MIRAMAR (Corresponsal).- Desde 1949, la Chacra Experimental Miramar tuvo como principal propósito promover el desarrollo sustentable de la producción de trigo, maíz, girasol, soja y otras variedades, mediante diversas prácticas y avances tecnológicos.

De esta manera, personal especializado actualmente  a cargo  del responsable Técnico y Administrativo de la institución, Leandro Pontaroli trabaja en la caracterización de los cultivares comerciales en términos sanitarios, fenológicos, agronómicos e industriales, como así también describen el ambiente en la zona de influencia donde no sólo se encuadra General Alvarado, sino también otros distritos linderos que conforman un amplio corredor productivo del sudeste bonaerense.

Recientemente, se dio a conocer la memoria técnica  2019/2020 de cultivos la cual se puede observar detalladamente en https://drive.google.com/file/d/1ku5M7umL8VclaOPf4OQ-g5VnJv7kKKn1/view?usp=sharing. Allí se observan los resultados del margen bruto de producción de trigo, maíz,  girasol y soja, ensayos y tecnologías aplicadas, como también un resumen agrometeorológico de la campaña 2019, entre otras actividades.

“Además de los márgenes de producción, tecnología y meteorología,  hacemos foco en costos de insumos y labores para esta campaña junto con posibles escenarios productivos, lo que significa diferentes niveles de rindes”, expresó ante LA CAPITAL, el administrador de la Chacra Experimental Miramar, Leandro Pontaroli.

“A eso le sumamos la red nacional de cebada cervecera, cortes de avena para verdeo y una presentación que realicé de un módulo experimental que desarrollaremos en el cual se van a contrastar diversos escenarios productivos. Entre ellos, uno agroecológico, otro convencional y también el intensificado para comparar sustentabilidad ambiental y económica. Es a mediano plazo, te diría de 4 a 6 años para ver los contrastes de diferentes sistemas de producción”, expresó el profesional.

Impacto de la pandemia

La coyuntura de pandemia y cuarentena por el Coronanavirus, limitó las actividades de la institución sólo a lo esencial y las presentaciones fueron realizadas de forma virtual.

“También teníamos una cantidad de jornadas presenciales programadas las cuales fueron todas suspendidas lógicamente por las limitaciones de recibir gente. Las tareas de campo, en cuanto a ensayos y manejo general del establecimiento se siguen desarrollando con las precauciones de higiene y seguridad recomendadas”, aclaró Pontaroli.

“Lógicamente hay cosas que no se pueden frenar como la siembra, ensayos, cosecha, aplicaciones de control de malezas y movimiento de hacienda, entre otras labores diarias”, cerró.