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Cultura 26 de febrero de 2021

Historias robadas: la Tienda de las Nostalgias

Singular espacio para que el amor siga siendo una aventura.

Por Fernando Tami (*)

 
Alguien me habló hace unas horas de una Tienda de Nostalgias.

Parece que existe en realidad en la ciudad, dirigida por un pirata de antaño devenido a gaucho pampeano.

La busqué sin respirar todo el día, intentando saber dónde quedaron los sueños.

Allí encontré esa semi sonrisa que me dejó el amor de una mujer. Una poción de tonta nostalgia sobre la que no duerme al costado izquierdo de la cama grande.

Alguien me dijo que en esa tienda podemos encontrar polvitos para el mal de amor. Ungüentos para desamorar a una morocha. Sahumerios para que regrese y velas cortas para que se quede. Aceites para que nos extrañe. Algún vinito salvador para el encuentro, blanco dulce. O un té para el dolor de pecho por causa de un abandono.

Hay también poemitas de amor para escribir en un papel blanco que ya no se usa. Y algunas fotos de la que queremos que venga. Hay pases mágicos para que le duela el cuello y pida a gritos nuestros masajes salvadores que terminan en una hermosa noche de amor.

Me contaron los nocturnos habitantes de la ciudad, que en esa tienda de nostalgias hay carteles de búsqueda. Hay mapas para los que se perdieron en una encrucijada. Fotos para que encuentren a los que un tren del Norte se llevo. Y varios tickets de viaje para subirse al colectivo que te lleva al barrio de la mal amada.

Camino por la ciudad, veredas mojadas por la lluvia de noviembre, sigo buscando esa tienda, alguien me dijo que hay una en cada ciudad. Trato de encontrar quien me diga dónde está.

Quiero encontrar la Tienda de Nostalgias donde quizás encuentre esa poción de Sí para mañana. Unos granos de no saber qué hacer cuando te encuentre. Una marca del beso que no nos dieron. Y una loción que nos llene de emoción, la que solo da el silencio, cuando miramos a los ojos de una mujer.
(*) Productor de espectáculos, locutor de radio, escritor.