Comenzó la restauración de los Lobos Marinos de la Rambla Bristol, los cuales días atrás habían sido vandalizados con brea.

Los trabajos de puesta en valor de las icónicas esculturas están a cargo de la directora de Restauración de Monumentos de la Municipalidad, Costanza Addiechi, quien en diálogo con LA CAPITAL recordó: “La semana pasada fuimos notificados que había sucedido este hecho de vandalismo, inmediatamente fui a constatar los daños e hice la denuncia policial en la dependencia más cercana a los Lobos”.

“Lo que continuó fue generar el informe para presentar ante la Comisión Nacional de Monumentos, considerando que los Lobos han sido declarados Patrimonio Histórico Nacional. Así que cualquier intervención que se haga sobre ellos hay que pedirle la autorización a la Comisión, la cual ya la recibimos formalmente y comenzamos con la tarea”, agregó.

Consultada acerca de si tuvo novedades acerca de la denuncia que radicó, Addiechi contestó que no tiene información de se que haya avanzado “con el tema de la identificación de los responsables”, pero aseguró que “es algo sobre lo que se sigue trabajando”.

En este sentido, indicó que “todo ese sector está dentro de la jurisdicción provincial y las cámaras del municipio llegan a un determinado punto, por lo que no ofrecen las imágenes que nosotros estamos buscando”.

Por este motivo, es que “se está planteando colocar un par de cámaras para poder proteger ese sector”.

Sobre su trabajo, Addiechi indicó que “las tareas de intervención ya se están llevando adelante y van a culminar del modo que corresponde para que todos los marplatenses podamos tener a estos símbolos tan representativos de la ciudad en las condiciones que merecemos”.

La directora de Restauración de Monumentos de la Municipalidad, Costanza Addiechi.

“La restauración va a llevar unos cuantos días, por lo menos toda esta semana y parte de la próxima”, adelantó.

En este marco, también confesó que cuando comenzó con sus tareas sintió que los autores de este hecho vandálico “solo habían querido hacer daño”.

“Le arrojaron brea desde lo alto, desde la parte superior de la escultura, que fue deslizándose a lo largo de toda la obra, generándole un daño al material”, lamentó.

Así habían quedado los Lobos tras ser vandalizados.

Por ello se llevan adelante tareas de restauración que en una primera etapa son “a bisturí”. “Se retira toda la fílmica que ha dejado la pintura sobre la superficie. Esto se hace muy cuidadosamente sin tocar la piedra, para no dañarla, y después se constata hasta donde penetró el pigmento para ver con dilución de solvente se trabaja”, explicó.

Addiecchi también quiso remarcar que “de ningún modo tenemos que naturalizar estos hechos de vandalismo”, porque “atentan contra estos elementos tan emblemáticos de Mar del Plata y que forman parte de la postal marplatense en el país y en el mundo”.

“Estoy apenada por lo que ha sucedido”, agregó la restauradora y subrayó que estos episodios “cuestan tiempo: el tiempo que le dedicamos a la intervención genera la demora de los trabajos que ya teníamos previstos para esta semana y no se pueden hacer porque estamos detenidos ante este hecho de vandalismo”, agregó.

Por último, Addiechi definió lo ocurrido como un “agravio al patrimonio cultural, que tiene que ver con la historia de la ciudad y de cada uno de nosotros”.

Las esculturas de los Lobos, proyectadas por el escultor José Fioravanti y realizadas en piedra extraída de la cantera de la zona, fueron emplazadas en la década del ‘40, en un conjunto urbano diseñado por el arquitecto Alejandro Bustillo, que comenzara a construirse en 1938 en el espacio que antiguamente ocupaba el Paseo General Paz.

De acuerdo a información que circula por redes sociales, tanto en Facebook como en Instagram, a fines de junio un grupo llamado Ecos de Mar, que propone el rechazo a la actividad petrolera en la región, realizó una intervención en los Lobos colgando redes y carteles con mensajes como “Playas negras empetroladas”. También publicó una animación en la que se observa a una figura en miniatura de un lobo mientras se le derrama un líquido negro encima.