Walter Riso: “El amor propio es tratarte como lo harías con una persona a la que amas”
El psicólogo clínico, referente en terapia cognitiva y autor superventas en Hispanoamérica habló con LA CAPITAL sobre la importancia de forjar una relación sana con uno mismo. Cómo aprender a quererse sin culpa, en una charla reveladora sobre un valor clave para el bienestar físico y mental.
Walter Riso, psicólogo clínico y doctor honoris causa en Psicología, es autor superventas de más de 30 libros de divulgación. / Foto: Antonio Navarro Wijkmark (Planeta).
Por Rocío Ibarlucía
¿Por qué nos cuesta tanto tratarnos bien? ¿De dónde viene esa voz interior que nos exige, nos compara o nos castiga? ¿Y qué pasaría si empezáramos a hablarnos como lo haríamos con alguien que amamos? Estas son algunas de las preguntas que abre “Los 7 pilares del amor propio”, el nuevo libro del destacado psicólogo y escritor Walter Riso.
Con un enfoque lúcido, accesible y riguroso, Riso propone desarmar creencias heredadas y cuestionar mandatos familiares y culturales para construir una relación más respetuosa con uno mismo. A través de una hoja de ruta práctica, el autor invita a fortalecer esa relación esencial –y muchas veces descuidada– que cada persona mantiene consigo, desde el autoconocimiento y la autocompasión hasta la capacidad de poner límites, alinear nuestras decisiones con los propios valores y reescribir la narrativa de nuestras vidas.
Walter Riso es psicólogo clínico, especialista en terapia cognitiva y tiene una maestría en bioética. Es docente en universidades españolas y latinoamericanas y autor de más de 30 libros traducidos a múltiples idiomas. Desde hace tres décadas trabaja en consultorios, aulas y medios de comunicación con el foco puesto en promover el bienestar emocional.
En esta entrevista con LA CAPITAL, a propósito de su visita a la Argentina para la presentación de su reciente libro, reflexiona sobre la importancia del amor propio como base de la salud física y mental, ofrece herramientas concretas para crianzas con más autoelogio y menos autocrítica destructiva, y se detiene en un tema clave: cómo sostener el amor de pareja sin perder la autonomía. “Si yo, para estar contigo, me tengo que anular, tú no vienes bien a mi vida”, advierte.

–¿Qué lo llevó a escribir un libro sobre el amor propio? ¿Hubo una lectura de la sociedad actual que le hiciera pensar que el amor propio es hoy una necesidad vital y urgente?
–Hoy día, las investigaciones muestran que uno de los factores más importantes es el amor propio. No es el único, pero es uno de los más importantes. El amor propio genera resiliencia con la depresión, es un factor que interviene mucho en la mejoría de los problemas de ansiedad, en las relaciones interpersonales, en aumentar el sistema inmunológico, en mejorar los problemas cardiovasculares y un montón de cosas más.
Por otro lado, el amor propio tiene mala fama. Primero, porque, generalmente, se lo confunde con egoísmo y narcisismo. Segundo, porque una persona que tenga amor propio no se va a dejar manipular fácil, sabe establecer sus límites, sabe decir no, se trata bien, trata bien a los demás, ama su humanidad, por lo tanto ama la humanidad de los otros, es una persona que tiene un pensamiento crítico. Y todas esas cosas no le gustan a la cultura. A la gente que escribe algoritmos tampoco le va a gustar, porque no es fácil manipular y manejar a una persona con amor propio. A mucha gente no le gustan las personas que piensan por sí mismas.
Qué es (y qué no es) el amor propio
–Para evitar esas confusiones del amor propio con el egoísmo y desterrar su mala fama, ¿podría definirlo y explicar en qué se diferencia de la autoestima?
–El amor propio es la percepción que tienes de ti mismo, de tu valía personal, de tu dignidad y tu respeto a ti mismo, sin considerar los factores externos. No importa los resultados, no importa si eres rico, pobre, racialmente qué sos, dónde estás. Tienes un valor intrínseco para el desarrollo de estar vivo.
