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Deportes 9 de octubre de 2018

Peñarol ganó en el alargue un clásico memorable

El equipo de Leonardo Gutiérrez se impuso 99 a 95 a Quilmes en el clásico más importante del básquetbol argentino.

Por Marcelo Solari

Ni el mejor guionista de Hollywood hubiera imaginado semejante superclásico para muestra de lo que puede deparar la temporada. De locos, Como para entusiasmar a los más escépticos y convencer a la gente de volver a apostar por el primer nivel del básquetbol nacional. Tuvo de todo. Hasta un tiempo suplementario. Lo ganaba tranquilo Peñarol en el primer tiempo, por 16 puntos de ventaja y su rival complicadísimo con las faltas personales. Lo levantó Quilmes, a puro corazón y despliegue. Pudo ser para cualquiera y fue para Peñarol, 99 a 95, tras igualar en 81, al cabo de un partido inolvidable.

El primer cuarto tuvo un desarrollo electrizante y muy atractivo en un marco de paridad extrema hasta poco más allá de la mitad de ese segmento. Incluso con abundante gol. Ambos tiraron poco y bien desde zona tres, y no podían sacarse ventaja.

El rumbo del juego comenzó a modificarse con la determinante tercera falta personal de Sebastián Morales, que fue un anticipo del calvario que viviría Quilmes a partir de ese momento.

Peñarol empezó a defender muy bien el pick and roll, atento a las ayudas para evitar le pase interior, y tras un robo, una corrida y posterior volcada espectacular de Du’Vaughn Maxwell provocó el primer quiebre (18-14).

Cuando regresaron del tiempo muerto solicitado por Javier Bianchelli, el “milrayitas” continuó llevando la voz de mando. Muy fuerte atrás, negó cualquier posibilidad cerca del canasto y, al mismo tiempo, los de Luro y Guido fueron perdiendo precisión con el tiro abierto. Y como tampoco tuvieron contraataque, la sequía ofensiva fue notoria, al punto que no anotaron punto alguno en los úlitmos 4m30s del cuarto de apertura.

La cuesta se le puso realmente empinada al “tricolor” en el segundo parcial. La acumulación de faltas personales se convirtió en un problema gigantesco. Por momentos daba la sensación de no podía detener al rival de otra forma que no fuera a través del foul.

Y no fue cuestión de uno o dos jugadores, sino que Quilmes terminó el primer tiempo con Omar Cantón y Maximiliano Maciel con cuatro infracciones y Morales, Eduardo Vassirani y Luciano Tantos, con tres. Y muchísimo partido por delante.

Peñarol fue sintiéndose cada vez más seguro. Tuvo más opciones de contraataque y si bien disminuyó su eficacia con el tiro exterior, contó con dos buenos argumentos como Lucas Arn y Du’Vaughn Maxwell para marcar diferencias apreciables. La brecha mayor en la primera mitad llegó a ser de 16 puntos (45-29), y con todo el viento de cola.

Quilmes hacía lo que podía, cuidándose de meter la mano aunque ya el daño parecía que estaba hecho.

Y a falta de algunos intérpretes que estaban llamados a tener un rol importante y estaban condicionados, el ímpetu del pibe Víctor Fernández le reportó a Quilmes un mejor cierre y un resultado en contra menos lacerante.

Para los dos equipos era vital el inicio del tercer cuarto. Y emergió meror parado el equipo de Bianchelli. Porque defendió con mucha inteligencia, sin cometer aquellos excesos de la primera pate, y porque adelante Morales encontró un terreno muy fértil atacando a Maxwell. Ante la incredulidad de los simpatizantes “milrayitas”, Quilmes acortó a 6 (55-49) y jugaba mejor, con más concepto.

Entonces, el productivo Lucas Arn llegó al rescate, aportó en los dos costados de la cancha y enseguida se le sumó
Nicolás Lauría con un triple oportuno para darle tranquilidad a su equipo en las cifras (64-52), pero no el control psicológico de las acciones. Porque aún a pesar de seguir sumando foules, Quilmes resistía, prodigándose al máximo e incrementado su confianza.

A los 2 minutos del último cuarto, comenzó el previsible “desfile”. Primero fue Morales y enseguida Maciel, ambos excluidos por cinco faltas. Quilmes quedó con cuatro perimetrales más Vassirani en cancha, pero paradójicamente, fue Peñarol el que equivocó los caminos.

Cuando en teoría todo tenía que hacerse más simple, el “milrayitas” se complicó, se cargó de dudas. Y en la adversidad, Quilmes se hizo más fuerte, se potenció. Acaso el juego no tuvo tanto brillo, pero fue enorme su atractivo a partir de la incertidumbre que se planteó por el resultado.

Ninguno pudo encontrar un tiro certero para definirlo en el tiempo regular y hubo que ir a tiempo extra.

El alargue fue una montaña rusa. Con el caprichoso resultado inclinándose para uno y otro lado. Hasta que Maxwell tomó la decisión de la noche (también fue vital Nicolás Lauría en el suplementario) y su enésima volcada anticipó una victoria para recordar.

Peñarol 99
J.I. Marcos 10, B. Barovero 13, L. Arn 20 (x), D. Maxwell 25 y D. Tintorelli 6 (x) (FI). A. Alloatti 3 (x), L. Gorosterrazú 0, J. Valinotti 7, N. Lauría 15, J.M. Fernández 0, T. Monacchi 0. DT: Leonardo Gutiérrez

Quilmes 95
L. Tantos 4 (x), L. Ortiz 5 (x), M. Bolívar 25, S. Morales 10 (x) y O. Cantón 17 (x) (FI). V. Fernández 24, E. Vassirani 12 (x), M. Maciel 3 (x), A. Lecona 0, F. Arraiz 0. DT: Javier Bianchelli.

Estadio: Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas”.
Arbitros: Pablo Estévez, Julio Dinamarca y Nicolás Danna.
Parciales: 22-14, 47-37, 65-57 y 81-81.



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