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Cultura 8 de noviembre de 2025

Cine, estrellas y peronismo: el detrás de escena del primer Festival de Mar del Plata

En este ensayo histórico, Ela Mertnoff analiza el festival de 1954 como un prisma para entender la evolución de la industria cinematográfica argentina y la relación del espectáculo con la política. Este domingo 9 de noviembre su autora lo presenta a las 19 en la Feria de Libro, que se realiza en Espacio Comunidad y Energía.

Perón con anteojos 3D, una de las imágenes icónicas de la primera edición del Festival de Cine de Mar del Plata, en 1954.

Por Félix Lencinas

La relación entre el arte y la política es un tópico que siempre vuelve a la discusión pública, y también se discute académicamente. El poder comunicativo del arte, que puede conmover y convencer, no le es ajeno a las esferas de poder, y puede convertirse en una herramienta de los gobiernos. Pero también, las industrias artísticas y culturales pueden nacer, crecer y desarrollarse a la luz de estos intereses. En ese contexto, suele leerse la realización del primer Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, organizado durante el primer peronismo del 8 al 14 de marzo de 1954.

Este evento de nuestra historia cultural es el foco del libro de Ela Mertnoff, “Cine, estrellas y peronismo: el primer festival de Mar del Plata” de Ediciones Futurock. Este libro es parte de la colección Historia Argentina que trata eventos puntuales: la reforma constitucional del 90, la primera derrota electoral del peronismo en el 83, la relación de los sindicatos y el peronismo, el plan inca de Manuel Belgrano y el golpe militar de 1955. De hecho, la autora presenta el primer festival como una suerte de antesala a lo que vendría con el golpe del 55, cómo luego se cuestionó a este primer festival como un acto político y se lo intentó borrar de la historia.

En una charla con LA CAPITAL, Ela Mertnoff contó algunos de los intereses que la llevaron a trabajar con este primer Festival. Como docente de Historia de los Medios de Comunicación en la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA y como investigadora del Conicet, siempre estuvo interesada en la historia cultural, de la prensa, la fotografía y el cine.

Ela Mertnoff

“Estoy usando mucho la palabra combatir, últimamente. Pero me molestaban un poco estos lugares comunes (…). Eso que quedó tan forjado en la memoria histórica yo quería matizarlo”, cuenta Ela Mertnoff sobre la búsqueda del libro.

“El Festival de Cine de Mar del Plata siempre me pareció un episodio sumamente interesante del que se conoce mucho, como las fotos más históricas en el imaginario colectivo. Por ejemplo, la foto de Perón con anteojos 3D que circuló bastante o Perón con las estrellas de cine. Pero a la vez se sabe poco del detrás de escena de ese primer festival y siempre quedó muy atado al gobierno peronista y a la idea de que fue meramente un instrumento de propaganda política. Al director de la colección de Historia Argentina, Federico Vázquez, que es el fundador de Futurock, le interesó también porque hay poco escrito hoy en día sobre historia cultural argentina. Es un tema del que se sabe mucho, pero se conoce poco”, cuenta la historiadora.

“No es casualidad que se esté haciendo este festival en paralelo (Fuera de Campo). Porque, justamente, es un repudio a las políticas de vaciamiento del Incaa, y en donde no se valora la cultura cinematográfica argentina”.

Un prisma para entender la historia y el presente

De acuerdo con la autora, el Festival de 1954 es el momento en el que “la política se espectaculariza y el espectáculo se politiza”. Perón lanza su campaña legislativa desde el balcón del Hotel Provincial. Y agrega: “También va a ser un momento en que vienen delegaciones extranjeras de cine y artistas de cine local. Entonces, Perón va a estar entrelazado, mezclado con el glamour de las estrellas”.

La espectacularización de la política es un fenómeno que está muy vigente: “Los vínculos entre los políticos y el espectáculo es algo que nos llama desde nuestro presente”. Este nuevo contexto hace que se vean estos momentos históricos bajo otra mirada: “Hace diez años no hubiese mirado las mismas fuentes que fui a estudiar, no con los mismos ojos. Por ejemplo, el tema de las estrellas del espectáculo vinculándose con el gobierno peronista o estando en contra o las distintas posiciones es algo que nos llama mucho la atención desde nuestro presente”.
Desde ese mismo presente, la política no se despega del Festival: “En un contexto en el que el cine argentino está siendo atacado y en donde no por nada se va a hacer un festival paralelo al oficial, Fuera de Campo, en repudio a las políticas de vaciamiento del Incaa y la pérdida de autonomía del Festival de Mar del Plata”.
En este sentido, este libro es “un prisma para comprender una historia más larga, como por ejemplo la conformación de la industria del cine argentino, las políticas que se implementaron y en especial la relación de las estrellas de cine con el peronismo y viceversa”.

El festival “es el evento más importante de la historia de nuestro cine hasta el día de hoy”, dijeron muchos diarios del gremio en la época.

Combatiendo el lugar común

Un interés que tiene Ela Mertnoff con este libro es combatir algunos lugares comunes “muy difundidos en la memoria histórica”. En primer lugar, que el festival fue solamente una herramienta de propaganda del gobierno. Con la autoproclamada “Revolución Libertadora” del 55, se intentó instalar que hubo gastos desmedidos en la realización del festival, que, en lugar de 2 millones, se habían gastado 4, en línea con “la idea del peronismo como puro despilfarro y gasto público. En los 60, hubo una visión muy difundida, impulsada desde los medios, como en la revista Primera Plana, muy importante que intentaba borrar la existencia de este primer festival“. El siguiente festival fue en 1959, organizado por la Asociación de Cronistas Cinematográficos Argentinos, sin intervención estatal y quiso borrar al primero porque “tenía fines políticos”.

