Por Félix Lencinas

Todo lo que rodea a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota tiene una mística que pocas expresiones artísticas en Argentina pueden igualar. La combinación de la música, la poética y las imágenes que conforman su obra son el combustible de una legión de personas que convirtieron todos estos elementos en parte de su identidad. Las mismas imágenes que se ven pintadas en las paredes, en tatuajes y en nuevas obras son las que tienen como autor al artista y diseñador gráfico Ricardo Cohen, mejor conocido como Rocambole. Aunque muchos lo reconocen por la banda del Indio Solari y Skay Beilinson, también ha hecho arte para muchos otros artistas nacionales (Charly García, Attaque 77, Claudio Gabis, Estelares) e internacionales (como Frank Zappa). Además, se ha dedicado a la docencia, siendo egresado de la Universidad Nacional de La Plata de la que fue docente y vicedecano.

Es por esta vocación que el pasado viernes 17 de octubre, Rocambole se presentó en la Escuela de Artes Visuales Martín A. Malharro en la previa de las jornadas “Ponele más diseño” de la carrera de Diseño Gráfico (que se realizaron el viernes 24 de octubre). Allí estuvo charlando de la nueva edición aumentada de su libro “Rocambole, arte, diseño y contracultura”, acompañado de Flavio Mammini y Lucas Lombardía.

La charla arrancó pasadas las 19 horas de la mano de Ariel Celaya, jefe de departamento de Diseño Gráfico de la institución, quien agradeció la predisposición y generosidad del artista a dar su charla en la escuela pública. Rocambole respondió agradeciendo el espacio y expresó cariño por la institución de la cual salieron muchos amigos con los que trabajó: “Siempre tuve en alta estima la historia de la Escuela Malharro, por amigos y conocidos egresados de esta escuela, que me contaban las maravillas de la escuela”. Y añadió: “Una escuela que incorpore las artes y el diseño que es la cosa que he trabajado toda la vida, así que me siento hermanado, lógicamente”.

Foto: Lea Álvarez (@defotossoy).

La imagen primitiva: un manual de uso

Como la imagen es su especialidad, empezó a dar cátedra sobre ella, hablando sobre cómo la comunicación con imágenes es algo fundamentalmente primitivo y humano. El comienzo de la cultura vino junto con las primeras herramientas que los humanos dominaron. Y aun cuando vivían en cavernas, ya creaban imágenes. “Los antropólogos y los investigadores nos han mostrado que han dejado huellas y algunas de esas huellas son imágenes –explicó Rocambole–. Entonces, empezamos a pensar que, en principio, además de las herramientas, en ese momento producían esto que llamamos imagen”.

Aparecieron en cuevas imágenes de animales que eran cazados por el alimento. En ese sentido, dijo: “Y más allá del hecho de que parezcan ritos o parezcan conjuros como para que la caza se pudiera realizar, a mí me parece que, desde esos primeros tiempos, la imagen empezó a cobrar el sentido que tendría en toda la historia. La imagen comunica. ¿Qué estaban comunicando con esas flechas clavadas? He trabajado muchas veces en diseño, ¿no es cierto? He hecho carteles, afiches, incluso algunas veces hasta manuales. Y a mí, desde el punto de vista del trabajador de la imagen, esas situaciones me parece que son manuales de caza. Están transmitiendo una idea, están transmitiendo un conocimiento. ¿A dónde tenían que clavarle los jóvenes cazadores la flecha a esos animales? Ahí está representado”.

La importancia de la imagen es lo que, según el artista, nos da algo a que aferrarnos, como una hiedra que necesita aferrarse a algo para vivir: “El ser humano construye eso a lo cual hay que aferrarse y eso podría ser esto que llamamos cultura”.

Foto: Lea Álvarez (@defotossoy).

De octubre a “Oktubre”

La imagen es fundamental como comunicación, como arte y es parte de la revolución. Las vanguardias artísticas están muy relacionadas con la Revolución rusa ocurrida en octubre de 1917.

