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Río 2016 21 de agosto de 2016

Con la banda sonora de Río

La música tradicional carioca fue el sello distintivo de una emotiva y festiva Ceremonia de Clausura de los Juegos 2016. Se le dio la bienvenida a la próxima cita olímpica. Lluvia torrencial sobre el Maracaná. Paula Pareto, primera mujer argentina campeona olímpica, una abanderada que es ejemplo y guía.

Por Vito Amalfitano
Desde Río de Janeiro

El cielo derramó toda el agua para apagar tanto fuego. Debajo de una lluvia torrencial en el mítico estadio Maracaná, y con mucha música tradicional carioca y la emoción del desfile de los atletas, se desarrolló la Ceremonia de Clausura, la Cerimónia de Encerramento, de los Juegos Olímpicos Río 2016, con la campeona de judo Paula Pareto como abanderada de Argentina, y se le dio la bienvenida a la próxima cita, Tokio 2020.

Con más austeridad que en la Ceremonia de Apertura, una gran parte de este último acto estuvo gobernada por la música tradicional brasileña, más precisamente de Río de Janeiro, rescatando el orgullo carioca, envalentonado por cierto tras la la victoria que se había producido horas antes en la final de vóleibol y, sobretodo, por el primer oro olímpico del fútbol, logrado el día anterior en este mismo escenario por Neymar y cía ante Alemania.

Llovió muy fuerte durante toda la ceremonia y de hecho los atletas que desfilaron, en algunos casos, se taparon con capas para el agua o paraguas.

En el comienzo una vez más surgió como referencia, como también ocurrió en la apertura, Santos Dumont, el inventor del avión, y a partir de su imagen se abrió la cuenta regresiva para que se de inicio a la fiesta y también para el principio del fin de los inolvidables Juegos Olímpicos, con proyecciones de engranaje del reloj en el campo para marcar el tiempo.

Enseguida sobrevinieron coreografías masivas para darle forma a los paisajes incomparables de una ciudad única como Río de Janeiro, que en realidad constituye varias ciudades en una. Así aparecieron, por ejemplo, el Pan de Azúcar, el Corcovado y los Arcos da Lapa. Bailarines formaron los anillos olímpicos y a partir de entonces llegó una bellísima y tradicional secuencia musical con artistas venerados aquí como Pixinguinha, Braguinha y Noel Rosa. Martinho da Vila, con sus tres hijas y una nieta, cantaron “Ternura” y “The Good Shepherd”, con un coro de fondo de 27 niños, que después entonaron el himno nacional de Brasil, con fuerte percusión y con la formación de la bandera en el piso.
Esa fue la posta para la entrada de los atletas de 207 delegaciones. Y en ese momento volvió a ser nuestra “gigante” La Peque, Paula Pareto, la primera mujer campeona olímpica en la historia de Argentina, medalla de oro en judo, un ejemplo de vida, al haberse recibido de médica entre la frustración de Londres y esta consagración en Río. Una guía para los pibes en Argentina que hacen deporte, para no abandonar los estudios. “Se pueden hacer las dos cosas”, le había dicho Pareto a LA CAPITAL minutos después de la consagración.
En el momento del paso de los atletas llegó un homenaje a Carmen Miranda, quien ayudó a construir la imagen de Brasil en el exterior. El cantante Roberta Sá recordó sus éxitos como “Tico Tico”, y apareció la grabación de la propia voz de Carmen Miranda para un dueto muy festejado.

El desfile de los atletas, empapados por la lluvia, demandó poco más de 45 minutos. Y después de toda la tradición carioca, con la música y los colores de Río, se dio una suerte de transición con un set internacional hasta llegar a Tokio. Se presentó el Canal Olímpico, con la estrella mundial de la música electrónica, DJ Kygo y con la interpretación del tema “Carry Me” a cargo de la bella cantante y compositora Julia Michaels. A la par, imágenes de de atletas olímpicos bailando.

Luego se destacó un video con “los mejores momentos” de los Juegos, con conmovedoras imágenes deportivas de la victoria y la derrota. Lo más celebrado por el público fue el gol de Neymar de tiro libre a Alemania y cuando apareció el hombre más rápido del mundo, Usaint Bolt como última estrella, después de Michael Phelps, no tan aplaudido pese a haberse confirmado aquí como el más grande deportista olímpico de la historia, con 28 medallas, 23 de oro, cinco de ellas ganadas en Río. En ese clip, casualmente, faltaron imágenes de argentinos destacados, más allá de un “pantallazo” de La Peque. Entre las grandes figuras del deporte que engalanaron y animaron los Juegos “se olvidaron” de Juan Martín Del Potro.

Luego llegó la tradicional última ceremonia de premiación de los Juegos, la del maratón masculino; el himno de Grecia, cuna de los Juegos; y la presentación de los atletas del nuevo Comité de Honor del Comité Olímpico Internacional.

Camino a Tokio 2020

El himno nacional de Grecia (junto con el izamiento de su bandera) y el olímpico fueron el prólogo de la entrega de la bandera de los Juegos a la próxima sede, Tokio.

Fue entonces que sonó el himno nacional de Japón y un “Gracias” proyectado en múltiples idiomas que ocupó todo el paso del Maracaná.
El primer ministro japonés Shinzó Abe mostró entonces una pelota roja, simbolizando el círculo de ese color de la bandera de su país, y dio paso a la breve presentación de los próximos Juegos con un mensaje de esperanza: “Nos vemos en Tokio”.

La formalidad se hizo presente otra vez en el Maracaná con los discursos del brasileño Carlos Nuzman, titular del Comité Olímpico de Brasil, y del presidente del COI, Thomas Bach.

La presencia de Nuzman hizo recordar que el presidente interino de Brasil, Michel Temer, no asistió como es habitual en este tipo de ceremonias, para no recibir los silbidos que lo tuvieron como blanco en la fiesta inaugural.
Un homenaje coreográfico al paisajista Roberto Burle Marx fue la antesala de la presentación delante de la pira olímpica de la cantante Mariane de Castro, tras lo que una lluvia artificial marcó el momento cumbre del apagado de la llama olímpica, instalada en una de las tribunas con un sol imaginario a sus espaldas.

Fue el momento de la despedida a puro sonido y color con la tradicional “Cidade Maravilhosa”, el desfile de las escolas de samba, una sucesión de temas musicales típicamente brasileños. El momento de decirle adiós a Río de Janeiro por tanto afecto de su gente y darle la bienvenida a Tokio para que continúe por siempre el espíritu olímpico. Hasta el 2020.