.
El joven, que es señalado como el “futuro” de esta gran empresa familiar (impulsada por los italianos Don Antonio Baldino y María Inmaculada Di Scala), habló de las exportaciones que lleva adelante hoy la firma: “Con los poteros, el calamar va a Asia, Brasil, Noruega, Alaska. Ahora tenemos que desarrollar la parte de merluza y langostino. La merluza es atractiva para Rusia, Ucrania, España. Y con el langostino tenemos que dar batalla contra el de Ecuador, que no se compara con el nuestro. Estados Unidos, España e Italia siguen siendo mercados importantes”.
Y adelantó, lleno de orgullo: “Si todo va bien, el Santísima Trinidad saldrá a pescar a fines de octubre”.
Cipolla: “Una apuesta por el empleo”
La presidenta de SPI Astilleros, Sandra Cipolla, subrayó la importancia del proyecto para la industria naval y el empleo local: “Este nuevo barco representa un hito. Obviamente es un negocio, pero lo que más valor tiene es lo que generamos alrededor: empleo en su construcción, mantenimiento, y también más y mejor trabajo en la propia empresa Maronti. Es una apuesta por el empleo. Eso lo hace virtuoso por donde se lo mire”.
La empresaria, muy emocionada durante el acto y profundamente agradecida a todos los que hicieron posible la construcción del barco, destacó el rol de los profesionales locales: “Es la satisfacción de un objetivo cumplido que significó producción, jerarquización de nuestros trabajadores e ingenieros, egresados de la UTN y la UBA, que ven reflejada su carrera en esta embarcación”.
Sobre las dificultades del proceso, reconoció: “Fueron cinco años y pasó de todo en el medio. Hubo pandemia, cepo, cambios de reglas, pero lo logramos. Hoy vemos la felicidad de Tony y su hijo, y nosotros compartimos esa felicidad”.
Para Cipolla, el secreto para sortear cada obstáculo y llegar a la presentación de este enorme y moderno barco que pronto saldrá a pescar, equipado con la más moderna tecnología, es simple: “La confianza es clave. En un país con tantas dificultades macroeconómicas, sin confianza proyectos de este tipo no existirían”.
Tettamanti: “Es la máxima aspiración naval”
El ingeniero naval y socio fundador de SPI, Horacio Tettamanti, celebró esta presentación: “Siempre una botadura es un momento de enorme emoción. Pero este barco reúne la máxima aspiración que podemos tener: hecho por argentinos, para una familia argentina, con tradición de cuarta generación, tripulado por argentinos y con bandera argentina”.
“El Santísima Trinidad demuestra que cuando los argentinos dialogamos, nos escuchamos y fijamos un rumbo común, logramos cosas que parecían imposibles. El esfuerzo de Tony y Sandra fue extraordinario y ojalá marque un rumbo”, dijo.
Y añadió: “La pesca es una actividad compleja, llena de obstáculos administrativos y financieros. Pero cuando uno ve el barco terminado, dice: valió la pena. Este barco es un testimonio de que sí se puede”.
Presencias y reconocimientos
Entre las numerosas personalidades que acompañaron el acto se destacaron el vicealmirante Marcelo Ricardo Flamini (subjefe del Estado Mayor General de la Armada), los contraalmirantes Enrique Antonio Balbi y José Alberto Martí Garro, y el prefecto mayor José Cristian Abel Viganó, máximo representante de Prefectura en Mar del Plata, entre otros integrantes de las fuerzas armadas.

También participaron Carla Seain, subsecretaria de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Provincia; Marcos Gutiérrez, presidente del Consorcio Portuario; Hernán Alcolea, director de Industria y Comercio del municipio; representantes de la UTN, la Escuela Nacional de Pesca y el empresario Antonio Solimeno, dueño de los barcos gemelos Luigi y Anita.
A su vez, hubo múltiples reconocimientos en el acto. El Consorcio Portuario distinguió a Maronti y a SPI por su capacidad, y compromiso. Luego, el astillero y la empresa pesquera reconocieron ala Base Naval de Mar del Plata, y se entregaron dos maquetas, réplicas a escala del “Santísima Trinidad”, hechas por el maquetista Hernán Scotto, una para el capitán de la embarcación, Claudio Converset, y otra de un tamaño mayor de Maronti para SPI, entre otras menciones, agradecimientos especiales y distinciones capturadas por los flashes fotográficos junto al hito de la industria naval.
La banda de música de la Armada Argentina le puso ritmo a la jornada, mientras que el presbítero Ariel Sueyro dio la bendición antes de que una gran botella se estrellara contra la proa, en el tradicional bautismo, seguido del deseo unánime de “buena pesca para el Santísima Trinidad”. Durante el resto de la jornada, hubo visitas guiadas a bordo para conocer el interior del buque.
Con 39,96 metros de eslora y 11,50 de manga, el “Santísima Trinidad” está listo para salir a pescar merluza, calamar y langostino en aguas del Atlántico sur. Para la familia Baldino es “un sueño cumplido”, pero también un mensaje: apostar a la industria naval argentina “es posible”, aún en tiempos difíciles, “cuando hay confianza y decisión”.

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