Rusia lanzó su mayor ataque “en mucho tiempo” contra Ucrania y mueren al menos 30 personas
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, pidió a Moscú que detenga "inmediatamente" sus ataques.
Los automóviles circulan por la calle mientras se eleva humo de un incendio después de un ataque con cohetes en el centro de Kiev, en medio de la invasión rusa en Ucrania.
Rusia atacó masivamente varias ciudades ucranianas con misiles y drones que provocaron la muerte de al menos 30 personas y heridas a decenas, en lo que el mando militar ucraniano describió como uno de los mayores ataques aéreos del Kremlin desde el inicio de la guerra, en febrero de 2022, y que la ONU condenó “en los términos más firmes”.
“No habíamos visto tanto rojo en nuestras pantallas desde hacía mucho tiempo”, admitió el vocero de la Fuerza Aérea ucraniana, Yuri Ignat, para quien se trató “del ataque con misiles más masivo” de los últimos dos años, a excepción de los que se produjeron los primeros días de la ofensiva rusa.
“Los objetivos aéreos del enemigo estaban en todas partes, en todas direcciones”, relató.
Una apreciación que también fue compartida por el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, quien señaló que Rusia atacó su país “con casi todo lo que tiene en su arsenal”.
De acuerdo con el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valeri Zaluzhni, las fuerzas rusas lanzaron 158 proyectiles, entre misiles de distintos tipos y vehículos aéreos no tripulados. No obstante, 87 misiles de crucero y 27 drones fueron neutralizados.
Según el último balance de víctimas comunicado por las autoridades ucranianas, al menos 30 personas murieron y más de 160 resultaron heridas en ciudades como Kiev, donde se han registrado hasta el momento cuatro muertos, y Zaporiyia, donde se recuperaron seis cuerpos.
En la capital, las autoridades ucranianas destacaron que las infraestructuras de los servicios esenciales no resultaron dañadas.
Sin embargo, en un barrio del norte de Kiev se incendió un hangar de 3.000 metros cuadrados, provocando heridas a un número indeterminado de personas, según el jefe de la administración militar de la capital, Serguei Popko.
Según el alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko, siete personas “están actualmente ingresadas en un hospital” y quedó dañada una estación de metro utilizada como refugio antiaéreo.
Por otro lado, en el distrito de Podilsk se cree que al menos una decena de personas sigue bajo los escombros, mientras que en Dnipro se reportaron cinco muertos y una veintena de heridos.
El gobernador regional, Serhi Lisak, denunció que “el principal impacto” se produjo sobre un centro comercial, si bien otros afectaron a una maternidad.
Por otro lado, se reportaron tres muertos en Jarkov y cuatro en Odesa, donde un inmueble se incendió después de que los restos de un dron abatido impactaran sobre él.
En Lviv, una ciudad en la frontera con Polonia muy lejana del frente, donde los ataques resultaron muy poco habituales en los últimos meses, las autoridades locales reportaron un muerto y tres heridos.
Por su parte, Polonia aseguró haber detectado un objeto volador “que llegó desde la frontera con Ucrania” en el pueblo polaco de Zamosc, en la parte oriental de este país miembro de la OTAN.
“Todo parece indicar que un misil ruso entró en espacio aéreo de Polonia, y luego lo abandonó. Nuestro radar lo registró y nuestros aliados lo han confirmado”, informó el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas polacas, Wieslaw Kukula, quien precisó que el proyectil se adentró 40 kilómetros en espacio aéreo del país antes de regresar a Ucrania, según la agencia oficial de noticias polaca PAP.
El presidente de Polonia, Andrzej Duda, mantuvo conversación telefónica con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien le aseguró que la Alianza Atlántica “está observando la situación y se solidariza con su valioso aliado”.
El Ministerio de Defensa ruso se limitó a comunicar que “habían alcanzado todos sus objetivos” e indicó que hubo “un bombardeo de envergadura” entre el 23 y el 29 de diciembre contra infraestructuras militares, depósitos de municiones y bases de soldados ucranianos y mercenarios extranjeros.
Las autoridades ucranianas aprovecharon la coyuntura para renovar sus críticas hacia la comunidad internacional, que al principio apoyó a Ucrania, pero que en los últimos meses redujo su cooperación a medida que la guerra en la Franja de Gaza entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas se llevaba toda la atención.
“Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que redoble sus esfuerzos para detener el genocidio ruso del pueblo ucraniano. Ninguna conversación sobre ‘tregua’, ‘renuncia temporal de territorios’, ‘fatiga’, ‘negociaciones’ y otras ‘concesiones’ detendrá la agresión rusa, sino que solo aumentará la escala”, aseveró el ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba.
“Hacemos todo lo que podemos para reforzar nuestro escudo aéreo, pero el mundo debe ver que necesitamos más ayuda y medios para detener este terror”, afirmó Andrii Yermak, jefe de la administración presidencial ucraniana, en Telegram.
Reino Unido anunció ayer que enviará cerca de 200 misiles antiaéreos a la exrepública soviética para reforzar su capacidad de defensa.
La entrega de misiles “envía un mensaje inequívoco de que, frente a la barbarie rusa, Reino Unido sigue absolutamente comprometido a apoyar a Ucrania”, dijo el ministro británico de Defensa, Grant Shapps, en un comunicado.
Estados Unidos anunció el miércoles el desembolso de 250 millones de dólares en ayuda militar para Ucrania, el último paquete de apoyo disponible para Kiev sin la aprobación del Congreso, donde los republicanos presionan al presidente Joe Biden para que haga cambios en la política migratoria a cambio de aprobar más asistencia para los ucranianos.
Biden exigió ayer al Congreso superar divisiones y “actuar sin más demora” para reforzar el envío de ayuda militar a Ucrania.
El ataque “es un crudo recordatorio para el mundo de que, después de casi dos años de comenzar esta guerra devastadora, el objetivo de (el presidente ruso Vladimir) Putin sigue inalterado. Quiere destruir a Ucrania y subyugar a su pueblo. Hay que detenerlo”, enfatizó.
Por su parte, la coordinadora humanitaria de la ONU para Ucrania, Denise Brown, condenó “en los términos más firmes, la atroz oleada de ataques de Rusia contra zonas pobladas de Ucrania en las últimas horas, que ha dejado un rastro de destrucción, muerte y sufrimiento humano”.
En un comunicado, aseguró además que para el pueblo ucraniano “éste es otro ejemplo inaceptable de la horrible realidad a la que se enfrenta, y que hizo de 2023 otro año de enorme sufrimiento”.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, pidió a Moscú que detenga “inmediatamente” sus ataques.
En tanto, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, condenó los bombardeos de Rusia y aseguró que “la UE está del lado de Ucrania, mientras sea necesario”.
El ataque tuvo lugar tres días después de que Moscú reconociera que el buque Novocherkassk resultó dañado el martes debido a un bombardeo ucraniano en Feodosia, en la anexada península de Crimea.
Esta semana también estuvo marcada por el anuncio por parte del Ejército ucraniano de un repliegue a los suburbios de Marinka, una localidad del este del país que el ejército ruso afirma haber conquistado.