La autoestima es una parte del amor propio. La autoestima es la valoración que haces de tu valía personal de acuerdo a los resultados. Entonces, si te va bien, tu autoestima sube. Si te va mal, tu autoestima baja. La autoestima, en clínica, cuando tú trabajas con pacientes, nunca la vas a encontrar alta todo el tiempo, o la mayor parte del tiempo, porque es fluctuante. A veces te va bien, a veces te va mal.
Entonces, el amor propio lo que hace es entender que tú tienes una autoaceptación incondicional independiente de los resultados. Si tú juntas las dos cosas, te vuelves muy potente, porque vas hacia las metas, luchas con la autoestima, buscando la forma de alcanzar lo que para ti sería importante, pero si no lo logras, tu valía personal no se va a ver modificada. Entonces, te vuelves muy poderoso.
“El amor propio no es egoísmo: es respeto por tu humanidad”
–¿Y cómo podemos hacer para desarrollar el amor propio sin caer en individualismo?
–Mira, eso es largo, pero hablemos de lo siguiente. Hay algunos autores que hablan de un individualismo responsable y otro individualismo irresponsable. En la posmodernidad, la idea del individualismo, obviamente, como lo plantean, no es buena. Por eso es mejor hablar de individualidad. Entonces, tú tienes que defender siempre tu individualidad. Tu individualidad no es individualismo. El individualismo es negar la existencia de otras cosas, de otras personas, de la sociedad. Pero lo individual siempre existe. Es tu singularidad, es lo que te hace especial, es lo que te hace única. Tu historia de vida, tus genes, tu identidad, tu ideología, tus valores. Entonces, esa singularidad siempre hay que defenderla.
El amor propio no tiene nada que ver con el individualismo como no tiene nada que ver con la enfermedad mental del narcisismo. Todas las pruebas muestran que lo que uno ama, si tiene amor propio, es su humanidad. Y mi humanidad es todo lo que me hace humano, desde mis ilusiones hasta mi fragilidad. Y como amo mi humanidad, entonces amo a la humanidad de otros. Por eso los resultados de las investigaciones exponen que el amor propio se correlaciona mucho con la compasión, porque si yo amo mi humanidad, tengo que amar la tuya. Y si amo la tuya, tu dolor me va a doler, porque te voy a entender. Tu alegría me va a alegrar. Entonces siempre te cuido y me cuido. Te amo y me amo. Tú entras en la ecuación porque también eres un ser humano. ¿Por qué hay que dejarte afuera? ¿Porque los otros son más importantes que vos? No, los otros no son más importantes que vos. Tú eres tan importante como los otros. Igual. Es una cuestión de democracia emocional.
Ver video de la cuenta de YouTube de Walter Riso:
–Por eso dice que el amor propio es tratarte como tratarías a otra persona querida.
–Exactamente. El amor propio es tratarte como lo harías con una persona a la que amas. Si tú estás haciendo algo y te va mal, tú te puedes decir “soy un estúpido, me equivoqué, soy un desastre”, pero tú nunca se lo dirías a una persona que amas, a un hijo o a tu pareja. ¿Por qué sí te lo puedes decir a ti mismo? Porque si tú cuidas a la otra persona que amas, ¿por qué no te lo aplicas a ti mismo?
Siempre nos ponemos en segundo lugar. Si se te cae un vaso a vos, vas a decir “qué estúpida”. Si se le cae un vaso a una amiga, vas a decirle “tranquila, no importa”. Y cuando vas a comprar un regalo para otros, compras un regalo más caro que el tuyo. Siempre estamos acostumbrados a desarrollarnos a nosotros mismos en un esquema de autosacrificio. Uno confunde sacrificio con amor. Es decir, si yo tengo que cuidar a un hijo enfermo y yo te dijera “voy a ir al hospital a sacrificarme por mi hijo”, ¿cómo suena?
