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Cultura 13 de diciembre de 2020

La reinvención de la ópera italiana contra las butacas vacías

Imagen cedida por el Teatro dell'Opera di Roma de la versión "cinéfila" de "El barbero de Sevilla", dirigida por Mario Martone y en la que su trama se desarrolla por todos los espacios del teatro completamente vacío. Foto: EFE.

por Gonzalo Sánchez

ROMA, Italia.- Las históricas óperas italianas, cerradas al público por la pandemia, han tenido que reinventarse para inaugurar sus temporadas, aliándose con la televisión e internet para eludir el silencio en sus tablas y llegar a las casas. Ya se sabe… a grandes males, grandes y creativos remedios.

Diciembre en Italia es el mes de la puesta de largo de los teatros líricos, que abren sus temporadas con nuevas producciones de los clásicos, de Verdi, Puccini, Rossini o Donizetti, por citar algunos, acaparando la atención de los aficionados de medio mundo.

Sin embargo, las restricciones impuestas por el coronavirus han obligado a cerrar sus puertas al público desde el pasado noviembre, algo que no ocurría desde los tiempos de la guerra.

Así, en la “nueva normalidad”, estos coliseos artísticos han ideado nuevos formatos para llegar a un público que ya no puebla sus plateas y sus palcos y que no lo hará hasta nueva orden, hasta que los contagios dejen de ser una amenaza real.

Y para ello han contado con la ayuda de la televisión y las redes sociales y apostado por la creatividad en sus propuestas.

La Ópera de Roma: acuerdos comerciales con canales europeos

La Ópera de la capital abrió su temporada el 5 de diciembre con una nueva producción de “El barbero de Sevilla” (“Il barbiere di Siviglia”, 1816) a puerta cerrada y retransmitida por la televisión pública italiana, la RAI.

La suya fue una propuesta del todo original: Rosina y el conde de Almaviva se enredaron en su romance, a espaldas del huraño Don Bartolo, en un teatro completamente vacío, llevando la trama a su platea, sus pasillos, sus escaleras, su palco real y hasta la calle.

La producción, dirigida por el cineasta Mario Martone y la batuta de Daniele Gatti, pegó a la pantalla a casi 700.000 personas, un éxito para la institución. “Es el público que tenemos en sala a lo largo de tres años”, apunta a EFE su superintendente, Carlo Fuortes.

Este es, a su juicio, “un modo de ampliar el público y atraer a muchas personas que no van a la ópera”, como los jóvenes.

La pandemia infirió una profunda cicatriz en las cuentas de la Ópera de Roma, con pérdidas en taquilla de 12 millones de euros este año (en 2019 el beneficio fue de unos 15 millones) y para salir adelante barajan llevar sus obras grabadas al extranjero.

“Estamos trabajando con la RAI para llevarlas a los canales de televisión de todo el mundo. Es un producto único y sería muy bonito. Sé que la RAI trabaja en toda Europa y también en España para llevar esta bella ópera (Il barbiere)”, reconoció Fuortes.

Roma, la ópera que vio nacer “Tosca” hace cien años, espera la vuelta del público con el año nuevo, mientras explora nuevas fórmulas, pues cree que “la pandemia no debe ser un tiempo perdido”, y no descarta la emisión de las obras maestras por internet.

La exitosa alianza de Nápoles con Facebook

Al teatro San Carlo de Nápoles, la ópera más antigua de Europa, construida en 1737 por quien a la postre sería Carlos III de España, no le ha pesado su historia centenaria para entablar una fructífera alianza con el coloso Facebook.0

El pasado 4 de diciembre inauguró su temporada con una “Cavalleria Rusticana” retransmitida por la popular red social al precio de 1,09 euros por cada entrada virtual. El resultado: 50.000 personas se hicieron con una y las visualizaciones superaron las 100.000.

“Un público como el de un estadio”, celebran desde el teatro, que el jueves repitió la fórmula con un concierto de Mozart y belcanto.

Y todo apunta a que lo digital llegó para quedarse. Su dirigente, Stéphane Lissner, ultima una plataforma virtual en la que emitirán ya desde abril sus espectáculos, además de ponencias o talleres, para complementar las irreemplazables funciones en vivo.

“Esta ópera tiene una misión pública y no debe esperar al público, sino acudir a él”, sostiene en defensa de su proyecto, financiado con dos millones de euros de fondos europeos y regionales.

Una “prima” histórica en la Scala seguida por millones de personas

Por último, la prestigiosa Scala de Milán tuvo que renunciar a su esperada apertura el 7 de diciembre por primera vez desde la II Guerra Mundial y a cambio ofreció un gran concierto a puerta cerrada por la pandemia, pero retransmitido por televisión.

El espectáculo “A riveder le stelle”, con una veintena de artistas de todo el mundo, como los tenores Plácido Domingo o Juan Diego Flórez, fue un rotundo éxito que atrapó en Italia a 2,6 millones de espectadores y otros muchos que lo siguieron por Eurovisión.

Esta propuesta sin precedentes de La Scala representa “la voluntad de un teatro de seguir en pie, de comunicarse con el mundo entero y mandar un mensaje positivo”, reconocía en declaraciones a EFE su superintendente, Dominique Meyer, al término de la función.

Próximamente este coliseo se sumará a la estrategia de recurrir a la televisión e internet para ofrecer sus conciertos, aunque lo que de verdad espera es el regreso del público, también del extranjero, de donde procede un tercio de sus espectadores cada año.

No obstante, Meyer no lanza las campanas al vuelo: “Este año hemos hecho un esfuerzo enorme, pero el que viene será más difícil cuando retomemos la actividad, pues nos costará hacer volver al público por el miedo”, sospecha.

EFE.