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La Ciudad 5 de julio de 2019

Vivir en la calle: radiografía de la asistencia social ante el frío

En medio de la ola polar, desde Desarrollo Social destacan el trabajo territorial y la contención en los paradores. Las ONG y entidades de bien público perciben un incremento de personas en extrema vulnerabilidad.

En el parador de Las Américas están siendo asistidas diariamente cerca de 50 personas en situación de calle.

Una persona sin medios de subsistencia que pernocta en la vía pública, por definición, es una persona en situación de calle. Pero cuando de marginalidad y de estar literalmente “afuera del sistema” se trata, con frío, sin alimento garantizado y con derechos reducidos al mínimo, no hay definiciones técnicas que alcancen.

Varias de las ONG y entidades de bien público abocadas a acompañar y contener a los hombres y las mujeres en extremo grado de vulnerabilidad social, advierten un incremento en la cantidad de personas que “viven” en las calles de Mar del Plata, mientras que desde el municipio, por el contrario, aseguran que el número “se redujo en el último año y medio”, y que si bien nunca alcanza, se reforzó el equipo de trabajo y se profundizó el abordaje social.

La sensación térmica llegó a los dos grados bajo cero ayer a la madrugada, en una de las noches más frías de lo que va del invierno. Alrededor de 55 personas (más de lo habitual) accedieron a pasar la noche en uno de los paradores municipales, mientras que otras 60 en el Hogar de Nazareth. Los voluntarios de la Noche de la Caridad prepararon y repartieron unas 350 viandas entre gente en situación de calle y muchos que no duermen per se en la vía pública, pero que no alcanzan a cubrir sus necesidades mínimas.

En Mar del Plata existe desde hace años una red de ayuda coordinada entre el municipio, a través de la Secretaría de Desarrollo Social, y varias ONG, entidades de bien público y la Iglesia: en este invierno, los móviles de la Comuna recorren la calle, atienden denuncias recibidas a través del 147 de vecinos que advierten la necesidad y piden ayuda, y albergan a casi medio centenar de personas en dos paradores; el desayunador Don Bosco asiste a muchos con la primera comida; la Fundación Sí y Nada es Imposible, con sopa, abrigo y ánimo de contener, van al encuentro con quienes pasan los días y las noches en la calle; en tanto, la Noche de la Caridad se organiza para preparar diariamente más de 300 viandas que se entregan en distintos puntos; y Asaar contribuye a contener, brindar abrigo, alojamiento y acompañamiento. A esto se suma un factor no institucional fundamental: la solidaridad de los vecinos.

Programa Municipal de Asistencia

El invierno se instaló con fuerza en Mar del Plata. “Estamos trabajando muchísimo. Fue muy buena la estrategia de tener disponible el 147 para esta época. El martes a la noche cubrimos 60 llamados y el miércoles recibimos 111”, indicó a LA CAPITAL la coordinadora del Programa para Personas en Situación de Calle, Leticia González.

En el último año y medio, la Secretaría de Desarrollo Social “reforzó el equipo” abocado a esta tarea. Algunos móviles recorren las calles y otros intervienen ante los llamados, mientras que en el parador del barrio Las Américas se recibe diariamente a entre 40 y 50 personas.

“Muchos de los que van son siempre los mismos, hay un clima de convivencia. El lugar está bien calefaccionado. Hay una rutina: llegan, se duchan, miran tele o juegan a las cartas, cenan y se van a dormir. Estos días se ve alterada la rutina por la llegada de gente nueva, por el frío intenso”, indicó la coordinadora del programa.

A su vez, el municipio habilitó otro espacio para pasar la noche en un ala de la Residencia Eva Perón, en la zona del Puerto, adonde se brinda una asistencia similar. En simultáneo, Desarrollo Social trabaja coordinadamente con la Dirección de la Niñez y el área de Adultos Mayores.

“La calle no es estática”

Establecer el número exacto de personas en situación de calle en Mar del Plata ha sido siempre dificultoso. El primer censo especializado, realizado en 2016, determinó que para entonces 213 personas pernoctaban en la vía pública. Para La Noche de la Caridad, “la cantidad de gente en la calle no ha mermado”, como sí sostienen desde el municipio. Para la ONG Nada es Imposible, “hay más que antes”.

Leticia González afirmó al respecto que “la calle no es estática” y que “es difícil definir cuántas personas están en esa condición” ¿Qué implica esto? Que si bien hay hombres y también algunas mujeres que hace tiempo se encuentran en esta situación, “algunos salen de la calle, otros quedan circunstancialmente en esa condición; no es siempre igual”.

En ese sentido, los operadores de Desarrollo Social detectan diariamente situaciones puntuales: “Gente que perdió el trabajo y se queda en la calle, o que lo echaron de su casa por consumo de sustancias o el que se peleó con la familia; eso conceptualmente no es estar en la calle, pero está en la calle y hay que asistirlo”, indicó la coordinadora del programa municipal, quien precisó que en la ciudad “hoy hay muy pocas mujeres en la calle” y garantizó que “no hay familias” en esta situación.

— “Lo que prima es la desesperanza”

La ONG Nada es Imposible despliega hace años un coordinado operativo para asistir y acompañar a las personas en situación de calle, mediante puntos de encuentro establecidos, como el Materno Infantil o plaza Rocha.

“Hay mucha gente nueva en la calle, sumado a personas que tienen hambre y no pueden calefaccionar su casa. Nosotros vamos los martes al Materno Infantil al encuentro con personas en situación de calle y además hacemos un seguimiento en algunos casos”, indicó Ariel Adera, integrante de Nada es Imposible.

“Hay 30 o 40 personas estables que las vemos cada martes que vamos al Materno Infantil. Allí ayudamos a muchos que no tienen DNI, adultos mayores que no tienen su jubilación tramitada o personas discapacitados que no cobran su pensión”, agregó y aseguró que “lo que prima es la desesperanza, porque es muy difícil dar vuelta una situación así en el contexto en el que estamos. Hay gente que queda afuera del sistema”.

Desde la ONG destacan a su vez que si bien “el alimento y el abrigo son vitales, también es importante acercarse, dialogar y contener desde lo humano” a quien se encuentra en esa situación de extrema vulnerabilidad.

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