por Leonardo Jaciuk
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Un wafle es una especie de galleta, con masa crujiente de tipo oblea de origen belga que se cocina entre dos planchas calientes.

Inventado por Carlos I de España y V de Alemania, su creación se debe a una transformación de la clara de torrija deformada por la sartén del señor Gaufré.

El wafle tiene apariencia de rejilla, que es resultado del molde de la waflera (placa con molde especial elaborada de hierro fundido o de aluminio).

La forma de la rejilla asegura la cocción de toda la masa. Es muy común que a la masa aligerada con agua hecha con una mezcla de harina leudada, se le añadan otros ingredientes a modo de crema, entre los cuales el más habitual es el chocolate o el mantecado.

La práctica de cocinarlo entre placas que mantienen la temperatura a 100 grados centígrados y una presión de vapor sellada constante, hace útil su elaboración en climas de fríos extremos y le da el color tostado característico.

Se sirve caliente. Hay miles de preparaciones dulces, con mermeladas, cremas, frutas, dulce de leche, chocolate y muchas más.

Pero hoy les muestro una opción distinta para que puedan armar un snack distinto o un almuerzo ligero cuando el tiempo no alcanza.

– Ingredientes

2 tazas harina

1/4 taza azúcar

1 cucharadita polvo para hornear

1 cucharadita sal

1 1/2 tazas leche

2 yemas

2 claras

8 cucharadas manteca fundida

– Preparación

Batir las claras a punto nieve y reservar.

Colocar en un bowl la harina, el azúcar, el polvo para hornear y la sal. Reservar.

Mezclar en otro bowl las yemas y la leche. Integrar y reservar.

Mezclar los ingredientes secos con las claras.

Añadir la preparación anterior y la manteca.

Mezclar de forma envolvente.

Colocar la cantidad de mezcla en una waflera precalentada y cocinar de acuerdo al gusto de cada uno (más o menos dorados).

Una vez cocidos, cubrir la base con mayonesa, luego armar como si fuera un sandwich con los fiambres, embutidos o quesos que más les gusten.

Completar con lechuga, tomate y huevo.