En segundo lugar, combatir la idea rígida de que había artistas peronistas y antiperonistas: “Estoy usando mucho la palabra combatir, últimamente. Pero me molestaban un poco estos lugares comunes. Por ejemplo, cuando algún adulto mayor dice ‘Evita me regaló mi primer juguete’, también está el antiperonista que dice ‘Libertad Lamarque estaba prohibida por el peronismo, por eso se tuvo que exiliar a México’. Entonces eso que quedó tan forjado en la memoria histórica yo quería matizarlo y desarmar un poco ese binomio que había entre el llamado ‘artista del régimen’, por ejemplo, los actores más asociados con el peronismo, como Tita Merello, Hugo del Carril, Fanny Navarro, Zully Moreno; y los llamados ‘antiperonistas’, como Libertad Lamarque o Niní Marshall, entre otros. Quería desarmar este binomio que se formó en la memoria colectiva”.

Y agrega: “El artista más peronista de todos, Hugo del Carril, se vio afectado en su carrera durante el peronismo por su enemistad con un funcionario de Perón que se ocupaba de los medios de comunicación, Raúl Apold. Por su enemistad con él, le bajan de cartelera varias de sus películas. Entonces, es más complejo que decir que como se asociaba al régimen le iba bien en su carrera”. Del Carril critica un poco las políticas estatales de incentivo a la industria del cine: “Nosotros vamos a exportar nuestras mejores carnes, nuestros mejores granos. También tenemos que exportar nuestras mejores películas y si uno recibe la ayuda del Estado, uno tiene que estar muy orgulloso de eso y hacerlo valer. Diciendo de que no se puede producir cualquier cosa acá, hay que tener más un cine de autor, películas de mejor calidad. Si controlamos la calidad de nuestra carne, también tenemos que controlar la calidad de nuestro cine”.

El libro es: “un prisma para comprender una historia más larga, como por ejemplo la conformación de la industria del cine argentino, las políticas que se implementaron y en especial la relación de las estrellas de cine con el peronismo y viceversa”.

El libro es: “un prisma para comprender una historia más larga, como por ejemplo la conformación de la industria del cine argentino, las políticas que se implementaron y en especial la relación de las estrellas de cine con el peronismo y viceversa”.

Raúl Apold, el cerebro detrás del Festival

Una de las figuras históricas que son centrales en el libro es la de Raúl Apold, subsecretario de Prensa y Difusión de la Presidencia de la Nación. “Su figura es de las más controvertidas en la historia del peronismo. En las fuentes se dice que la idea del festival fue de Perón, pero en realidad se sabe que fue de Apold, él fue el cerebro. El antiperonismo lo llamó ‘el Goebbels de Perón’ por pensar todo el aparato de propaganda peronista. En mi opinión, tuvo una importancia fundamental en cuanto a los cambios en la industria del cine. Él venía del mundo del cine y del periodismo. Iba a entablar una relación con Perón porque era un periodista acreditado en la Casa Rosada. Recién en el 49 va a ser el subsecretario de Prensa y Difusión hasta antes del golpe del 55”.

Apold fue el gran responsable del festival. Este funcionario se encargó de negociar con Eric Johnson, la figura que controlaba Hollywood. Para que el Festival tuviera impacto necesitaba “traer una delegación de Hollywood”. Así llegaron estrellas como Mary Pickford, una de las actrices más famosas del cine mudo, Walter Pidgeon, Ginger Rogers y Gina Lollobrigida. También era importante que lleguen los grandes actores argentinos, como Luis Sandrini, Tita Merello, Hugo del Carril, Mirtha Legrand, entre tantos otros más. Muchas de estas estrellas llegaron en el “Tren de las Estrellas”, desde la estación de Constitución.

Obviamente, no basta con figuras, sino también con películas. Se estrenó “Juventud Divino Tesoro” de Ingmar Bergman y también la primera película en 3D de Warner Bros. llamada “Museo de cera”. Y luego, “Buenos Aires en relieve”, primera película en 3D producida en Argentina. De ahí la famosa foto de Perón con anteojos 3D. “Pero la función que más impactó fue ‘El manto sagrado’”. Esta película usó la técnica Cinemascope: “Eso es más parecido a como vemos el cine hoy, mucho más nítido, más grande, se escucha mejor. Si no hubiese sido por el festival, no sé cuándo llegaba el Cinemascope. Por eso digo esto de combatir con la idea de que solo sirvió como propaganda. Efectivamente, ayudó muchísimo a la industria argentina para que despegue. Pero también fue utilizado, obviamente, para ayudar al gobierno peronista, que ya estaba hace nueve años en el poder y necesitaba levantar la mística que había empezado en el 45”. Por eso el festival “es el evento más importante de la historia de nuestro cine hasta el día de hoy”, dijeron muchos diarios del gremio en la época.

La industria del cine actual

Acerca de cómo ve la industria del cine en este contexto actual, fue categórica: “No es casualidad que se esté haciendo este festival en paralelo (Fuera de Campo). Porque, justamente, es un repudio a las políticas de vaciamiento del Incaa, y en donde no se valora la cultura cinematográfica argentina. Hay un ataque constante y muchísimos de los directores, actores y actrices de hoy se formaron gracias a créditos y subsidios del Incaa”.

El libro de Ela Mertnoff será presentado este domingo 9 de noviembre a las 19 en el marco de la Feria de Libro de Mar del Plata, en el Espacio Comunidad y Energía (Mendoza y Garay), sala Alfonsina Storni, con Lucía Salas, que trabaja en la revista de cine “La Vida Útil”, y con Pedro Berardi, historiador marplatense.