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El Mundo 19 de julio de 2023

Tras irse del acuerdo de granos, Rusia avisó que los barcos en ruta a Ucrania serán posibles blancos

El Kremlin suspendió el lunes pasado su participación en el acuerdo que permitió a Ucrania exportar casi 33 millones de toneladas de granos en el último año, al argumentar que no se cumplió un pacto firmado en paralelo para vender sus productos agrícolas, especialmente fertilizantes, afectados por las sanciones adoptadas por Occidente.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmó que su país volverá al acuerdo si se cumple la "totalidad" de lo que se firmó, pues de otro modo "ya no tiene sentido".

Rusia alertó que considerará como “posibles buques militares” a todos los navíos que se dirijan hacia Ucrania en el mar Negro y como parte del conflicto a los países a los que pertenezcan dichas embarcaciones, luego de retirarse del acuerdo que en el último año facilitó la exportación de granos bloqueados por la guerra y en medio de las denuncias de Kiev contra Moscú por atacar los lugares utilizados para acopiarlos.

“En relación con la terminación de la iniciativa del mar Negro y la reducción del corredor humanitario marítimo a partir de las 00:00 hora de Moscú del 20 de julio (18 de Argentina de hoy), todos los barcos en ruta a los puertos ucranianos en las aguas del Mar Negro serán considerados como posibles transportistas de cargamento militar”, indicó el Ministerio de Defensa en un comunicado.

El texto añadió que los países de bandera de tales cargueros se considerarán involucrados en el conflicto del lado de Ucrania.

“Varias áreas marítimas en las partes noroeste y sureste de las aguas internacionales del mar Negro fueron declaradas temporalmente peligrosas para la navegación. Se emitieron advertencias de información relevantes sobre el retiro de las garantías de seguridad para los marineros”, indicó la cartera.

El Kremlin suspendió el lunes pasado su participación en el acuerdo que permitió a Ucrania exportar casi 33 millones de toneladas de granos en el último año, al argumentar que no se cumplió un pacto firmado en paralelo para vender sus productos agrícolas, especialmente fertilizantes, afectados por las sanciones adoptadas por Occidente.

A su vez, justificó que tampoco se cumplieron algunas de las condiciones del convenio, firmado con mediación de Turquía y de la ONU, como que el alimento iba a ser destinado a los países que más lo necesitan y la reconexión de su banco agrícola, Rosselkhozbank, al sistema de pagos internacional Swift.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmó que su país volverá al acuerdo si se cumple la “totalidad” de lo que se firmó, pues de otro modo “ya no tiene sentido”.

“Consideraremos la posibilidad de reintegrarnos, con una condición: que todos los principios bajo los cuales Rusia aceptó participar en el acuerdo se tomen en cuenta y se cumplan íntegramente”, declaró el mandatario en una reunión con su gobierno.

El sector agrícola de Rusia también se enfrenta a la falta de repuestos para maquinaria e industria, así como problemas con los seguros de los barcos que exigen montos elevados por trasladar mercaderías en una zona en guerra.

Moscú exige también que vuelva a estar operativo el ducto que une la ciudad rusa de Togliatti con la ciudad portuaria ucraniana de Odesa, utilizado para la exportación de amoníaco, un componente clave de los fertilizantes.

El acuerdo del grano “fue crucial” para asegurar las exportaciones de cereal ucraniano hacia los mercados globales y ayudó a “poblaciones en necesidad”, permitiendo la rebaja en los precios en un 23% desde el pico alcanzado en marzo de 2022, según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Ucrania y Rusia producen en conjunto un tercio del trigo mundial y sus exportaciones son claves también en productos como el maíz y aceite de girasol, por lo que el bloqueo a las exportaciones por la guerra afectó la seguridad alimentaria, especialmente de países en vías de desarrollo.

En el territorio, se produjo la segunda noche consecutiva de bombardeos de la ciudad portuaria de Odesa (sur de Ucrania), de donde salen las exportaciones de grano,

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acusó a Rusia de apuntar “de manera deliberada” contra las infraestructuras utilizadas para el acopio y salida de esos alimentos, e instó a sus aliados a incrementar el suministro de sistemas de defensa antiaérea.

Según el ministerio encargado de la Reconstrucción de Ucrania, fueron alcanzados “los terminales de grano y las infraestructuras portuarias de Odesa y Chornomorsk”, causando daños en “los almacenes y los muelles del puerto de Odesa”.

El Ministerio de Agricultura, en tanto, precisó que 60.000 toneladas de granos fueron destruidos en el puerto de Chornomorsk.

Por su parte, el ejército ruso afirmó que los ataques apuntaron contra sitios militares ucranianos cerca de Odesa, incluyendo “infraestructura para combustible y depósitos de municiones”.

El pacto contribuyó a estabilizar los precios mundiales de los alimentos, por lo que la nueva situación, en la que los buques no se atreven a anclar en puertos ucranianos para cargar granos, provocó un fuerte aumento de los precios agrícolas en los mercados europeos.

El precio del trigo blando cerró con fuertes subidas el miércoles, hasta 253,75 euros por tonelada en el mercado Euronext, sumando 8,2% durante la jornada, tras la intensificación de los bombardeos rusos.

Los precios volvieron así a su nivel de principios de abril, reaccionando a la escalada del conflicto tras la suspensión del corredor marítimo para transportar cereales y la amenaza de Moscú contra cualquier barco que vaya a Ucrania.