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La Ciudad 30 de junio de 2019

Vacunas: un antagonismo se instaló en la sociedad y pesa en el área de salud

El dilema está instalado entre algunas personas. Los médicos advierten que no vacunar se trata de una irresponsabilidad que no tiene ninguna comprobación científica. "Las vacunas y el agua potable fueron, probablemente, los logros más trascendentales en los avances de la salud", explicó el ex secretario de Salud, Alejandro Ferro.

Un nuevo antagonismo en el área de salud se instaló durante los últimos tiempos y tiene que ver con las vacunas. La dicotomía abarca, especialmente, a padres de menores en edad escolar ya que desde el año pasado existe una ley al respecto. Las posiciones se vuelven casi irreconciliables, cuando los “antivacunas” basan su decisión en “los daños colaterales” provocados por la inmunización, además de considerar al sistema como “dictatorial”.

Esa posición colisiona con las opiniones de los verdaderos especialistas: asegurar que no vacunar es una irresponsabilidad que no tiene ninguna comprobación científica. Incluso, afirman que los que se oponen a las vacunas son “poco solidarios” debido a que sus hijos al no estar vacunados propagan las enfermedades y “atentan contra la inmunidad del rebaño”.

Nada de lo que digan es cierto, tienen que demostrarlo en publicaciones científicas. Todos los médicos nos basamos en un método científico que tiene que ser reproducible, vivir la misma experiencia en otra parte y obtener un resultado parecido”, sentenció el infectólogo y ex secretario de Salud de la comuna local, doctor Alejandro Ferro.

Por su parte, el médico antroposófico Gerardo Viana consideró como “una falacia” la inmunidad del rebaño y aseguró que “es paranoia para justificar lo que ellos quieren y no lo que vos querés como ser soberano”.

“Hace 30 años que asisto a congresos de infectología -detalló Ferro, también médico consultor en enfermedades infecciosas-, que fundamenten ahí que las vacunas no sirven para nada. No resisten el método científico.
Las vacunas y el agua potable fueron, probablemente, los logros más trascendentales en los avances de la salud pública universal”.

A entender del médico antroposófico Gerardo Viana, estar vacunado no significa estar inmune. “Es una falacia lo de la inmunidad del rebaño -advirtió-, hay países donde están casi el 100 por 100 vacunados e igual sufren brotes. La inmunidad no existe ni está garantizada, es artificial y tiene fecha de caducidad”.

Opciones

A pesar de la existencia de grupos (virtuales y reales) de personas “antivacunas”, los testimonios que brindaron ante LA CAPITAL pidieron que queden en el anonimato debido a que “hay mucha gente que está en contra de nuestra postura, hubo escraches y algunos se pusieron violentos. Además desde diciembre del año pasado existe la ley nacional de vacunación”, explicó una madre de dos nenas de 7 y 11 años.

También la madre de dos preadolescentes basó experiencia “en las vacunas antroposóficas.” “Creo que los extremos son malos, la antroposofia es para prevenir o fortalecer para no contagiarte algo. Mi experiencia con la homeopatía fue buena en materia de prevenciones, ya sea con alergias o para fortalecer el sistema inmunológico”, sostuvo.

Con sus hijos escolarizados, debe presentar la libreta sanitaria en las instituciones educativas y los certificados “están firmados por el médico antroposófico, porque ellos tienen vacunas antroposóficas”, explicó.

Posiciones

El doctor Gerardo Viana comenzó con la medicina antroposófica a mediados de los ´90, a través de “remedios naturales de un laboratorio suizo y los antroposóficos europeos recomendaban no vacunar y me llamó la atención, así que me metí en el tema y es así, totalmente descabellado”.

“Estoy a favor de la vacunación voluntaria -explicó-, hay distintos tipos de vacunas y de problemáticas. La vacunación compulsiva me parece una presión. Los prospectos de los medicamentos son llamativamente sinceros, pero claro, no todos entienden términos científicos”.

Asimismo, el infectólogo Ferro recomendó que “todas las personas, independientemente de su edad y condición, deben estar al día con las vacunaciones que figuran en el calendario nacional, que es muy amplio, y en caso de surgir dudas consultar al profesional médico especializado”.

A entender del médico antroposófico, el tema de la vacunación obligatoria está “desmadrado” y ejemplificó con que “vacunan a las embarazadas y hace 40 años, cuando estudiaba, te decían que a las embarazadas no hay que darle ningún remedio”.

En tanto, el ex secretario de Salud municipal señaló que “los detractores de las vacunas se expresan, en general, en ámbitos no académicos y les han atribuido a las vacunas efectos adversos pero no hay estudios científicos que demuestren esas hipótesis”.

“Los agentes patógenos (virus, bacterias, parásitos y hongos) -continuó- no tienen moral ni tampoco adhesiones a cultos religiosos, asuntos políticos o de otra índole, sólo se circunscriben a la ciencia”.

— ¿Qué dice la Ley?

El pasado diciembre se promulgó la Ley 27.491 de Control de Enfermedades Prevenibles por Vacunación, sancionada ese mismo mes por unanimidad en las dos cámaras. La actualización del marco legal para la prevención primaria a través de las vacunas fue un proyecto del diputado nacional por Tucumán, Pablo Yedlin.

La nueva ley reafirma a la vacunación como una política de Estado: las vacunas continúan siendo gratuitas y obligatorias. Se agrega que el Estado Nacional es el responsable de adquirir los insumos necesarios para la vacunación y proveerlos a las 24 jurisdicciones.

También declara la vacunación para todas las etapas de la vida y a todos los componentes del Programa de Inmunizaciones de interés nacional.

Asimismo, define a la vacunación como un bien social y establece la prevalencia de la salud pública por sobre el interés particular.

La ley también establece la vacunación obligatoria del personal de salud y de laboratorio, favorece la gestión de la autoridad sanitaria para la exención de los impuestos a las vacunas y da fuerza de ley a las comisiones asesoras externas Conain (Comisión Nacional de Inmunizaciones) y Conaseva (Comisión Nacional de Seguridad en Vacunas).

A su vez, crea el registro informatizado nominal de personas vacunadas que debe ser utilizado tanto en el sector público, como en la seguridad social y el sector privado.

Y busca favorecer el acceso al derecho de vacunarse en todo el ciclo de la vida, debiendo presentar el carnet de vacunas en el ingreso a la escuela (primaria y secundaria), a la universidad (pública y privada), en el examen pre laboral y en los controles periódicos. También para tramitar el DNI, la licencia de conducir, el pasaporte, además de las asignaciones familiares, sin impedir el trámite.

 



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