El primer día de vigencia del decreto mediante el cual el intendente Guillermo Montenegro ordenó el cierre de todos los restaurantes, bares, cafés, rotiserías y shoppings, la ciudad mostró movimiento pero a un ritmo más pausado del habitual en un día de semana.

Con algunos locales gastronómicos cerrados y otros tantos estrenando carteles en los que anunciaban la atención únicamente por delivery (tal como lo establece la nueva normativa vigente), el microcentro marplatense arrojó un panorama que oscilaba entre la cautela y el poco cuidado.

Es que si bien casi la totalidad de los comercios aplican medidas preventivas que van desde el uso obligatorio de alcohol en gel en todos los clientes y la limitación en la cantidad de personas dentro de un mismo espacio cerrado, existen quienes parecieran desoír las recomendaciones de las autoridades sanitarias y aún optan por salir a pasear. En especial las personas mayores de 60 años, señaladas como parte de la población de riesgo ante la propagación del coronavirus.

Si bien varias de las personas dentro de este grupo etario no tienen otra opción y deben salir de sus domicilios para hacer compras o mismo trabajar -pese a que el Gobierno autorizó la licencia con goce de sueldo para públicos y privados-, una recorrida realizada por LA CAPITAL permitió observar una gran cantidad de adultos mayores en paradas de colectivo, yendo a la playa y paseando por diferentes puntos comerciales de la ciudad.

Es que el decreto que colocó a la ciudad al borde de la “cuarentena” llegó en pleno marzo, un mes que, por la tranquilidad que se vive en la ciudad en esta época del año, es elegido por diferentes contingentes de jubilados para hacer turismo. Sin embargo, la situación extraordinaria que hoy atraviesa no sólo la ciudad sino el país y el mundo, hizo de este el peor momento para hacerlo.

Este panorama fue claramente advertido por diferentes agencias que, en las últimas horas y dadas las medidas implementadas por el gobierno municipal, decidieron adelantar la fecha de retorno.

Esto fue señalado por Federico, encargado de uno de los hoteles céntricos que esta mañana se encontraba revolucionado ante las medidas gubernamentales. “Muchas agencias que iban a retirar a los contingentes el fin de semana nos llamaron ayer y nos aseguraron que hoy a la noche pasaban a retirar a todos los huéspedes”, indicó.

Además, aseguró que la empresa, que posee en la ciudad tres hoteles, optó por el traslado de todos los pasajeros a uno solo de los establecimientos. “Acá los incentivamos a que retornen a sus lugares de origen porque también cerraremos este”, señaló, mientras orientaba a los turistas recién llegados.

Según indicó, las reservas “cayeron mucho” esta semana y comenzó a vivirse una ola de cancelaciones conforme se endurecían las medidas de cuidado. “Algo que nos parece perfecto, porque coincidimos con el Gobierno y la gente no debería venir. Así y todo, y aunque no lo crean, personas que tenían pensado llegar el sábado nos llaman y nos dicen que ellos quieren venir igual”, indicó, entre indignado y desconcertado ante la conducta de los clientes.

“Nosotros insistimos: acá nadie va a perder la plata de reserva. Los que no llegaron a venir o los que debieron adelantar su partida, tendrán las noches disponibles en el hotel. Y si lo desean, también se les hará un reembolzo”, señaló.

En donde sí pareciera haber calado fuerte la precaución es en los colectivos, donde desde este miércoles rige la obligatoriedad de circular únicamente con pasajeros sentados. Según señalaron los chóferes que recorrían la avenida Luro este mediodía, la baja de pasajeros “se sintió mucho”. “Hay muchísima menos gente que ayer“, aseguró a LA CAPITAL el conductor de la línea 571, que transportaba a penas unas 8 personas en la unidad.

La baja en el transporte público puede ser la razón por la que el tránsito vehicular no sufrió una merma este miércoles. Por avenidas, calles transversales y hasta en barrios residenciales circularon varios vehículos, manteniendo el movimiento típico de un día semanal. La decisión de levantar el Estacionamiento Medido en el municipio también puede haber favorecido a quienes pudieron optar, por al menos dos semanas, no utilizar colectivos y trasladarse en autos, motos y bicicletas particulares.

Mientras los locales gastronómicos se vieron obligados a implementar la modalidad delivery (muchos colocaron mesas en las entradas para evitar el ingreso de clientes a los espacios), algunos locales comerciales también optaron por cerrar sus puertas.

Además de los shoppings de la ciudad que decidieron cerrar hasta el 31 de marzo, algunos locales de ropa de la Peatonal, Rivadavia y Galerías tampoco se encontraban abiertos este mediodía. Los comercios de bazar, también se sumaron a la decisión. En Güemes, en tanto, el acatamiento de los cafés y restaurantes fue total, lo que hizo ver al centro comercial a cielo abierto casi vacío.

La costa, vacía

Pese a que todavía se pueden ver turistas recorriendo la ciudad, y teniendo en cuenta que los adolescentes no tienen clases, la costa permanecía este miércoles con poca gente.

Sol, temperatura agradable y poco viento son condiciones climáticas que en otros tiempos hubiesen invitado a las personas a disfrutar de una caminata a orillas del mar o a unos mates entre amigos en la arena. Sin embargo, las restricciones que hoy rigen en la ciudad parecieran haber hecho recapacitar a más de uno que, al parecer, optó por el resguardo de permanecer en sus domicilios.