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La Ciudad 18 de abril de 2023

La alta inflación es acompañada por una elevada dispersión de precios

La situación se manifiesta en el comportamiento de los valores de venta minorista de 23 productos alimenticios relevados en Mar del Plata por un grupo de estudio de la Universidad Fasta.

De acuerdo con un nuevo relevamiento del Observatorio Universitario de la Ciudad de la Universidad Fasta, el proceso inflacionario que experimenta la economía argentina continúa siendo acompañado por una significativa dispersión de precios, la cual se manifiesta en el comportamiento de los valores de venta minorista de 23 productos alimenticios estudiados en esta oportunidad.

Todos los artículos que integran esta canasta presentan una “alta variabilidad de precios”, aún cuando se trate de bebidas y alimentos envasados, de marcas y presentaciones idénticas.

“A pesar de que en una economía de mercado se espera que en un mismo momento un mismo producto sea ofrecido a un mismo precio, o a un precio cercano al promedio, lo cierto es que esto no siempre sucede. Este es un fenómeno que se llama dispersión y que se agudiza en contextos de alta inflación como el que viene experimentando la economía argentina”, explicó el director de Observatorio, Gabriel Coronello Aldao.

Según los últimos datos del Indec, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró en marzo de 2023 un alza del 7,7% y acumuló en el primer trimestre una variación de 21,7%. En la comparación interanual, el incremento alcanzó el 104,3%.

En este contexto el Observatorio Universitario de la Ciudad (Fasta) presentó los resultados de un nuevo relevamiento de precios de 23 artículos envasados.

Tal como lo viene realizando desde el año 2014, registró en un mismo momento los precios en 48 comercios en distintos sectores de Mar del Plata, recorriendo igual número de supermercados, despensas y minimercados.

Como resultado se determinó que además de existir grandes diferencias entre valores mínimos y valores máximos, también se registra una elevada dispersión relativa. Es decir que además de ser diversos entre sí, los precios se encuentran sumamente distantes del valor promedio.

Precios, productos y zonas

Los casos entre los que se observó la mayor dispersión relativa fueron los del yogurt (29,62%), el café instantáneo (22,97%) y la polenta (22,93%). Por el contrario, los tres artículos con precios más homogéneos fueron la gaseosa (9,39%), las salchichas (9,75%) y el dulce de leche (9,90%).

Por otra parte, al segmentar los datos por tipo de comercio se determinó que los que presentaron el mayor nivel de dispersión relativa fueron los supermercados (16,50%), luego las despensas (15,42%) y finalmente los minimercados (14,14%).

Además, al analizar el comportamiento de los precios en función de la ubicación geográfica de los comercios, se determinó que la zona con mayor dispersión es la comprendida por Juan B. Justo, Edison, Fortunato de la Plaza, Tetamantti y Champagnat, con un coeficiente de 18,56%.

Por otro lado, la zona con la menor dispersión relativa, con un coeficiente de 12,26%, es la comprendida Juan B. Justo, Italia, Alvarado, Las Heras y Peralta Ramos.

Grandes diferencias

Como parte del análisis también se determinó que la compra de los 23 artículos incluidos en la canasta podría tener un valor mínimo de $8.376 en un supermercado de la zona de Libertad y Champagnat y alcanzar un valor máximo de $10.592 en un minimercado del macrocentro, registrándose entre ambas cifras una diferencia del 26%.

Además, se estableció que si un consumidor asumiera el costo de recorrer los 48 comercios relevados para adquirir estos artículos a su menor valor, podría hacerlo a un precio mínimo de $6.452. Asimismo, se determinó que si se seleccionaran los precios más caros, la canasta podría alcanzar un valor de $13.176. No obstante, para pagar el menor precio posible, cualquier persona debería visitar 15 de los 48 comercios relevados, concurriendo a 6 supermercados, 5 minimercados y 4 despensas diferentes.

“Cuando existen elevados índices de inflación y dispersión se pierden las referencias. Por lo tanto, los comerciantes tienen dificultades para definir precios adecuados de venta y los consumidores no cuentan con información para juzgar si esos precios son razonables”, explicó Coronello Aldao.