CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Arte y Espectáculos 28 de noviembre de 2022

Reestrena “Invisible”, una reflexión sobre el ser humano hecho mercancía

Once personajes femeninos le ponen el cuerpo a una obra que aborda el tema de la trata de personas. "Nos dimos cuenta de que es una obra necesaria", dijo la directora, Angeles Marset.

El elenco de "Invisible". La obra se vio en 2016, ahora regresa a la escena del teatro independiente local.

Después de cinco años, regresa a la escena independiente marplatense la obra de teatro “Invisible, la verdad es la mentira más eficiente”. El reestreno será este viernes 2 de diciembre, a las 21, en el escenario de Liberart (Moreno 2742). Luego, en diciembre habrá una función más el 16 a las 21. Y en verano, en enero y febrero, se la podrá ver los lunes a las 21.

Con dirección de actores a cargo de Angeles Marset y puesta en escena de Iván Mesías (ambos también están en la dirección general), la pieza se mete con un tema complejo: la trata de personas.

“Es el ser humano que se transforma en mercancía”, señaló Marset a LA CAPITAL. Y se preguntó “¿Invisible es lo que no se ve o lo que no se mira, lo que se oculta o lo que se naturaliza?”.

Según la dramaturga, docente y directora, la obra regresa ahora potenciada, con más información aunque con el mismo compromiso. “Hemos decidido reestrenar Invisible porque es una obra que siempre estuvo presente en nuestros corazones, se tuvo que dejar de hacer y cuando tuvimos ganas de retomarla vino la pandemia y la pospusimos. Para nosotros tiene un compromiso muy profundo por la temática que aborda”.

Con una historia sostenida por once personajes femeninos, “Invisible” regresa tras haber sido “enriquecida”.

“Incorporamos nuevos textos y los desarrollamos, sumamos muchos simbolismos, decidimos expresar con mayor profundidad los mensajes ocultos que tiene la obra”, agregó Marset. Además, ella y Mesías se sumaron también como actores.

A ellos se agregaron Adriana Vicente, Yanina Gómez y Rosmari Sibemhart (ellas tres permanecen del elenco original), más Pato Correa, Melisa Aranda, Abril Aranda, Graciela Teves, Maru Villarreal y Liliana Vignola.

“No es un tema menor encontrar actrices que sean comprometidas con este tipo de propuestas, no es sencillo -dijo Marset-. Por eso estamos muy agradecidos con Iván por el elenco, estamos en la misma resonancia, después de haber investigado muchísimo y de haber hablado con personas que han transitado estas experiencias, nos ha fortalecido mucho más para que la obra vuelva a escena”.

-¿Cómo apareció esta historia?

-Surgió de un proceso creativo de la compañía Liberart. Durante un año estuvimos entrenando e indagando las posibilidades de temas de nuestro interés para llevar a la escena. Que tuviera gran compromiso actoral y social. Por medio de improvisaciones fuimos tomando notas y filmando aquellos momentos de dramaturgia corporal y textual que respondieran a lo que estábamos buscando. Fue armar un rompecabezas en equipo. La creación fue colectiva y nosotros como directores fuimos creando y decidiendo la dramaturgia definitiva.

-¿Se la estrenó en el verano de 2016?

-En diciembre de 2016. Estuvo un año y medio en cartelera. Fue nominada a los premios Estrella de Mar 2018 como mejor espectáculo marplatense. Se presentó en Liberart y tuvo funciones privadas para alumnos de colegios secundarios y profesores, con desmontaje de la obra.

En ese momento la obra no siguió en cartelera por otros compromisos contraídos por algunos de los actores y por nuevos proyectos de la compañía.

-¿Por qué decidieron trabajar sobre el tema de la trata de personas?

-La trata de personas como eje principal nace de la profunda necesidad de abordar una problemática constante que crece día a día en todo el mundo. Una red que se va tejiendo constantemente y donde no es posible llegar al extremo de la pirámide. Queremos visibilizar ciertas conductas que están camufladas con el pretexto de ayudar al prójimo, en este caso, cumpliendo sueños o deseos. Las máscaras, las pantallas que en muchos casos se utilizan sin asomar las verdaderas intenciones. El verbo “ayudar” puede transformarse en algo muy peligroso si estamos con los ojos muy cerrados. Muchas veces no somos conscientes y colaboramos sin querer al aumento de los negocios del cuerpo. La prostitución, la droga, el tráfico de órganos y de niños; la pedofilia se están naturalizando de manera descarnada y no hacemos nada. Sentimos que como artistas también somos comunicadores sociales, creemos que el teatro es una gran herramienta de comunicación y de despertar conciencias. Por el teatro podemos llegar a más corazones. Nos dimos cuenta de que es una obra necesaria y cuesta aceptar esa crudeza y ponerla delante de nuestros ojos y corazones. Está más vigente que nunca.



Lo más visto hoy