por Sebastián Arana

Quilmes, uno de los bien grandes del fútbol marplatense, volvió al centro de la escena. El club “tricolor”, con un equipo acorde a los tiempos que corren, fuerte en lo físico y ordenado, igualó sin goles frente a Banfield y se impuso 3-1 por penales en la final del Torneo Clausura de la Liga Marplatense de fútbol.

Manuel Puente, un arquero de porte mediano, se hizo gigante en la definición y tuvo tres contenciones notables para darle a los suyos un título de medio término. Muy esperado, por cierto. La última vuelta olímpica de los quilmeños había sido en 2008.

Fue un premio para el equipo de los play-off, casi siempre bien parado, aunque esta vez no pudo pegar primero y después aprovechar los espacios.

Banfield, el equipo más regular del año -semifinalista en el Apertura y finalista del Clausura-, mientras estuvo completo y con aire, fue levemente superior. En un partido con muchas impreciones, muy cortado y de vuelo bajo.

El equipo de Matías López estuvo un poco más cerca en la primera parte. La solidez de un Dafinis impasable le bastó para desactivar todos los intentos de contraataque quilmeños. Tomás Giménez, más allá de algunos malos pases, se afanó por controlar la pelota y asociarse con sus compañeros. Mackencie no tuvo una buena tarde, pero Zubillaga acompañó al “5” con acierto. Y de los tres de punta, Collazo fue el mejor socio.

Giménez tuvo dos muy buenas chances: un cabezazo en el palo y un zurdazo alto desde la puerta del área tras un gran encuentro con Mackencie y Collazo. Y la primera parte terminó con dos atajadas de Puente ante el ex Kimberley.

Si el primer tiempo no había sido lucido, el segundo lo fue menos. El primer problema para Banfield fue la lesión de Dafinis, su mejor jugador en el primer tiempo, la garantía del fondo.

De todos modos, a los 13′ Collazo provocó un error de Madeo -una rareza- y sacó un centro que Kulsgaard conectó con un toque de aire que devolvió el travesaño.

Dos minutos después llegó la gran oportunidad de Quilmes. Cejas cortó un avance rival y dejó a Vargas libre frente a Salvini. Pero el arquero de Banfield tapó el mano a mano.

En la media hora final al equipo portuense lo abandonaron las energías. No podía más Mackencie, se cansó Zubillaga, terminó fundido Kulsgaard.

El control de la situación cambió de manos. Pero Quilmes, si bien terminó con más energías y amenazó con la velocidad de Vargas, no tuvo claridad para resolver. Y todo terminó en los penales.

Emmanuel Salvini no pudo coronar su gran año con una tanda exitosa más, si bien contuvo el disparo de Vargas.

Todo el protagonismo fue de su joven colega, su potencia de piernas y sus reflejos. Le atajó una ejecución clave a Asención -después del fallo de Vargas– y consumó su obra interponiendo sendos manotazos salvadores cuando se había pasado con el cuerpo para frustrar a Torres y Giménez.

Definitivamente Quilmes tuvo el Puente hacia la gloria.

Fotos: Mauricio Arduin

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Reviví la final del Clausura gracias a la excelente transmisión de De Local Streaming: