MIRAMAR (Corresponsal). – Con una evidente calma, después de un fin de semana triste y violento a raíz del crimen de Luciano Olivera (16), por el que está imputado el oficial de policía Maximiliano González (25) y que derivó en serios incidentes entre manifestantes y la policía, la Municipalidad y el Concejo Deliberante de Miramar, visiblemente dañados, retomaron este lunes sus actividades habituales.

El ingreso al palacio comunal se encuentra en gran parte tapiado luego de los proyectiles lanzados por quienes prefirieron la destrucción como modo de reflejar su ira tras la muerte del joven.

Las consecuencias se observan no sólo en la planta baja, sino también en las dependencias ubicadas en el primero y segundo piso, donde esta mañana temprano los responsables del área junto a empleados comenzaban a evaluar daños y acomodar el desorden.

A escasos metros, el Concejo Deliberante también refleja destrucción en los cristales del hall de ingreso y también en el propio recinto. Hacia uno de costados la secretaría del cuerpo es quizá la que más dañada quedó ya que además de los vidrios, hay marcas en el piso por fuego y en las paredes debido a lo impactos de diversos proyectiles.

“Hay que ver detalladamente cuáles son los daños y las pérdidas económicas ya que computadoras y la fotocopiadora pueden haber quedado con roturas”, expresaron desde el HCD ante la consulta de LA CAPITAL.

Los distintos bloques políticos que dan a la calle 28 también se ven vandalizados, sobre todo con la rotura de sus ventanas.

Según se informó, la Municipalidad de General Alvarado no realizó ninguna denuncia oficial por estos actos de violencia, aunque una fuente del Ejecutivo mencionó a este diario que “se le dará intervención a la Asesoría Letrada para luego evaluar los pasos a seguir”.

Lo sí dio a conocer la Fiscalía local es que existen dos causas iniciadas de oficio desde la policía por “agresiones a efectivos” y “daños a bienes de la fuerza”, entre ellos, los patrulleros.