por Marcelo Solari

La tercera consagración de Quilmes como campeón de la Liga Provincial U19 de clubes de básquetbol tendrá una diferencia con las dos anteriores. Sucede que en 1992 y 1997, las otras veces que el “tricolor” se coronó campeón, también ganó la Liga Nacional Juvenil.

Esta vez será distinta, porque todo terminó en la instancia provincial, ya que no esta programada la competencia a nivel nacional. Sin embargo, ese detalle no minimiza en absoluto el logro obtenido por el equipo de Luro y Guido. Fue, de punta a punta, el mejor conjunto de la provincia, y lo ratificó en el Cuadrangular Final, con victorias en sus tres partidos. El entrenador Guido Lombardi analizó la conquista con LA CAPITAL:

-Podían ser campeones aún perdiendo hasta por 5 puntos pero eso nunca entró en los planes…

-No, nunca fue una opción. Nosotros veníamos a ganar el torneo. Hicimos un esfuerzo muy grande para organizarlo, muchísima gente trabajó atrás nuestro para que nosotros solo tuviéramos que enfocarnos en entrenar, en los partidos y en los rivales, así que en primer lugar se lo dedicamos a todos ellos. Lo mínimo que podíamos hacer era dejar todo y ganar el torneo de punta a punta.

-Se festejó bastante después, durante la premiación. Pero en la cancha, hubo mucho respeto hacia el rival. ¿Fue así?

-Sí, siempre tratamos de ser un equipo tanto dentro como fuera de la cancha. Hay varios chicos que también forman parte del plantel profesional de la institución, entonces, la conducta ante todo. Y el respeto por el rival, por un montón de factores: un club como Belgrano, un entrenador como Ariel Amarillo, una final y por la Liga Junior. Se merecían tanto respeto como a nosotros nos hubiera gustado en caso de que el resultado no hubiera sido favorable.

-¿Contra Belgrano jugaron el mejor partido de los tres?

-Sí, sin dudas. El primer partido, ante Unión, fue difícil jugarlo porque era ante un rival con el que nos conocemos mucho. Era el primer partido del cuadrangular para los dos equipos, había mucho nerviosismo. El segundo juego, ante Deportivo Arenal, tuvimos que afrontar la impresionante intensidad con la que juegan. De hecho, varias veces parecía que teníamos el partido para quebrarlo, y no. Se nos plantearon difíciles situaciones defensivas. Y en este último juego, también. Pero teníamos en la cabeza la determinación de salir a ganar el partido y eso nos hizo bien. El orgullo nos llevó a ganarlo.

-¿Thiago Ghietti es la nueva joya de Quilmes?

-Es un chico que se inició en la escuelita de Minibásquet, como varios de este grupo, la mayoría. Es un pibe más del club, vive acá adentro, le encanta entrenar, es buen compañero, es dedicado, se preocupa por mejorar, le invierte mucho tiempo a eso. Todavía es muy chico. No me animo a pronosticar nada. Le falta completar su formación como jugador, le falta aprender cosas, pero su dedicación es su mayor virtud. Y demostró que puede jugar en esta categoría aún dando ventaja de edad.

-¿Los jugadores del equipo profesional también marcaron diferencias?

-Sí, también. Con ellos se sigue la misma línea que marca el club. Trabajamos desde las formativas para que puedan llegar a jugar Liga Argentina o Liga Nacional, en la competencia en la que participe el equipo profesional. Hoy nos toca tener a varios chicos en el plantel, y a la vez, con la coordinación que tenemos con el cuerpo técnico de Liga, podemos hacer que entrenen con nosotros y dosificar las cargas para que lleguen sanos a las dos competencias. También es un mérito del club estar pensando en la salud de los chicos y en que puedan competir de la mejor manera.

-¿Qué fue lo mejor de este equipo campeón?

-Es un grupo de amigos. Yo tengo la suerte de haber podido dirigirlos varios años y, temporada tras temporada, fueron variando un jugador o dos, y siempre se fueron consolidando. Destaco la solidez, la defensa, la solidaridad con el otro y el juego en equipo. Eso nos hizo ganar. En dos de los tres partidos tuvimos varios jugadores con 10 o más puntos. Se pasaron la pelota y eso resultó determinante para lograr el título.