–Suena terrible.
–Exacto. ¿Por qué decimos que hay que sacrificarse por amor? Si hay amor, el sacrificio sobra. Pero nos han educado con la idea de que hay que sacrificarse, hay que agradar, hay que congratular y si estamos en pareja, también hay que salvar a la pareja. Y no. Si yo, para estar contigo, me tengo que anular, pues tú no vienes bien a mi vida.
–¿Y por qué tendemos a sentirnos culpables si nos priorizamos a nosotros mismos?
–¿Sabes cuánto tiempo gasta una persona pensando en sí misma y preocupándose por sí misma? El 5 % del tiempo. Esos son los datos de la terapia de aceptación y compromiso. Nada. Entonces, si tú te preocupas por ti, tienes autocuidado. El autocuidado no es ponerse maquillaje, hacer pilates, broncearse; me refiero al autocuidado psicológico. Si te preocupas por ti mismo, te van a decir “qué creída esta persona”, es decir, es sospechosa de narcisismo porque está preocupándose mucho por sí misma. Pero, ¿por qué me tengo que preocupar mucho por lo demás y no por mí? ¿Por qué es incompatible preocuparme por mí si igual me puedo preocupar por otros?
Nos sentimos culpables porque pensamos que siempre tenemos que estar agradando, dando, y ponernos en un segundo plano. Cuando te pones en un primer plano, a la misma altura que los demás, no por encima, que es lo que hace el narcisista y el egoísta, tú te sientes culpable porque te hacen sentir que lo demás no te interesa. Y entonces, imagínate, hemos llegado a ese extremo que si yo quiero cuidarme a mí mismo, me hacen sentir mal. Es un desastre.
Cómo criar niños fuertes emocionalmente
– ¿Cómo podemos potenciar el amor propio con los más pequeños para revertir esta tendencia que recibimos nosotros en nuestra crianza?
–Primero, hacer que los niños no se castiguen. Si tú ves a un niño que se dice “soy un idiota para la matemática, no sirvo para nada, soy un bruto”, los papás no le van a decir nada, pero si el niño dice alguna mala palabra, inmediatamente el adulto reacciona. Se preocupan por las malas palabras que dice el niño, pero yo les digo: señor, señora, su hijo se estaba lacerando, se estaba dando con un martillo en la cabeza, estaba diciendo que es tonto, que es bruto, y usted no hizo nada. ¿No le impresionó eso? Debería impresionarte. Entonces, lo primero es intentar que los hijos no se traten mal. Que entiendan que el perfeccionismo no es un valor, que somos falibles, que nos podemos equivocar, y que uno no vale por no equivocarse, porque la gente que no se equivoca sería una máquina.
Segundo, hacer que el niño se felicite cuando hace bien las cosas. Eso se llama autoelogio. Y el autoelogio sirve para tú sentirte orgulloso de ti mismo porque hiciste bien las cosas. El orgullo no es un pecado, es una emoción positiva que tiene que ver con la satisfacción personal al poder alcanzar una meta, al tener un logro importante para uno. Entonces, se puede decir “qué bien que estuve, fui capaz de hacerlo, me voy a premiar, voy a comprar un helado porque lo hice bien”, como si fuera otra persona.
Tercero, enseñarle a los niños la autocrítica constructiva, que es cuando tú señalas un comportamiento y no la globalidad. Por ejemplo, “estoy comiendo mal, no es que soy un cerdo”, “me comporté como una persona torpe, no es que soy un inútil”. Enséñale a los niños que a la globalidad no hay que atacarla, sino al comportamiento aislado.
Cuarto, poner límites. A medida que el niño va creciendo, va desarrollando sus principios, cosas que son vitales, que se van convirtiendo en valores, porque esos valores no son negociables. Entonces, poner límites al niño es hacer que los respeten o alejarse de donde no lo quieran.
