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Cultura 26 de enero de 2023

Entretextos: poemas de Paola Li Volti

La autora marplatense comparte una selección de textos que surgen de la búsqueda de sincerarse y entender los procesos del duelo, hasta que sea poema.

I.
Duelar
personas
lugares
momentos.
Duelar la vida
la muerte
los finales
los miedos
los vínculos.
Duelar los duelos:
sí, duele.
Pero
transitar tu propia tristeza
es
saberte presente del momento
mejor llorar
gritar
patalear
d o l e r
para hacerse cargo de las situaciones
en el momento exacto,
y no ir por la vida
siempre de la misma manera
bajo un sinfín de anestesias
surfeando dolores y cambios
mientras el deseo real
se te escapa de las manos.

II.
Se me metió algo en la garganta
y empecé a toser.
Pude percibir que no quería irse
y me sentí morir.
Me hice chiquitita
y lo busqué con desesperación
dentro de mi cuerpo
rota la voz
muda el alma.
Encontré un papelito
atorado entre mis cuerdas vocales
lo abrí
y descubrí tu nombre
ahí.
Vos en forma de daño
jugando a las escondidas
en mi punto débil.
Te encontré atorado
anudado
aferrado
a mi garganta
y esta vez
sólo pude reír
hasta escupir(te)
letra por letra
porque
entendí que
liberar la voz
es
dejar ir
aquello que ata
dentro.

III.
Sacarte las vendas duele
dijiste
y, sí
cómo no va a doler
si debajo de tanta tela
hay un cuerpo
roto
carbonizado
enredado
en mil cuerpos más
como si las vendas
sostuvieran
decisiones que no tomaste
y que alguien más (te) eligió.
Y todo eso
que alguna vez deseaste para vos
pero no te animaste
está podrido
dentro.
Supongo que amarse
es
hacerse cargo
de lo que produce en vos
cada decisión
que no tomas.
Después de todo
no es el dolor
lo que nos consume.
Es todo eso que hacemos
para evitar el dolor.
Que duela entonces
la venda libre
que busca honrar
el proceso de sanación
pero que no queme
nunca
la carne
que cada tanto se olvida
de preguntarte
qué deseas
y
quién sos.

IV.
Se me pasa el arroz
se me pasan los trenes
se me pasa todo menos las penas.
La vida se me pasa
intentando que te me pases vos
pero ahí estás
jugando a la rayuela
con mis memorias más profundas.
presente
presente
recontra presente.
Y acá estoy yo:
viendo cómo todo sucede.
Quién pudiera
meter mano en la cabeza
sacar el cerebro de cuajo
y enjuagarlo
hasta que se salga todo eso
que envenena;
secarlo al sol un ratito
para que tome olor a viento
y volverlo a poner en su lugar
como si nunca hubiera[s] pasado.
Quién pudiera, ¿no?
salir del propio cuerpo
y susurrarse al oído
a la piel
al corazón:
esto no sucedió.
Y mientras tanto
acá estoy.
Viendo
cómo
se me pasa
otra vez
el arroz.

V.
Cuidado con eso de querer comerte el mundo.
No vaya a ser
que te engolocines de más
y te empaches
y vomites tus inseguridades
y se te ensucien los principios.
Comerse el mundo
no es más
que una metáfora desafortunada
para tapar
el hambre de competencia:
la necesidad de aplastar
todo eso que te supera.

Es el ego famélico
queriendo sanar heridas
de autoestima quebrada.

Que tu mayor anhelo
sea
destruir al resto
no es
un objetivo sano.
La autosuperación como excusa
para depositar en alguien más
los miedos que cargaron en vos.
Mejor aplaudir el logro ajeno
antes que quedarse pensando
en cómo vencerlo

Somos
la herencia del ganar cueste lo que cueste.
Podemos ser
el paradigma de admiración
de todo aquello que nos rodee.
Y es que
entre tanto fracaso
y sensación de frustración
podemos ser el abrazo
que no nos dieron
cuando eso que tanto deseamos
no nos salió.

Paola Li Volti nació el 25 de enero de 1994 en Mar del Plata, ciudad en la que vive actualmente. Es profesora de teatro e instructora de yoga en infancias. Desde pequeña ha indagado en diferentes estilos de lectura, como juego inmersivo en la aventura. En la escritura, ha encontrado la forma de cuestionarse y de poner en movimiento todo aquello que nos inquieta. Esta selección surge de la búsqueda de sincerarse y entender los procesos. Saberse parte del estado permanente de sensibilidad y hacerse cargo del duelo, hasta que sea poema.



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