Por Marcelo Solari

Tardó en llegar. Por eso se festejó con tantas ganas. Quilmes logró este viernes su primer triunfo como local en el Polideportivo de Santa Clara del Mar y encadenó su tercera victoria consecutiva en este tramo final de la fase regular de la Liga Argentina de Básquetbol. El conjunto de Luro y Guido superó a Tomás de Rocamora, por 93 a 88, no sin dificultades.

No le resultó sencillo el cuarto inicial a Quilmes. Pero más difícil le resultó el segundo. En general, le costó defender con acierto. Cuando pudo hacerlo, también atacó mejor y disfrutó de sus mejores momentos en el primer tiempo.

Había arrancado con cierta idea de terminar las ofensivas con tiros de 4 o 5 metros de Luis Cequeira o con profundizaciones para Tomás Nally. En tanto y en cuanto aparecieron los espacios atrás, Tomás de Rocamora tomó nota y sacó réditos. Especialmente por su buena noche con el tiro de tres puntos. A los 5 minutos, el local se encontró 10-15 abajo en el resultado.

Al rescate llegó la defensa, para generar opciones de contraataque, emparejar la cuestión y, de paso, permitir el debut absoluto de Matías Dominé, el hijo de Eduardo, un símbolo quilmeño. El pibe aportó energía defensiva, una asistencia para un triple de Matías Aristu y un propio tiro de tres puntos con la genética de la zurda que dejó tanta huella.

Le alcanzó para ganar el primer cuarto, aunque penó en el segundo, frente a un rival consciente de sus limitaciones y más ordenado.

Quilmes equivocó una y otra vez el camino, perdió demasiados balones y le faltó firmeza defensiva. En apenas medio cuarto, quedó 10 puntos abajo (27-37), complicado en el ataque estacionado contra la defensa zonal. Otro panorama asomaba cuando podía correr. Pero para eso, dependía de un mejor trabajo defensivo.

Con recursos simples pero efectivos, Rocamora sostenía su liderazgo en el partido. Reversión de balón para el tiro abierto o caída de los grandes para anotar cerca del canasto.

Tuvo un lapso feliz el local cuando presionó algunas salidas con decisión, forzando el error y encontrando algunas conversiones para acortar distancias.

Quilmes tuvo bastante más fluidez en ataque en el tercer cuarto, que continuó con un escenario de goleo alto. Apareció Ezequiel Dupuy con una de sus típicas rachas para convertirse en la primera arma ofensiva. Pero el “tricolor” no terminaba de hacer pie con su defensa. Así, Matías Caire fue una pesadilla con su tiro abierto, Justo Catalin fue su ladero, los internos hicieron lo suyo y el marplatense Thiago Dasso también dio una mano importante como relevo.

En el cuarto final se sostuvo la paridad en el juego y en las cifras, ahora con Nally abastecido por Cequeira, quien parecía ir tomando el control con 10 asistencias. Hasta que “el diablo metió la cola”, y a 4 minutos del epílogo, el base chaqueño cayó mal y sufrió fuertes calambres en los gemelos de sus dos piernas, dolencia que lo sacó del partido.

Para el tramo decisivo, Dupuy se hizo cargo del puesto de “1” como base anotador, aunque el inspirado Caire continuó martilleando desde el perímetro.

En un cierre apretadísimo, un rebote ofensivo y posterior doble de Nally (19 puntos y 14 rebotes) y el infalible Dupuy (terminó con 38 puntos, con 6/7 dobles, 4/7 triples y 14/14 libres) desde la línea, garantizaron un festejado triunfo.

Síntesis

Quilmes 93

L. Cequeira 8, E. Dupuy 38, M. Aristu 10, G. Eseverri 4 y T. Nally 19 (FI). J. Barrionuevo 0, M. Dominé 3, F. Arraiz 0, A. Ecker 9, G. Calcaterra 2. DT: Luis Fernández.

Tomás de Rocamora 88

M. Tarrago 2, J. Catalin 17, M. Caire 20, F. Ferraría 11 y T. Verbauwede 13 (FI). T. Dasso 2, A. Quigley 8 (x), A. Cavallin 8, P. Impini 7. DT: Agustín Pujol.

Estadio: Polideportivo Municipal de Santa Clara del Mar.
Árbitros: Fabricio Vito, Franco Anselmo y Martín Pietromónaco.
Parciales: 25-20, 40-45 y 67-67.