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Gastronomía 26 de marzo de 2018

Sopa para el frío y la Vigilia

por Leo Jaciuk
[email protected]

El bacalao común o bacalao del Atlántico o bacalao de Noruega (Gadus morhua) es una de las cerca de 60 especies de una misma familia de peces migratorios que vive en mares fríos del norte, especialmente del Atlántico y el Báltico.

Se encuentra en lechos marinos lodosos, arenosos o gravilla y se alimenta de zooplancton, gusanos, moluscos, etc.

Por lo general es de tamaño pequeño, aunque algunos ejemplares pueden llegar a alcanzar los cien kilogramos de peso con un tamaño de hasta casi dos metros.

Si bien no se encuentra en nuestras costas, a través de la influencia española en nuestro país es un ingrediente de uso tradicional, sobre todo, en época de vigilia.

El bacalao seco permitió durante siglos a numerosas poblaciones continentales europeas disponer de reservas proteínicas. Es un pescado blanco y, por tanto, posee un bajo contenido graso y además de las proteínas posee una amplia variedad de vitaminas y minerales entre las que se destacan vitaminas del grupo B, principalmente la B1, B2, B6 y B9. El bacalao también posee cantidades discretas de vitaminas D, E y A. En relación con los minerales, prevalecen el potasio y fósforo.

El bacalao salado aporta cantidades extraordinarias de sodio -hasta 8.100 miligramos por 100 gramos-, dado que se utiliza la sal como conservante, pero se pueden reducir a la mitad si se pone a remojo.

En este caso y teniendo en cuenta no solo que se acerca la vigilia de Semana Santa, sino que el otoño ya nos está mostrando su cara más fría, les propongo esta suculenta y sabrosa sopa.

Sopa de papa y bacalao

Ingredientes
(para 4 personas)

300 gramos de bacalao desalado

4 papas grandes

3 dientes de ajo

1 cucharadita de pimentón dulce

C/n de harina de trigo

2 cucharadas de perejil fresco picado

Aceite de oliva virgen extra

Preparación

Sumergir el bacalao en agua durante al menos 24 horas. Escurrir bien los trozos, enharinarlos y freírlos a fuego medio-alto en un cazo con un dedo de aceite de oliva.

Una vez dorados, retirarlos a un plato con papel absorbente o a una rejilla y reservar.

Pelar las papas y cortarlas cascándolas.

Calentar una olla a fuego medio-alto, añadir un par de cucharadas del aceite de fritura y marear en él los ajos bien picados y las papas.

Hacer un hueco entre las verduras, echar media cucharada más de aceite y sofreír el pimentón unos segundos.

Remover bien y mojar con agua hasta cubrir.

Incorporar el bacalao, subir el fuego y esperar a que levante el hervor.

Dejar cocinar a fuego suave, con hervor pausado, durante 15-20 minutos o hasta que las papas estén blandas.

Entonces, sacudir con cuidado la olla para que las papas suelten almidón y liguen el caldo. Probar y corregir el punto de sal y servir. Se puede decorar cada plato con un poco de perejil picado.



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