Lavado de activos: conceden arresto domiciliario a empresario automotor
Se trata de Mauricio Di Norcia, cuyo nombre también apareció mencionado en otras causas de renombre en el último tiempo. La Justicia Federal autorizó que deje la cárcel de Batán al considerar que padece diversos inconvenientes de salud.
La Justicia Federal concedió el arresto domiciliario al empresario automotor Mauricio Di Norcia, en el marco de una causa que se le sigue por lavado de activos.
El abogado defensor del imputado, Bernardo Palumbo, había solicitado en distintas oportunidades la medida, tras documentar que su cliente sufre distintos inconvenientes de salud que en la Unidad Penitenciaria Nº 44 de Batán en la que estaba alojado se habían agravado.
Ahora, el juez Santiago Inchausti hizo lugar al requerimiento y autorizó a que Di Norcia aguarde el desarrollo de la causa en su domicilio del barrio San José.
El nombre del empresario automotor apareció en el último tiempo en distintas causas judiciales resonantes de la ciudad. Entre otras, recibió acusaciones por integrar la “Banda del millón”, desbaratada en febrero de 2023.
El caso comenzó cuando el 28 de julio de 2022 ladrones robaron en un edificio de Moreno al 3000 y unos días después, el 1 de agosto, el grupo regresó al mismo lugar para cometer otro robo hecho.
Aunque se investiga si participaron en asaltos parecidos, solo se comprobaron dos. El siguiente fue fue en Bolívar al 3500 el 13 de noviembre y el cuarto en Rodríguez Peña al 100 el pasado 20 de enero.
La metodología era investigar la tenencia de dinero de las futuras víctimas y luego hacer copia de las llaves de los edificios, muchas veces engañando a otros vecinos.
Lo que investiga el fiscal Berlingeri son también los gastos desmedidos de los cuatro involucrados: hubo compras de vehículos de alta gama, armas de fuego, incluso una operación para la compra de una vivienda y hasta viajes a Qatar para ver el último mundial de fútbol.
Producto de eso, la Justicia Federal inició una causa para investigar el delito de “lavado de activos”. Uno de los procesados en ese marco fue Di Norcia, quien quedó detenido en la cárcel de Batán hasta ahora. Además, le trabaron un embargo por más de 100 millones de pesos.
El nombre del empresario automotor también surgió en el expediente que lleva adelante la Fiscalía General de Mar del Plata y por el que acabó preso el exjefe Departamental, José Luis Segovia. Fue cuando se presentó a declarar como testigo para desviar una investigación por el robo en el edificio Cabo Corrientes, aunque luego se confirmó que lo había hecho tras ser víctima de una extorsión realizada por al menos dos policías.
La investigación de ese asalto sufrido por un matrimonio de jubilados en diciembre de 2020, en el que dos hombres y una mujer sustrajeron 228 mil dólares y 400 mil pesos, entre otros valores, es la base principal de todo lo que en mayo último sustentó la pesquisa que ha provocado un sismo en las estructuras policiales de Mar del Plata.
Uno de los dos ladrones fue Carlos Alejandro Juárez y la mujer, su entonces novia, Julieta Palermo, ambos detenidos luego. Pero en un primer momento, con la excusa de un parecido físico con Juárez, había sido involucrado Di Norcia.
La falsa acusación a Di Norcia, según el actual expediente, fue orquestada desde la DDI Mar del Plata, cuyo jefe por entonces era Segovia. Y participaron el expolicía Christian Holktamp, quien tenía enemistad con Di Norcia por una causa en 2013 en la que éste fue condenado por encubrimiento al comerciar automóviles “mellizos”. Según Di Norcia, en aquella ocasión Holtkamp le pidió dinero para desvincularlo y como no pagó, le “armaron” una causa que terminó en una condena.
En esta maniobra para acusar falsamente a Di Norcia del robo a los jubilados, con el objeto de sacarle dinero, también estuvo involucrado según el expediente su propio defensor Lautaro Resúa. Para el fiscal General adjunto, Marcos Pagella, Di Norcia fue “rápida y deliberadamente puesto en escena para desviar la investigación” mediante un acuerdo entre Segovia, el abogado Resúa y Holtkamp.
Para hacer semejante acusación, la Justicia recogió gran cantidad de mensajes de textos, declaraciones de testigos y de otros imputados. Y principalmente estableció los vínculos personales o laborales entre todos los imputados.
Lo insólito, o desleal, es que Di Norcia no sabía que su abogado Resúa y Holtkamp -su verdugo- eran muy cercanos, a tal punto que éste ocupaba una propiedad del letrado en Playa Grande.
A pesar de que era una causa con poca prueba contra Di Norcia, menos de una semana después del robo en Cabo Corrientes se ordenaron cuatro allanamientos a domicilios vinculados a él. Los allanamientos fueron un fracaso, porque Di Norcia tenía información filtrada de la propia policía. Se cree que toda la maniobra fue para “venderle” los allanamientos y Resúa cobrar sus “honorarios”.