“Debería haber una materia que se llame Amor Propio 1, 2, 3, 4, 5, durante toda la primaria, todo el bachillerato, y después el posgrado y los postdoctorales. Siempre hay que aprender”
–¿Y estas mismas recomendaciones para la crianza de los niños también las deberíamos implementar los adultos con nosotros mismos?
–Por supuesto. Si tú te tratas mal, tienes que mirar por qué no te estás aplicando lo mismo que le das a una persona que amas. Y, en crecimiento personal, no es solamente aprender, sino desaprender, quitarte todas las irracionalidades que te han metido. Y cuando haces eso, aparece como el corazón del alcaucil, lo que realmente sos. El desaprender implica cuestionar tus aprendizajes, desobedecer esos aprendizajes que están en tu mente, una desobediencia responsable, pero desobediencia al fin. ¿Por qué le vas a hacer caso a algo que te han enseñado si ese algo te perjudica?
–¿Este proceso de desaprendizaje tiene que ver con lo que plantea respecto de reescribir la narrativa interna que tenemos de nosotros mismos?
–Ese es uno de los pilares más importantes del amor propio, que es la idea de que si a mí me dicen “Walter, cuando eras chiquito no eres una persona inteligente pero igual te queremos” y yo me trago el cuento, lo grabo en mi cabeza como un esquema, lo que voy a hacer es tender a repetirlo. Una cosa es decir “mis papás estaban equivocados” y la otra es decir, por ejemplo, que “tuve suerte”. Lo sorprendente es que elegimos la segunda, entonces nosotros mismos vamos reforzando ese esquema. Somos cómplices de la historia que nos cobija. Nosotros nos echamos un cuento y ese cuento está mediado por la memoria, y la memoria inventa muchas cosas, altera los recuerdos, tiene falsos recuerdos, tus recuerdos pueden estar contaminados, sesgados. Entonces, desafiar la narrativa es revisar la historia y no inventar cosas que no son. De pronto, si creías que nadie te quería, puedes descubrir que sí había gente que te quería. O creías que vos eras poco inteligente, pero resulta que has tenido muchas conductas que tú interpretabas como que eran suerte, que cualquiera lo podría haber hecho, y resulta que no, que eran conductas de inteligencia. Muchos pacientes se sorprenden al revisar su historia y ver que todo lo que arrastraban también ellos lo construyeron o contribuyeron a construirlo.

Walter Riso nació en Nápoles, aunque se crió en Buenos Aires y luego se trasladó a Colombia. Actualmente, reside entre Barcelona y Latinoamérica.
Los tres grandes enemigos del amor propio
–¿Cuáles son los principales enemigos del amor propio que hay que combatir?
–Uno es la autocrítica destructiva. Hay un relato budista que lo explica bien. Un alumno le cuenta a su maestro: “En el pueblo están hablando mal de ti”. El maestro le dice “pero, ¿es verdad lo que están diciendo?” y el alumno le dice que no es verdad. “¿Y es gracioso, tiene humor?, pregunta el maestro, a lo que el alumno responde que no. “¿Y es útil, le va a servir para algo?”, insiste el maestro y el alumno dice que no. “Pues entonces vete y déjame en paz”, concluye el maestro. Esas son las tres preguntas que uno tiene que hacerse cuando lo están criticando. Y cuando te estás autocriticando vos mismo también.
El segundo enemigo es el perfeccionismo, que quiere que nosotros pensemos que somos infalibles, que no cometemos errores, que no dudamos, que no somos vulnerables. Y esto es una mentira. Aceptar tu humanidad es aceptar que también vas a equivocarte. Que no tenés que ser tan duro con vos mismo.
El tercer enemigo es la comparación. Desde chiquito, uno empieza a compararse porque la comparación, al principio, sirve para poder identificar en qué te diferencias de los demás, para definir tu singularidad y tu yo, pero después, a medida que vas creciendo, si la seguís utilizando, ya la cosa no es buena, es como la imitación. Es decir, una imitación corrompe, porque te perdés a vos mismo, querés ser como aquella persona. La comparación es el problema de las redes sociales. Tú te comparas con una persona que sube una foto alterada, donde se ve maravillosamente feliz, hermosa, sin arrugas, con un novio atlético, y tú le crees y empiezas a comparar. Tú, antes te sentías inteligente, hasta que alguien hace unas cosas mágicas y empezás a sentir que no. Compararse no sirve para nada.
