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Deportes 9 de junio de 2019

Una vez más, ¿quién de los dos es el mejor?

por Marcelo Solari

La comparación resulta inevitable. A cada logro de uno u otro, la pregunta surge por sí sola. ¿Quién es el mejor? El clásico más atrapante del tenis moderno Nadal-Federer o Federer-Nadal sostiene una increíble vigencia de 15 años en el máximo nivel.

Los dos son formidables. Casi que agotan los adjetivos para poder describirlos con precisión. Cada uno con su estilo, cada uno con su impronta.

Son impecables desde el juego, pero enarbolan otros valores agregados. Que no suman puntos para el ranking ni dinero para la cuenta bancaria, pero constituyen un capital mucho más importante, y por el cual ambos también son admirados en todo el planeta: comportamientos ejemplares.

Respetuosos al extremo de compañeros y rivales, del afecto de los aficionados, de las reglas y de la corrección. Lejos de los escándalos y las habladurías. Cultores del perfil bajo, ambos hablan en la cancha.

Pero, una vez más, ¿quién es el mejor de los dos? El suizo acumula 20 títulos de Grand Slam y el español ahora suma 18. Las dos cifras constituyen una monstruosidad. Federer tiene 8 en Wimbledon, 6 en Australia, 5 en Estados Unidos y 1 en París. Nadal suma 12 en Roland Garros, 3 en Nueva York, 2 en Londres y 1 en Melbourne.

Claro que en el “mano a mano”, el mallorquín se impone con cierta amplitud: 24 a 15, aunque hay un triunfo del helvético por no presentación que no cuenta para la estadística. De los 39 encuentros entre sí, 24 fueron en finales, con saldo favorable al de Manacor, 14-10. Y Federer ha sido número uno del mundo por más tiempo (310 semanas contra 196 del ibérico).

Para aquellos mayores de 45 años, Federer es como Bjorn Borg. Su tenis fluye con una facilidad asombrosa. Y Nadal es como Guillermo Vilas. Con mayor esfuerzo y exigencia para su físico. Lo que no significa que lo suyo sea menos valioso.

En cualquier caso, como las pruebas numéricas no son concluyentes para uno u otro, todo termina siendo una cuestión de gusto personal. En el próximo Wimbledon se escribirá otro gran capítulo de esta historia atrapante.



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