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Interés general 24 de mayo de 2019

Se conoció la causa de la muerte de “El hombre de los gatos”

Sufrió un paro cardíaco causado por un infarto de miocardio y según la autopsia no tenía signos de violencia. Este sábado arrojarán sus cenizas al mar.

Gustavo Trigos (54), el hombre que vivía en las piedras de Cabo Corrientes con más de 20 gatos y que fue encontrado muerto a principio de mes en ese lugar, falleció por causas naturales, según informaron fuentes oficiales.

El deceso de “El hombre de los gatos” se produjo de un paro cardíaco causado por un infarto de miocardio. El cadáver no tenía señales de violencia por lo que se concluyó que en la muerte no intervinieron terceras personas.

De acuerdo a los resultados finales de los especialistas, el fiscal a cargo de la investigación, Alejandro Pellegrinelli,  dispuso la cremación del cuerpo y el expediente judicial archivado.

Tras la despedida de Trigos realizada el sábado pasado “en su lugar”, los vecinos realizan una nueva convocatoria por las redes sociales para liberar las cenizas en el mar. El homenaje será este sábado a las 15 en las rocas de Cabo Corrientes.

“Liberaremos los restos de Gustavo Trigos para que sea eterno en su lugar”, dice el mensaje que se viralizó por las redes sociales. “Despedimos a nuestro querido amigo por última vez”, agrega.

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Asimismo, en las últimas semanas se pudo observar en el lugar donde fue encontrado sin vida, que fueron varios los que se acercaron a depositar flores en memoria de “El hombre de los gatos”. Allí había construido con lonas su casa entre las rocas, muy cerca del mar, junto a una gran cantidad de animales que se encargaba de criar.

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Amable, simpático y abierto a la conversación, siempre mantenía un manto de misterio sobre sus orígenes, aunque se supone que nació y se crió en Mar del Plata. En sus conversaciones -e incluso en su pasión por la crianza de gatos- se entrelazaban cuestiones místicas, numerología, el I Ching, teología y budismo.

Su evidente intención era vivir con estrictamente los necesario, fuera del marco de una sociedad de la que -según decía- se había retirado por sentirse aprisionado y agredido.

En la comunidad marplatense llegó a instalarse el mito de que “había perdido un hijo en el mar” y que eso explicaba su estilo de vida. No existe la más mínima probanza de que eso haya ocurrido, a lo que se suma que leyendas similares suelen tejerse en torno a personas que viven en situación de calle.