–¿Qué espera que le pase al lector cuando termine este libro? ¿Qué cambio le gustaría que impulse?
–El cambio que impulsa con seguridad es que te hace reflexionar y pensar en cosas que no pensabas antes. Yo creo que eso se puede lograr. Ahora, la transformación duele, el cambio no es tan fácil, pero se puede lograr si uno trabaja en ello. Entonces, lo que espero es que la gente empiece a trabajar su amor propio y empiece a darse cuenta de la importancia que tiene. A medida que va trabajando los pilares, se va a sentir poderoso y va a ver que puede hacer muchas cosas que antes no creía que podía hacer. Creo y lo que espero es que la gente tenga un cambio en relación a cómo se perciben a sí mismos. La meta sería que se pueda forjar una relación profunda y enriquecedora con uno mismo.
“El apego es una adicción sin droga”
Cómo amar al otro sin dejar de ser uno mismo
¿Cómo se sostiene una relación amorosa sin renunciar a uno mismo? ¿Hasta dónde se cede y desde dónde se cuida la propia individualidad? Para Walter Riso, la clave está en cultivar el amor propio y aprender a desapegarse para evitar renunciar a los propios principios.
Durante la charla con LA CAPITAL, el autor de “Los 7 pilares del amor propio” explica por qué es fundamental marcar límites en una relación y qué papel juega el desapego para sostener vínculos saludables sin dejarse de lado. “Marcar límites implica que no voy a negociar con mis principios ni mis valores. Uno, a medida que va metiéndose en el tema del amor propio, va descubriendo sus valores, no los que te enseñaban, sino los tuyos. Aquello que para ti es determinante porque te da una dirección en la vida. Para mí un valor mío es la libertad y el principio es la autonomía. Yo no negocio que alguien me quite autonomía, ni por amor, ni por nada”, explica el autor.
–¿Por qué es importante en el amor de pareja aprender a desapegarse?
–El apego es una adicción sin droga. Estás apegado cuando no puedes renunciar a algo o a alguien, incluso si te hace daño. No puedes vivir sin esa cosa o ese alguien. Lo que ocurre es que empiezas a expandir tu identidad y a incluir en ella un auto lujoso, una cartera Louis Vuitton, una amistad. Y entonces piensas que eres ese bolso, ese automóvil o ese amigo. Si alguien raya tu auto, te sientes atacado. Si critican a tu amigo, te ofendes. Si alguien habla mal de ti, reaccionas con dolor porque tú ya te has identificado con eso. Lo que has hecho es fragmentar tu yo.
El apego corrompe tu habilitación de negociar con los principios. Si tú estás adicta a una persona, vas a tener miedo de que esa persona te deje y vas a actuar como un yonki. Vas a empezar a hacer cualquier cosa con tal de tener la dosis de afecto o de pseudo afecto. El amor propio implica quitarse los apegos, porque si tú tienes apegos, va a ser muy difícil poder respetarte a ti mismo.
Lo más visto hoy
- 1Detuvieron a una mujer por el ataque a tiros al policía de Drogas Ilícitas « Diario La Capital de Mar del Plata
- 2Se derrumbó el techo de un kiosco y aplastó a un hombre « Diario La Capital de Mar del Plata
- 3Cayó un helicóptero en una cancha de tenis: tres heridos « Diario La Capital de Mar del Plata
- 4Agobiante: la máxima pasó los 35° y se mantiene la alerta por tormentas « Diario La Capital de Mar del Plata
- 5Policía en estado crítico tras ser baleado en la cabeza durante un operativo « Diario La Capital de Mar del Plata
