Se trata de un partido de vital importancia para ambos. Acaso por motivos distintos, por la intención y la pretensión con que se encaró la actual temporada, pero con la misma urgencia.

Desde las 20.30, en “El Gigante de la calle Maipú”, Quilmes visitará a Del Progreso de General Roca, por una nueva jornada de la Liga Argentina de Básquetbol.

El conjunto marplatense no consigue tomar el envión necesario para creer en su potencial. Al margen de ocasionales rendimientos individuales buenos o muy buenos (tiene jugadores de indudable capacidad), es difícil que puedan confluir dos o tres en simultáneo, y por eso lo que está en deuda es la confiabilidad colectiva, sobre todo en la parte defensiva.

Mientras continúa la búsqueda y los resultados no son los esperados (lleva un triunfo en sus últimos nueve partidos), el “tricolor” se presentará en casa de los rionegrinos, que ocupan el antepenúltimo lugar en la tabla de posiciones.

Quilmes exhibe un registro de 11 triunfos y 15 traspiés, en tanto Del Progreso acumula 10 victorias y 16 derrotas.

Desde hace varios partidos, los dirigidos por Juan Marcos Kass no pueden contar con su capitán y uno de sus jugadores más importantes, el ala-pivote Gustavo Maranguello, lesionado, quien también está en duda para el cotejo de esta noche.

Habrá que prestar especial atención, entonces, al explosivo perimetral Julián Ruiz y al interno Facundo Sanz, en tanto suele entregar buenas soluciones como relevo Emilio Marillan.

Plantel por plantel, Quilmes parece tener una ventaja. Pero hoy por hoy, los nombres propios son neutralizados con funcionamiento. Ese que no encuentra el “tricolor” y tampoco parecen tener los rionegrinos. Será cuestión de que cada uno pueda imponer su momento y mantener a raya al oponente.

A esta altura de la temporada, ingresando al tramo final de la fase regular, la presión comienza a ser mayor. Saber manejarla puede reportar una ventaja determinante. La experiencia de varios jugadores de Quilmes puede ser crucial.