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Cultura 29 de enero de 2019

“Venimos a ofrecer nuestro aporte, pero eso no significa modernizar”

El artista marplatense acaba de publicar en un libro las obras de teatro "La rosa de cobre (el secuestro de Roberto Arlt)", "El escapista" y "Ensayo sobre el miedo". La edición viene a sellar la década de trabajo del grupo actoral que lleva el nombre de la primera pieza. El rol de la ideología y cómo se reactualizan sus historias en este contexto de "restauración neoliberal".

Federico Polleri lee pasajes de su libro durante la presentación en América Libre.

Por Paola Galano
@paolagalano

Director de teatro y, antes dramaturgo, actor y periodista, Federico Polleri publicó un libro que contiene tres obras de teatro de su autoría. La edición, además, posee un prólogo del crítico e investigador Jorge Dubatti.

Se trata de las piezas “La rosa de cobre (el secuestro de Roberto Arlt)”, “El Escapista” y “Ensayo sobre el miedo”, las tres estrenadas en Mar del Plata y llevadas a escena por el mismo grupo actoral que nació hace una década en el flamante centro cultural América Libre.

“Ensayo sobre el miedo” es aún parte de la rica cartelera del teatro independiente marplatense. Allí, Polleri sumó un nuevo rol al proyecto escénico: la dirección.

Entrevistado por LA CAPITAL, el dramaturgo que supo crear una estética propia analizó esta nueva etapa, en la que estrena libro y abre otra puerta: no descarta que otros directores y grupos lleven a escena sus relatos, que están siempre atravesados por la historia, el arte y el contenido ideológico.

“Entiendo que las obras expresan preocupaciones diferentes, de acuerdo a los años en que fueron escritas y las experiencias personales y colectivas que atravesábamos en cada momento”, indicó Polleri.

-¿Ves más factible que, con un libro en papel, otros grupos por afuera de Mar del Plata se interesen en tu obra y acaso quieran llevarla a escena? ¿Te interesa ese recorrido?

-Sí, claro, siempre es interesante la posibilidad de que las obras circulen. Y por supuesto que sería lindo ver nuevas formas de llevarlas a escena, porque seguramente encuentren nuevos sentidos, de acuerdo a la manera en que se realicen y al contexto histórico y político que las contenga. Es cierto que estando publicadas esa posibilidad crece.

-¿Notás que el contexto de 2019 reactualiza el contenido de tus obras, sobre todo el de las dos primeras? No es lo mismo 2008 que 2018… hay procesos que ni imaginábamos hace diez años.

-Sin duda, porque si bien cada obra dialoga con su contexto, esas lecturas se resignIfican con los años. Por ejemplo una de las obras publicadas, “El Escapista”, la escribí en el año 2012. Yo seguía con la preocupación de la primera obra (La rosa de cobre. El secuestro de Roberto Arlt), que abordaba el problema del rol del artista en la sociedad, pero el contexto había cambiado. Habían pasado varios años del gobierno Cristina, había muerto Nestor Kirchner y el peronismo comenzaba a tener una resonancia diferente, incluso para quienes veníamos de una tradición política y cultural de izquierda. Esto fue lo que me llevó a seguir pensando en un artista como protagonista (en este caso un ilusionista), pero esta vez situado en un contexto bisagra para entender el peronismo: el golpe del 55 que terminaría con el primer gobierno de Perón y que lo forzaría al exilio y la proscripción. La obra terminó siendo una metáfora de la caída de Perón, de su relación con Evita y el pueblo, de su exilio, y una pequeña reflexión sobre la decisión de no resistir el golpe, a pesar de que el pueblo estaba dispuesto a hacerlo. Hablar de esto en el contexto de los últimos años del gobierno de Cristina, ofrecía resonancias interesantes. Y en la actualidad, en plena restauración neoliberal, mucho más.

-¿Considerás que tu teatro viene a modernizar la dramaturgia contemporánea?

-No, en absoluto. La dramaturgia argentina es muy rica y está en constante evolución. Jorge Dubatti dice algo interesante sobre esto: que la tremenda diversidad de poéticas existentes en el teatro argentino constituye un “canon imposible”. Sumale a esto que nuestro país tiene una cartografía teatral “multicentral” y ahí se explica la pluralidad y la enorme riqueza que tenemos (por eso tan considerado internacionalmente). La fuerza del movimiento de teatro independiente argentino, nacido en los años 30, ha tenido mucho que ver en esto, y yo creo que muchos de nosotros somos hijos e hijas de esa tradición. Desde ese lugar creo que las nuevas camadas venimos a ofrecer nuestro aporte. Pero eso no significa necesariamente renovar o modernizar. En el mejor de los casos, aportamos nuevas miradas.

-La dimensión política o ideológica nunca deja de jugar en tus obras, ¿por qué?

-Porque considero al teatro un lenguaje, una manera de comunicar, y, por lo tanto, un modo de expresarme poética y políticamente. Por otra parte, no creo que ninguna expresión artística pueda prescindir de la ideología de quienes la crean. Creo que de forma más o menos explícita la ideología autoral está en todo hecho artístico, incluso en lo que se pretenden mostrar inocuos o neutrales.

-¿Cuánto pesa en tu teatro la figura de Brecht?

-Berltolt Brecht es una figura insoslayable en todo teatro político. En mi caso, tuve un acercamiento a él mediado por la experiencia que me convidó Manuel Santos Iñurrieta, director invitado en nuestro primer espectáculo, quien aportó mucho desde su trabajo en Buenos Aires al desarrollo de lo que él denomina un “teatro épico latinoamericano”. Se trata de no repetir las fórmulas brecteanas creadas en otro contexto geográfico e histórico, sino de crear, a partir de estas influencias y perspectivas técnicas, éticas y poéticas, modos de hacer un teatro vinculado a nuestro propio contexto y a nuestras propias experiencias históricas, políticas y artísticas.

-¿Qué otra obra es la que viene?

-Estoy investigando algo bastante alejado de lo que estuve haciendo hasta ahora. Más cerca de lo que algunos llaman “teatro de lo real”, y que en algún punto, se toca con mi otra actividad, que es el periodismo, particularmente con la crónica narrativa o de no-ficción. Por ahora puedo decir solo eso, porque el trabajo está recién arrancando. Este año, además de seguir con funciones de “Ensayo sobre el miedo”, mi intención es avanzar con el desarrollo de este nuevo proyecto.