CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Deportes 16 de junio de 2017

Todos quieren saber más sobre Eric Flor

El escolta se transformó en un héroe sin capa para Quilmes.

Aunque pueda parecer injusto con el resto de un plantel tan sacrificado como rendidor, en este momento todos hablan de él. En los medios locales y nacionales. Claro, en los últimos días adquirió una notoriedad mayúscula con sus actuaciones individuales que lo hicieron sobresalir en un deporte colectivo como el básquetbol.

Su nombre y apellido, Eric Flor, fueron trending topic (tendencia) en la red social Twitter en la madrugada del miércoles. Y aunque ese dato carezca de cierta trascendencia verosímil, lo cierto es que realza el inicio de esta nota. Todos hablan de él. Aunque pocos saben quién es o de dónde salió este pibe flaco y tranquilo que se transforma en un volcán en erupción al ingresar a una cancha de básquet.

El pasado 10 de mayo, tres días antes del último superclásico de la temporada frente a Peñarol, el escolta celebró su 24° cumpleaños. Llegó a Quilmes para esta campaña, pero parece que ha estado por años en la zona de Luro y Guido.

Se formó en Los Indios de Moreno, un club de barrio bien de básquet, en donde llegó a ser dirigido por Carlos Duro, en 2010/11. Pintaba bien, y antes de cumplir los 18 pasó a Ciudad de Bragado, para jugar en el TNA. Y luego vinieron otras tres temporadas en el ascenso con la camiseta de La Unión de Colón, en donde se consolidó y empezó a ser seguido por equipos de la Liga A.

En 2015/16 fue la ficha Sub 23 de San Lorenzo de Almagro, que luego sería campeón de la LNB. Llegó a Boedo con 9,6 puntos (33% en triples) y 4,5 reboes en 24,4 minutos a lo largo de 39 juegos en La Unión.

Fue su estreno en la máxima categoría. Muchos no lo recuerdan, pero había empezado bien en la rotación “azulgrana”, con cierta participación como relevo. Más tarde, cuando empezaron los recambios de extranjeros, fue perdiendo lugar y terminó jugando muy poco y sus números así lo reflejaron: 2,9 puntos, 1,1 rebotes y 0,8 asistencias en 9,3 minutos durante 36 partidos.

Aún así, su potencial no pasó inadvertido. Quilmes se fijó en él y se produjo su desembarco en la institución de Luro y Guido.

“Fue nuestro primer fichaje para la temporada 2016/17 -recuerda el entrenador Javier Bianchelli- y la apuesta fue hacerle un contrato por dos temporadas. Mi asistente, Mariano Rodríguez, lo venía siguiendo desde que estaba en el TNA. Cuando me lo ofrecieron, me parecía ideal como un revulsivo para cambiar el ritmo desde el banco. Mariano me dio el OK, lo hablamos con Nicolás Bastarrica -marplatense y preparador físico de San Lorenzo- y el presidente Pablo Zabala me respaldó, así que traerlo me cerraba por todos lados”, reveló el coach.

Flor constituye uno de esos raros casos en que su rendimiento (y sus números) se han potenciado en los play-offs. Dueño de un físico muy fuerte para su contextura, posee un slalom indescifrable cuando ataca la canasta con un Euro Step que recuerda -con la mano cambiada y salvando las distancias- al del propio Manu Ginóbili.

Progreso constante

En la presente temporada ganó el premio al Jugador de Mayor Progreso. Una distinción que, entre otros, ganaron en su momento Emanuel Ginóbili (1997/98), Pablo Prigioni (1998/99), Federico Kammerichs (2000/01) y Facundo Campazzo (2011/12). Y llegaron bastante lejos ¿no?

“Estoy muy conforme con mi temporada individual, que claramente supera las expectativas que tenía cuando llegué a Quilmes. Pero mucho más, por la temporada del equipo”, le había dicho a LA CAPITAL cuando el “tricolor” todavía luchaba por conseguir un sitio en los play-offs.

Por las dudas, Bianchelli agrega convencido: “En esta temporada Eric tuvo un crecimiento muy grande. Es un laburador, tiene una cabeza ganadora y no se rinde nunca. Esa es una clave fundamental que se agrega a su dinámica e intensidad. ¿Hasta dónde puede llegar? No lo sabemos. Pero aún tiene margen para seguir evolucionando”.

Sobre su estadía en Quilmes, el escolta goleador asegura que “se conformó un grupo humano espectacular. Además de muy buenos jugadores, son enormes como personas. Creo que las cosas suceden por algo. El corazón y el hambre que tiene este equipo es terrible. Pero se alimenta de actitudes en el día a día que van más allá de lo deportivo. Pongo un ejemplo. Yo llegué para ser suplente. Y en una de las primera charlas de la temporada, Enzo Ruiz, con quien supuestamente íbamos a compartir minutos en cancha fue el primero en acercarse y decirme que yo iba a ser el titular y una de las primeras opciones del equipo. Eso habla a las claras sobre la clase de persona que es. Y los otros chicos también”.

A juzgar por su presente y su edad, Eric Flor parece no tener techo. Así lo considera su actual entrenador. “No sabemos cuánto puede dar. Al principio era nuestro candado defensivo y le asignábamos al mejor atacante perimetral del rival. Por la capacidad de sus piernas lo puede hacer. Pero a partir de esta explosión ofensiva que no sinceramente no esperábamos, lo hemos relevado de esa función”, aclaró.

Extasis

“No hay palabras para describir esto. Es una locura de punta a punta”, le dijo Flor a LA CAPITAL en un semidesierto estadio “Héctor Etchart”, cuando ya había transcurrido casi una hora de la inolvidable victoria de Quilmes sobre Ferro. “Obviamente que mi actuación individual me pone muy contento, pero solo no podría haberlo hecho tampoco. Este equipo es increíble. Nos sobreponemos a cualquier problema que tengamos.

A pocos días de otra prueba de exigencia extrema, la final de la Conferencia Sur, el cansancio por la seguidilla de partidos acumulados plantea algunos interrogantes.

Flor lo afronta con naturalidad y simpleza. “Llegamos cansados, sería una mentira decir que no. Pero cuando estás adentro de la cancha llega un momento en que no se siente más nada”, confiesa.

Tampoco anda con vueltas cuando de encontrar la mejor virtud que tiene este Quilmes sorprendente. “Creo que lo mejor que tenemos fue entender nuestra propia locura. Me impresiona lo gran entrenador que es Javier (Bianchelli), cómo pudo manejar este grupo de personas y de jugadores, para que todos sepamos a qué jugamos y qué tiene que hacer cada uno. Aunque a veces desde afuera parezca un despelote, nosotros nos entendemos, nos hace bien jugar así y nos ha dado resultados además”, asegura con firmeza.

Para muchos, por no haber tenido el lugar que probablemente se merecía en San Lorenzo, esta final que se viene contra el “azulgrana” será muy especial para Flor. Sin embargo, aseguró que “todavía no he pensado ni un segundo en San Lorenzo. Estaba enfocado solamente en este quinto juego contra Ferro que había que ganar sí o sí y lo conseguirmos. Ahora Vamos a desacancar y a partir del viernes (por hoy), ya pondremos la cabeza en lo que se viene. Y vamos intentar dar un nuevo batacazo”.

Su actualidad es tan arrolladora, que ahora hasta hace dudar a los hinchas de Quilmes que anhelaban el retorno del idolatrado Walter Baxley para la próxima Liga.