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Policiales 28 de septiembre de 2017

Tenía 17 años, la violaron y la mataron: su crimen quedará impune

Las últimas chances de esclarecer el asesinato de María Leticia Filosi se esfumaron esta semana, tras conocerse que no se pudo obtener un material genético masculino de la evidencia. El caso había tenido un juicio con dos hombres absueltos por deficiencias en los estudios de ADN.

El resultado negativo de un estudio de ADN realizado días atrás acabó con la última posibilidad de esclarecer la violación y asesinato de la adolescente María Leticia Filosi, crimen sucedido en mayo de 2004 en esta ciudad.

“Ya no hay mucho más que hacer en esta causa. Es muy lamentable”, dijo el fiscal Rodolfo Moure, a quien se le asignó el tramo final de la investigación y que ahora no parece tener más opciones que pedir el archivo provisorio del caso.

El cadáver de Filosi apareció el 10 de mayo  en cercanías del predio del AADA 601, en Camet. Horas antes la adolescente de 17 años había llegado al centro para hacer una prueba de trabajo y luego desapareció. Dos hombres fueron llevados a juicio por el hecho pero, precisamente, estudios de ADN mal hechos provocaron el sobreseimiento de ambos.

La Justicia ordenó un nuevo juicio pero nunca se llevó a cabo al constatarse las deficiencias de los análisis genéticos y en el año 2016 se encomendó a Moure la búsqueda de otras pruebas para no suspender la investigación. Sin embargo, frente al tiempo transcurrido solo podía recurrirse a la evidencia residual incorporada para intentar la obtención de un perfil de ADN del asesino. Así fue como se enviaron al Departamento de Genética Forense de la Policía Científica una tarjeta con sangre de la víctima y un hisopado vaginal.

El informe fue firmado por la perito bioquímica Lorena Sambuco, bajo la dirección de Stella Maris Jaureguiberry, titular del Laboratorio de ADN de Policía Científica. “No se obtuvo haplotipo alguno de cromosoma Y, por lo que no se halló material masculino” y agregó que del hisopado vaginal solo “se obtuvo un perfil genético femenino, único y completo que coincide en su totalidad con el perfil genético femenino analizado en la muestra tomada en la tarjeta FTA de la víctima Filosi, María Leticia”.

El crimen de Filosi fue el último de una serie que nunca obtuvo un culpable. Cinco cadáveres de mujeres aparecieron por la zona de Camet, todas ellas asfixiadas o estranguladas. Salvo dos, las demás abusadas. Fueron Marlene Michiensi, Débora San Martín, Mariana Vázquez (todas en 2000), María Claudia Renovell (2001) y Filosi, el 10 de mayo de 2004.

El caso Filosi

En la investigación inicial dirigida por el entonces fiscal Alfredo De Leonardis se estableció que Filosi frecuentaba un boliche llamado Alta Birra. El 1° de mayo de ese año, es decir poco más de una semana antes del crimen de la joven, custodios de seguridad mataron a golpes a Paolo Celaya y uno de los detenidos fue Gustavo Ulloa. En una declaración Ulloa dijo que tenía información sobre la muerte de Filosi y que Sergio “Cara de Goma” Molina se movilizaba en un automóvil similar al que un remisero dijo haber visto por el AADA 601 en las horas que el cadáver era abandonado.

Molina, y luego otro concurrente a Alta Birra, Fernando Spotter, fueron sometidos a estudios de ADN comparativos con el semen hallado en el cuerpo de la menor. El estudio dio coincidencias con ambos y de inmediato fueron llevados a juicio aunque siempre aseguraron no tener relación con el caso.

En el debate surgió un gran contratiempo: Nicolás Córdoba confesó que la noche previa al crimen había tenido relaciones sexuales con Filosi, que era su novia. Antes lo había negado por “miedo”. Entonces eso obligó a que los jueces Esteban Viñas, Aldo Carnevale y José Martinelli interrumpieran el juicio y pidieran un nuevo AND, el que arrojó que podía incluirse a Córdoba como el aportante del semen. Dicha contigencia llevó a la absolución, en abril de 2008, de Molina y Spotter por las serias dudas que generaban los ADN.

En 2009 la Cámara de Casación, ante el recurso apelatorio del fiscal y la familia Filosi, ordenó la realización de un nuevo juicio que nunca se cumplió. Primero por la muerte de Molina –fue asesinado en Villa Gesell- y luego porque el fiscal Mariano Moyano pidió que se analizara el controversial ADN efectuado por el genetista Daniel Korach. Fue precisamente Jaureguiberry la encargada de hacerlo y su conclusión fue lapidaria: ni Spotter ni Molina debían haber sido incluidos como aportantes. Al menos con los métodos de aquellos años.

Con Spotter definitivamente sobreseído y Molina muerto no quedaba mucho más por hacer. El fiscal Moure, que había sido instructor de De Leonardis en el inicio de la investigación, tomó la causa el año pasado e intentó hallar nuevas pruebas. Solo pudo pedir nuevamente a Jaureguiberry que buscara en la evidencia que quedaba algún perfil genético masculino para el caso de que surgiera un sospechoso en el futuro inmediato. Pero eso quedó descartado en los últimos días y con el negativo de ADN se diluyó la esperanza de saber quién, cómo y por qué fue violada y asesinada María Leticia Filosi.



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