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Deportes 25 de julio de 2021

River gustó y goleó

El equipo de Gallardo tuvo pasajes de muy buen fútbol y se impuso 4-0 a Unión.

Romero y Suárez, una dupla letal. Foto River Plate Oficial.

La resiliencia es la palabra con la que más convive Marcelo Gallardo y en este fin de julio de 2021 otra vez la tomó de la mano para encontrar el equipo de River Plate que tanta historia hizo desde que llegó a su dirección y que volvió a reconstruir para golear a Unión por 4 a 0 por el campeonato de la LPF y el pasado miércoles convertirse en el único representativo nacional en avanzar a cuartos de final de Copa Libertadores.

A River se le fue en los últimos días Rafael Santos Borré al Eintracht Frankfurt alemán y pareció irse con él toda la estructura ofensiva diseñada durante años por el “Muñeco”, ya que a pesar de la presencia del “campeón de la Copa América” con la selección, Julián Álvarez, parecía que Matías Suárez se quedaba rengo en ataque.

Pero no solamente el cordobés parecía padecer la falta de Borré, sino que también la mitad de la cancha sufría porque el colombiano era una rueda de auxilio permanente con su presión alta primero y su capacidad física para el retroceso después.

Y estas falencias quedaron claramente expuestas tanto en el partido de ida con Argentinos Juniors por octavos de final de Libertadores (1-1) como en el primero de este campeonato Socios.com ante Colón (derrota 2-1), con el agravante de que ambos se jugaron en el estadio Monumental.

Pero así como en su momento Gallardo pensó en Suárez para reemplazar a Lucas Alario, que también se había ido a Alemania (Bayer Leverkusen), y lo rescató de Belgrano, de Córdoba, ahora hizo lo mismo y en un nuevo ejercicio de repentización institucional y deportiva se quedó con el goleador de la pasada Copa Sudamericana, Braian Romero, figura de Defensa y Justicia.

Claro que lo que le seguía faltando era equilibrio en la zona media, donde Enzo Pérez estaba muy solo y Enzo Fernández, retornado también de Defensa y Justicia, no alcanzaba para darle esa cuota de marca y despliegue que el mendocino estaba necesitando.

Entonces apeló a un luchador bastante atípico para el buen pie que reclama Gallardo de sus dirigidos, pero muy útil a la hora de ponerse el overol para levantar una imprescindible pared a la hora de defender desde la mitad de la cancha: Bruno Zuculini.

Lo convenció de quedarse cuando el ex Racing Club tenía todo acordado para irse a jugar a la segunda división de Italia en busca de más minutos de juego, y acto seguido le cumplió la palabra dándole la titularidad en un 4-4-2 en el que Gallardo se dio otro gusto: poner como titular a una de sus debilidades como el talentoso colombiano Jorge Carrascal.

Y claro, con el respaldo de Enzo Pérez y Zuculini el juego de Carrascal se vio favorecido porque ya no tuvo tantas obligaciones con el retroceso, algo que no está entre sus virtudes, pero además los dos de arriba, Suárez y Romero, al que tal como suponía el entrenador no le pesó la camiseta desde el primer día que se la puso, encontraron espacios que se creaban entre ellos y la potencia ofensiva volvió a Núñez.

Y eso empezó a verse con el 2-0 de la revancha en cancha de Argentinos Juniors con sendas conquistas de Romero y siguió hoy en su máxima expresión con el primer tanto del ex Defensa y Justicia. el segundo, un verdadero golazo al ángulo de Suárez, ambos en el primer tiempo, y luego un pase delicioso del cordobés con el taco para que el uruguayo Nicolás De la Cruz anotara el tercero en el cuarto de hora de la etapa final.

Y como para no ser menos, menos de cinco minutos después apareció el mencionado Álvarez, ahora suplente de Romero, para meter otro taco que sirvió de asistencia para la cuarta conquista a cargo del chileno Paulo Díaz, bien proyectado en ataque.

Todo pareció estar “otra vez en orden” para este River, como siempre, “de Gallardo”, que además volvió a jugar bien y ganar de local, una deuda pendiente desde que las modificaciones del Monumental habían incluido un nuevo césped, con un cinco por ciento sintético que, sin embargo, algunos señalaban como perjudicial ´para el juego “millonario”, aunque los propios futbolistas siempre lo negaron. Y por lo visto, tenían razón.