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Cultura 15 de diciembre de 2018

Grandes libros, pequeños lectores

Orbis Sensualium Pictus, de Iohannes Amos Comenius, de Barcelona, de Libros del Zorro Rojo, de 2017, de 341 páginas

Por María José Troglia
Integrante de la ONG Jitanjáfora

El libro que la editorial Libros del Zorro Rojo nos invita a descubrir es una obra sorprendente, a la vez un clásico y una novedad, un libro que fue de todos y hoy sólo conocen unos pocos.

En 1658 Iohannes Comenius publica esta primera enciclopedia ilustrada para niños. Se trata de una obra didáctica cuyo principal propósito era guiar la enseñanza del latín en las escuelas. Fue popular y de lectura obligatoria en Europa hasta el Siglo XVIII. Según cuentan, su elaboración le demandó a Comenius 25 años de trabajo. Se tradujo inmediatamente a todos los idiomas, aunque vale aclarar que la primera traducción al español se realizó recién en 1992, a cargo de un equipo de investigación de la UNAM.

Muchos consideran que Orbis Sensualium Pictus (compacto, pequeño pero enorme al mismo tiempo, en apariencia simple pero repleto de sutiles complejidades, un “librito” según el autor) es el primer libro ilustrado para niños.

Contiene “imágenes y nombres de todas las cosas fundamentales en el mundo y de las actividades de la vida”. Así, explica a través de textos -en latín y en su traducción a la lengua de que se trate, en nuestro caso el español- y de imágenes -xilografías- todo aquello que constituía el mundo conocido de su tiempo: cuestiones relativas a la religión, a la vida cotidiana, conocimiento del cuerpo, de los objetos, de las relaciones entre las personas y de sus actividades, por ejemplo sus oficios, sus entretenimientos, sus artes, sus emociones.

Esta obra da cuenta del proyecto pedagógico de Comenius, que creía en la formación integral del ser humano, en el valor de la educación, en la importancia de la transmisión del conocimiento y que no dejaba de advertir la enorme potencialidad de la lectura (de textos lingüísticos y de imágenes) en esa tarea de enseñar y de aprender. Si el libro debía ser leído en la escuela porque allí era (es) donde se adquiría el conocimiento “verdadero, completo, claro y sólido”, Comenius pensaba que no tenía que ser necesariamente aburrido: en el prólogo del Orbis Pictus se pueden leer sus palabras: “no conciban la escuela como un martirio sino como algo placentero”.

El modo de diseñar la enciclopedia se parece a un viaje por el mundo, donde los sentidos se alertan y el niño se dispone a conocer a través de la observación, siempre guiado por un adulto. Recorriendo el libro el lector puede aprender a servir la mesa en un banquete (“las viandas se sirven en fuentes; los pasteles, en bandejas”), los nombres de los huesos de la mano, la diferencia entre los metales, cómo surgieron las religiones (“Todos los humanos sienten que Dios existe, pero no todos lo conocen correctamente”), concluir que “donde no se tiene vino se bebe cerveza” y saber que un trueno puede fulminarnos.

La enciclopedia concluye con una invitación más que interesante: “Prosigue ahora tú y lee con diligencia otros libros buenos…”.

La apuesta de la editorial que rescata esta obra tan valiosa incluye numerosos paratextos que ayudan a tomar dimensión de la trascendencia del libro y que ordenan la lectura, que de por sí es fragmentaria y por momentos caótica, ya que las entradas no están ordenadas alfabéticamente sino por temas.
Orbis Pictus es una invitación, un hallazgo, un aprendizaje, un testimonio.
Prosigue ahora tú…



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