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Opinión 5 de mayo de 2020

Que se puede hacer para salir del encierro

por Alejandro Ferro

En la medida que este nuevo virus pandémico ha avanzado sobre el planeta se ha aprendido mucho en cuanto a su transmisibilidad, fisiopatología, manifestaciones clínicas e inclusive tratamientos como la reciente aprobación para “uso de emergencia” de la droga Remdesivir la que ha mostrado beneficios modestos.

Pero por otra parte se ha podido ver el agotamiento de algunos servicios sanitarios y el alto número de fallecidos, graficado en imágenes incomparables de acumulación de cadáveres en camiones refrigerados para su disposición final en fosas comunes, en el propio territorio de los Estados Unidos.

Hasta fecha muy reciente todos estos datos eran provenientes del invierno en el hemisferio norte y poco se sabía cómo se comportaría el virus en el Hemisferio Sur.

El COVID-19 alcanzó Latinoamérica y lo que ha ocurrido en Brasil debería ser tomado muy en cuenta, por ser además este un país limítrofe con estrecha relación con la Argentina.

Desafortunadamente la evolución de la pandemia en el mencionado país podría marcar un rumbo catastrófico a nivel global en virtud de sus características poblacionales y sociales, las medidas implementadas para controlar la pandemia y su sistema sanitario que resulta incomparable con los del primer mundo.

La mortalidad por millón de habitantes en Brasil es de 33 personas, mientras que en Argentina es de 6 al día de hoy; remarcando la importancia que ha tenido la implementación precoz de la cuarentena en este país.

Pero por otra parte es concebible como lo ha dicho el propio presidente de la Nación, el hecho de que no se puede permanecer en el encierro en forma indefinida.

Reino Unido (RU), país fuertemente afectado, cuenta a la fecha con 423 muertes por millón (28.734 fallecidos) y está basando su reapertura o salida del “encierro”, en datos objetivos como que los servicios de salud mantengan la capacidad para dar respuesta, haya una sostenida caída en el número de muertes, una caída de la tasa de nuevos infectados, que no falten los equipos de protección personal (PPE) y que no reaparezcan riesgos de rebrote.

Como se puede observar estas variables no aplican para el caso Argentino, que por fortuna al día de la fecha no ha recibido un impacto pandémico grave, aunque los casos muestren un lento aumento, en particular en algunas zonas del país con trasmisión interhumana local.

Vale preguntarse en virtud que nadie tiene la “bola de cristal” si se podría conocer con algún basamento científico, si realmente va a haber un ataque pandémico en la Argentina y en Mar del Plata en particular, cuando y como será, utilizando modelos matemáticos.

En general las proyecciones inclusive las de las más importantes entidades a nivel global como la Organización Mundial de la salud (OMS) no han sido satisfactorias. Sin ir más lejos esta organización no pudo prever a tiempo que el planeta estaba sufriendo una feroz pandemia. Por su parte el prestigioso Colegio Imperial de Londres predijo 500.000 decesos para el Reino Unido y a la fecha se encuentra en un incipiente descenso de muertes alcanzando un total de 32.313.

Los Estados Unidos también han variado ampliamente los pronósticos; pero si le agrega la variable de terminar con la cuarentena las cosas cambian aún más.

Un informe muy reciente publicado en The New York Time, que fuera elaborado “solo para uso interno”, por los Centros para el control de enfermedades (CDC) y la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) hace referencia a que el número diario de muertos alcanzaría a 3.000 muertes para el 1 de junio, y que ocurrirían alrededor de 200,000 nuevos casos diariamente para esa fecha, comparada con los 25,000 casos por día que ocurren ahora.

Particularmente en esta ciudad, la Escuela Superior de Medicina de la Universidad Nacional de Mar del Plata proyectó a principio de abril 1600 casos de COVID-19 para el mes de mayo, pero un informe posterior de la misma entidad lo redujo a solo 25 para el mismo periodo.

Habiendo dicho esto, pareciera que lo más óptimo antes de hacer grandes cambios en las medidas de distanciamiento social sería esperar algunas semanas más, para ver qué ocurre en los países del primer mundo, que en estos momentos están implementado planes y programas para la reapertura, y en base a ello adoptar alguno de ellos o ninguno.

Echando mano al sentido común, apoyado en los nuevos diagnósticos efectuados en la ciudad, la cantidad de pacientes internados y el número de muertes por COVID-19 indicarían que la circulación a la fecha del virus es extremadamente baja o inexistente, seguramente debido a las medidas de distanciamiento social particularmente con la rigidez que se cumplían hace 2 semanas aproximadamente.

