Comerciantes, taxistas, colectiveros, vecinos y trabajadores advierten que el Puerto es una de las zonas donde menos se está respetando en Mar del Plata el decreto que establece el aislamiento obligatorio.

A diferencia de lo que ocurre en el sector productivo, entre los muelles y barcos, donde el nivel de actividad es mínimo, el movimiento en la calle 12 de Octubre, corazón comercial del Puerto local, dista apenas del que podría ofrecer en condiciones normales.

El tránsito está cargado, hay largas filas en las paradas de colectivos, comercios de varios rubros no precisamente indispensables permanecen abiertos y los vecinos advierten que no hay suficientes controles policiales en la zona para garantizar el cumplimiento de la cuarentena obligatoria dispuesta por el Gobierno nacional para disminuir la propagación del coronavirus.

Si bien la industria pesquera está exceptuada de cumplir con la cuarentena, el sector productivo funciona con mínima actividad, mientras que sobre las principales calles comerciales (Edison, 12 de Octubre, Magallanes, El Cano, Acha y Padre Dutto, entre otras) la actividad, el tránsito peatonal y vehicular, y el movimiento en general es notablemente superior al del centro de Mar del Plata o bien al de Juan B. Justo, Constitución o Güemes, según constató LA CAPITAL.

Trabajadores de almacenes y kioscos confiaron su malestar por la cantidad de “personas irresponsables” que no acatan la cuarentena, “salen todo el tiempo y pasean como si nada”.  Taxistas confiaron incluso en que “salen más viajes que en el centro”.

En 12 de Octubre y Edison, epicentro del corredor comercial del Puerto, una joven que atiende el kiosco en el que además se recargan las tarjetas SUBE. “La gente no lo entiende, no puede ser; no toman conciencia y vienen igual, por compras menores; ayer vino uno a comprar diez pesos de caramelos por ejemplo, una locura”, dijo visiblemente molesta la encargada del local.

La indignación de la mujer viene a raíz de una realidad particular que expone la zona del Puerto, donde la actividad y el movimiento es llamativa y significativamente mayor al del centro y otros paseos comerciales.

“Acá estamos trabajando como si no pasara nada, como si fueran días normales. La gente viene igual, no le importa, no quiere entender. Vemos gente que circula y compra porque tiene que trabajar, pero muchos no hacen caso y pasean con una imprudencia que da bronca“, expresó la encargada.