por Leonardo Jaciuk
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Los colores quedan muy lindos en los platos que preparamos pero significan, en realidad, mucho más que un lindo efecto estético: son sinónimo de la incorporación de variados y necesarios nutrientes a nuestro organismo.

Con esa idea, les propongo esta interesante combinación, de un vegetal intenso, crocante y con personalidad como el brócoli, con la suavidad y la dulzura de la calabaza. Ellos, junto a los ingredientes del ligue y condimentos que suman sabor, hacen a este plato ideal para estos días previos al verano.

Ingredientes

– Para la masa:
400 gramos de harina 0000
10 cucharadas de aceite de girasol
200 cc. de agua
50 gramos de semillas
Sal y pimienta a gusto

– Para el relleno:
1 taza de calabaza en cubo
1 taza de flores de brócoli
1 cebolla morada en cubos
1 cda. de curry
1 cda. de tomillo fresco
1 taza de queso cremoso en cubos
2 cdtas. de semillas de lino
2 huevos batidos
Oliva, sal y pimienta

Preparación

Para la masa, incorporar todos los ingredientes en una procesadora y procesar hasta unir. Envolver en film y llevar un rato a la heladera para que tome frío.

Para el relleno, en sartén con unas gotas de aceite de oliva rehogar la cebolla, los cubos de calabaza y las flores de brócoli hasta que resulten levemente dorados y blandos. Condimentar con sal, pimienta, tomillo y el curry. Unir y retirar hasta enfriar.

Incorporar al relleno los huevos batidos, el queso en cubos y unir toda la preparación.

Dividir la masa en dos (una un poco más grande) estirar las partes. Con la más grande forrar una tartera. Volcar la preparación, espolvorear con las semillas de sésamo.

Disponer por encima la otra parte de masa, unir los bordes.

Llevar al horno a 180 grados por unos 35 minutos.