Siguiendo este razonamiento las autoridades de la ciudad deberían implementar de una forma controlada un plan basado en fases para ir permitiendo o reabriendo algunas actividades, cosa que por otra parte que parecería estar ocurriendo en los últimos días de facto y por ende sin el control adecuado.

Este plan debería tratarse de un proceso controlado que pudiera avanzar siempre y cuando se cumplan algunas condiciones, entre ellas:

1) La persistencia en prohibición de llegada a la ciudad de personas provenientes de otras áreas con transmisión interhumana.

2) Mantener el eje del distanciamiento social durante todo el proceso y hasta su definitiva finalización, el cual seguramente coincidirá con la llegada de la vacuna.

3) El uso adecuado del barbijo o del cubrebocas debiera -como fue propuesto- ser obligatorio para circular por la calle o efectuar cualquier actividad.

4) Implementar campaña de difusión de las medidas como el lavado de mano, el comportamiento adecuado en el transporte público o los comercios que estén funcionando etc.

5) Llevarse a cabo una intensa búsqueda y diagnóstico de casos en forma precoz utilizando las técnicas de biología molecular (PCR) basados en la libre decisión de los profesionales médicos.

6) Inmediatamente descubierto un caso, implementarse una exhaustiva búsqueda y seguimiento de todos los contactos posibles; vale mencionar esta tarea puede involucrar el trabajo de muchas personas y tiempo.

7) Particularmente los geriátricos deben convertirse en el foco de atención diario, dado que en ellos la tasa de trasmisión y mortalidad es muy alta con resultados como se han visto desvastadores. Por su parte los mayores de 60 años o aquellos con comorbilidades deberían cumplir en forma especial con las medidas de distanciamiento social en forma prolongada.

8) Los medios de transporte colectivo son otra prioridad como fuente primaria de contacto de personas en ambientes estrechos provenientes de diferentes zonas, para ello debe aumentarse su frecuencia, disminuir la cantidad de pasajeros, cumplir procedimientos permanentes de desinfección y ventilación adecuada.

9) Debiera haber una vigilancia epidemiológica con técnicas de búsqueda de anticuerpos en forma estratégica focalizada en el personal de salud, las personas en geriátricos, y también en usuarios de medios de transporte de colectivo etc. para conocer en tiempo real la modificación de la prevalencia.

Con este programa en funcionamiento las actividades que en “primer término” pudieran ser permitidas serían:

. Caminar al aire libre eventualmente de una forma controlada sea por horarios y números de documento, veredas pares e impares, dentro de determinados radios etc., siempre y cuando se cumpla el distanciamiento entre las personas y con un máximo de dos personas que sean convivientes.

. En una ciudad costera se pudiera permitir también caminar por la costa ó pescar en forma solitaria o con un conviviente.

. Proseguir y incrementar el Delivery de comidas bebidas u otras compras a domicilio.

. Apertura de pequeños comercios de rubros aún no autorizados que permitan la atención desde la vereda formando una cola o bien si se tratara de grandes superficies con un número de clientes por metros cuadrados; por ejemplo, una persona cada 4 metros cuadrados.

. Pudieran comenzar a funcionar mercados al aire libre de distintos rubros, con distanciamiento entre los puestos además de el de los clientes.

. Permitir los velatorios con un número limitado de asistentes dentro del lugar.

. Aumentar diversas actividades que puedan realizarse con turnos previos siempre y cuando respeten el distanciamiento

Luego de un periodo aproximadamente de 14 días de no modificarse los datos epidemiológicos de la ciudad pudieran permitirse reuniones sociales familiares de pocas personas siempre respetando el distanciamiento social.

En cuanto a la actividad productiva en empresas de diferente tamaño debería ser analizada en forma individual creando protocolos para protección del personal, los clientes y los proveedores, comprendiendo que la relación del trabajo con el transporte público puede ser determinante.

Finalmente y pensando en el día después, -porque va a haber un día después- se debe comprender que de la misma manera que una pandemia de gripe pudo eliminar a 50 millones de personas hace 100 años, esta pandemia de coronavirus dejará además de un número aún no definido de muertes, cambios irreversibles en las vidas de las personas, en el trabajo, los patrones de consumo, la diversión o el turismo, por ejemplo al momento de decidir tomarse unos días de vacaciones a bordo en un crucero aunque sea económico.

(*): Médico consultor especialista en Clínica Médica e Infectología. Docente universitario. Ex Secretario de Salud.