“Los intelectuales dijeron ‘esto se acabó’, ahora el gobierno es del pueblo. Lo mismo pasó con los artistas. El arte tiene que reaccionar contra todo lo antiguo. Abajo la imagen aquella que teníamos de los artistas renombrados de la Edad Media o quizás del Renacimiento”, dijo Rocambole, y continuó explicando: “Las vanguardias artísticas quieren tomar distancia de aquello que es representación, o sea, aquello que es parecido a lo que vemos”. Dejar la imagen representativa e ir a lo abstracto, al diseño, al saber que los colores, el espacio, el tamaño influyen en las lecturas que hacemos, aun si no podemos leer.

“No creo que el mundo abandone la imagen”

“Es famoso el afiche de Rodchenko, donde hay una cuña roja sobre un círculo blanco, y lo que quiere decir es que los rojos iban a influir dentro del campo de los blancos, los conservadores –ejemplificó–. Entonces, los artistas de la revolución pensaban que tenían que tratar con una población enorme, vastísima, pero que la mayoría era iletrada, eran analfabetos. Quisieron construir un espacio de comunicación visual que fuera más allá de lo verbal”. Rocambole relaciona esto con su propia experiencia de chico, cuando no sabía leer, y su padre le leía historietas. Pero con el tiempo, los dibujos, las posturas y los gestos le permitieron hacer sus primeras lecturas.

La referencia al octubre ruso lleva a la referencia del octubre peronista. Rocambole entonces se refiere a Héctor Alfonsín, dibujante y diseñador de libros, revistas y afiches del peronismo. Fue responsable de crear los afiches de los planes quinquenales e, incluso, fue el diseñador del afiche del primer Festival de Internacional de Cine de Mar del Plata.

Los afiches y su estética son centrales, porque son una mezcla de arte con diseño. El arte tiene un fin comunicativo y el rol de los diseñadores gráficos es clave en esa instancia porque ayudan a generar lecturas, a generar sentido con un lenguaje que trasciende lo verbal, es más intuitivo.

Foto: Lea Álvarez (@defotossoy). 

“Arte, diseño y contracultura”

Rocambole cuenta que en su proceso creativo hace muchas pruebas, cambios y modificaciones, lo que lo llevó a guardar muchísimas producciones que nunca vieron la luz. Gracias a la propuesta de Flavio Mammini y Lucas Lombardía, que le golpearon la puerta una noche lluviosa, según cuentan, se hizo un proyecto de ‘crowdfunding’ para crear un libro que recopilara esas obras y bocetos. Así nació “Rocambole, arte, diseño y contracultura”, que agotó varias ediciones.

Luego, publicaron “Solos y de noche”, una historia de los recitales de Patricio Rey y su Redonditos de Ricota contadas a través de crónicas de asistentes, “Las mil y una noches de Patricio Rey” y “De regreso a Oktubre” que tiene muchas de las imágenes de la época de “Oktubre” pero que no fueron usadas. Cuando decidieron reeditar “Rocambole, arte, diseño y contracultura”, agregaron nuevas obras, haciendo de esta una edición aumentada y mejorada que reúne toda la obra del artista, hecho de tapa dura entelada, de 216 páginas. Un objeto de colección.

La batalla de las pantallas

Sobre el final de la charla, los estudiantes les hicieron preguntas a los oradores. Obviamente, muchos quisieron saber sobre Los Redondos y las anécdotas no faltaron. Rocambole contó cómo fue hacer los primeros discos de los Redondos de forma artesanal e independiente. Las tapas eran hechas a mano, cortadas e impresas con la técnica de la serigrafía. Contó que un contacto en la aduana les decía cuando se encontraba vinilo en los contenedores incautados que luego salían a remate. Era la forma que tenían de conseguir la materia prima de los discos, que solían acaparar los sellos musicales para asegurarse el control del mercado. Lito Vitale cedió sus estudios para que la banda grabara los temas. Finalmente, la Negra Poli con su valija llevaba los discos y los acercaba a las disquerías para que llegaran al público.

Cuando le consultaron sobre el mundo digital y la imagen, Rocambole habló de “la batalla de las pantallas” por las que somos acosados todo el tiempo. No obstante, advirtió que la imagen siempre va a predominar. Si bien ahora no hay disco físico, señaló que las canciones y los nuevos lanzamientos vienen acompañados de imagen. Por lo tanto, Rocambole concluyó: “No creo que el mundo abandone la imagen. Por el contrario, creo que quizás la imagen nos domine de tal manera que ya no necesitaremos pensar en el futuro”.