La asamblea de concejales y mayores contribuyentes sancionó este miércoles, por 26 votos contra 21, las ordenanzas fiscal e impositiva, normas que reglamentan la percepción de ingresos de la comuna para 2025.

La gestión de Guillermo Montenegro logró la aprobación con el acompañamiento del interbloque Juntos por el Cambio  (conformado por Vamos Juntos, el radicalismo y la Coalición Cívica) y sus mayores contribuyentes, mientras que la oposición se opuso en pleno.

Los bloques de Unión por la Patria, Acción Marplatense y el Frente Renovador ya se habían opuesto en las comisiones y la sesión preparatoria, pero el bloque de La Libertad Avanza mantenía una abstención que hoy trocó por el voto negativo.

A grandes rasgos, las ordenanzas establecen que la Tasa de Servicios Urbanos (TSU) aumentará de forma automática, en sintonía con la inflación. Será acompasando el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que informe el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), tomando como base octubre del 2024.

Otra novedad es la continuidad de la tasa vial. La misma se recauda con la carga de nafta y gasoil en las estaciones de servicio mediante un adicional del 1,86% en el ticket final: los fondos se destinan al arreglo de las calles. Además, se contempla la eliminación de 20 tributos.

Durante el debate, Agustín Neme (Vamos Juntos), el miembro informante del oficialismo, se refirió a los “principios rectores” que impulsa la gestión de Montenegro y se ven reflejados en las ordenanzas, con foco en “un municipio eficiente, moderno, que quite trabas, que trabaje para eliminar obstáculos que estaban enquistados”. Y mencionó que hay un “cambio de paradigma” a partir de la desaceleración de la inflación.

“En cada año se hablaba de un aumento de tasas, se discutía si era mucho o poco, y ahora no estamos discutiendo ninguna suba, sino que la decisión que estamos llevando adelante es que ese incremento futuro sea en consonancia con la situación del país; es decir, con la inflación, entendiendo que, en términos macro, comienza a lograr una estabilidad en este sentido”, explicó.

Neme remarcó también la importancia de “eliminar aquellas cuestiones que obstaculizan el crecimiento” de la ciudad, que “burocratizan” el día a día de los vecinos y “ni hablar de aquellas personas que quieren venir a invertir y generar trabajo”.

Bajo esta premisa de gestión, el edil apuntó que, en años anteriores, se eliminaron “250 tasas y derechos absurdos”. Mientras que para 2025 se propone la quita de 20 tributos nuevos. 

Horacio Taccone (Acción Marplatense) consideró que si el nivel de tasas que se le va a imponer a los vecinos estuviese de la mano con la calidad de las prestaciones que el municipio presta, las mismas “tendrían que bajar”, ya que el servicio “es malo”.

Su compañera de bancada, Eva Ayala, denunció que, para quienes viven en la zona de Brown e Independencia, los tributos incrementaron un “69% por encima de la inflación”.

A su vez, las tasas para los comerciantes de la zona de Independencia tuvieron “un aumento de 700%” y, en el caso de los contribuyentes que viven en el barrio de Peralta ramos Oeste, “el que está reclamando por más seguridad, la suba fue del 520%”.

En la misma línea se expresó Ariel Ciano (Frente Renovador), que sostuvo que el aumento en las tasas “dista de ser proporcional a los servicios” que los vecinos reciben.

Además, el dirigente massista cuestionó que la tasa vial no sea “progresiva”. Apuntó que la misma es abonada “solo por quienes utilizan las calles para circular”, pero la pagan “en igual medida quienes tienen una capacidad contributiva muy alta y los que prácticamente no tienen capacidad contributiva”.

“Allí no hay progresividad. De hecho, hay planteos judiciales en ese sentido”, subrayó.

Un enfoque distinto le dio Cecilia Martínez (La Libertad Avanza), que fundamentó el voto negativo del bloque en el sistema tributario, el cual “se terminó de conformar entre 2009 y 2012, y colapsó”.

“Es un sistema que, a pesar de los esfuerzos, ahoga a los que producen, a quienes invierten. Y el vecino que no tiene un comercio, que no tiene una empresa pero capaz vive de su sueldo, vive el ahogo de la TSU. No va más. No tiene nada que ver con la nueva Argentina que estamos construyendo. Mar del Plata debe tener una reforma tributaria”, resaltó la edil libertaria. 

Martínez indicó que, en 2015, cuando asumió el primer gobierno de Juntos por el Cambio, la TSU tenía una base imponible de $464. Hoy ese básico pasó a $120.782, lo que implica un ajuste del “26.000%”, por encima de la inflación acumulada de casi el 13.000% de los últimos diez años.

En tanto, Mariana Cuesta (Unión por la Patria) indicó que Montenegro “cree en un Estado más chico y quiere que se retire”. Y planteó una “contradicción” en el Ejecutivo local.

“Si el municipio le va a pedir a los vecinos que paguen las obras o que esperen que un privado lo haga, lo lógico sería que baje la presión tributaria. Sin embargo, en el primer año de este segundo mandato, de diciembre de 2023 a enero de 2025, las tasas para los vecinos subieron al menos un 320%: más aumento a cambio de nada”, recriminó.

Con similares argumentos, Virginia Sívori, de UxP y especialista en temas económicos, deslizó que el municipio “intenta mostrarse recortando para quizás parecerse más a otro color político”, pero al analizar las tasas hay incrementos “que no parecen muy libertarios”.

La legisladora destacó que la TSU es uno de los tributos que “más le cuesta” pagar a los vecinos y que aumentó, “sin explicación, un 40% de diciembre de 2024 a enero”.

“La TSU y la Tasa de Seguridad e Higiene tienen la obligación de tener una contraprestación en servicios y hoy no lo hacen”, finalizó Sívori.