por Marianela Valdivia

“Toribio tiene dos años y medio y sus papás lo quieren mucho”. Dicho esto, como para que no queden dudas, comienza el relato de la odisea que significa cuidar de un niño pequeño. No es falta de cariño, es que el tiempo de crianza es difícil, casi imposible: Toribio se despierta cada noche, la hora de la comida y la del baño son batallas perdidas para sus papás y ni siquiera hay siestas que den tregua. Así, no hay cuerpo que aguante. Un día dan con la Señora Meridiana, quien promete soluciones científicas para todos los problemas. Sin dudarlo, los papás de Toribio acuden a ella, listan los problemas, aceptan su poción mágica… Y todo cambia.

Una vez más esta autora integral propone un juego irónico y grotesco a través de diversos lenguajes que convergen en este libro álbum. Como ya es característico de su poética, Isol mantiene su paleta de colores y trazos fuera de registro creando un clima particular, utiliza las guardas para inquietar a los lectores, hace guiños permanentes a través de elementos presentes en diferentes planos y continúa la historia a pesar de explicitar el fin de la misma. Final que lejos de ser tranquilizador, deja a los lectores de todas las edades cuestionando y cuestionándose.

Imposible se inscribe en lo que podría agruparse como una serie de familias junto a Secretos de familia (FCE, 2003), El globo (FCE, 2002) y El menino (Océano, 2015). Mientras que en los primeros es la niña/hija la que observa y problematiza el mundo de los adultos, tanto en El menino como en Imposible eso se invierte y los que son observados son los niños/hijos.

Toribio por fin duerme, come bien y se baña solo… ¿está todo resuelto? ¿Se acabaron los problemas de sus papás? Imposible.