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Deportes 22 de marzo de 2020

“El aspecto deportivo pasa absolutamente a segundo plano”

Carlos Romano, entrenador de Peñarol, dialogó con LA CAPITAL desde su aislamiento hogareño, en el marco de la pandemia por el coronavirus.

Entre documentales deportivos, alguna película y mucha música a través de YouTube, el entrenador de Peñarol, Carlos Romano, atraviesa el Aislamiento Preventivo, Solidario y Obligatorio en su domicilio particular.

“Se trata de ser responsables y, al mismo tiempo, no dejarse ganar por la ansiedad. Sabemos que esto puede durar varios días, así que lo mejor es tomárselo con calma y organizarse actividades”, expresó el coach tucumano, quien también le dedica una parte del día a ciertas actividades físicas. “Por suerte vivo en una casa y tengo espacio para moverme”, aclaró.

En ese derrotero diario se hizo un tiempo para explicarle a LA CAPITAL cómo transita este paréntesis prolongado de la Liga Nacional de Básquetbol.

“Obviamente cuando se estableció la suspensión del torneo, todos los jugadores se llevaron un plan de trabajo individual para poder desarrollar por su cuenta, aunque el plan original se modificó bastante”, indicó.

Y enseguida amplió: “El primer paso fue otorgar licencia hasta el 27 de marzo (la postergación inicial llegaba hasta el 31 de este mes), con un plan que armó para cada jugador el profe Matías (por Amodio, el preparador físico). Los exceptuados eran los cuatro extranjeros, que habían decidido quedarse, y los que se estaban recuperando de lesiones, como (Tomás) Monacchi, (Joaquín) Valinotti o (Franco) Barroso”.

El panorama cambió radicalmente a las 48 horas. “A los dos días, los extranjeros nos fueron planteando su deseo de estar en su casa, con sus familias. Y nos pareció lógico. Nos reunimos con la dirigencia para evaluar las posibilidades y decidimos liberarlos”.

Tras el comunicado inicial, la Asociación de Clubes (AdC) aplicó una extensión para la interrupción de la Liga Nacional, al menos hasta el 30 de abril. “Me parece que es una decisión correcta. Todo indica que la cosa se va a poner peor y hay que tomar precauciones. Hay que seguir la evolución porque va a cambiar semana a semana. Ojalá se resuelva pronto, pero no está a nuestro alcance. Hay dos caminos. O se reanuda o se extiende el paréntesis. Es una realidad que el aspecto deportivo pasa absolutamente a segundo plano”, señaló.

De todas maneras, consultado sobre los pasos a seguir, Romano expresó que en los próximos días volverán a reunirse con el cuerpo técnico y la dirigencia. “En esta próxima semana nos juntaremos otra vez y seguramente diagramaremos una nueva actividad para los jugadores. No sabemos cuándo podrá reanudarse la competencia, pero cuando llegue el momento, supongo que todos estaremos en igualdad de condiciones. Imagino que tendremos entre 15 y 20 días de tiempo para volver a entrenar con normalidad antes de reiniciarse la Liga”.

Desde el inicio de su tercer ciclo al frente del plantel de Peñarol, Romano apenas pudo dirigir cuatro partidos, con registro de dos victorias y dos derrotas, con promedios de 79,8 puntos a favor y 81,8 en contra (el récord del entrenador saliente, Gabriel Piccato, fue de 9-14, con 83,9 puntos a favor y 84,6 en contra).

 

La partida de los extranjeros

 
Consultado sobre si la partida de los cuatro estadounidenses era prácticamente una despedida definitiva por las dificultades que implicarían sus regresos, el entrenador fue muy gráfico. “Esta situación extraordinaria va a dejar un golpe económico inocultable. Y va a resultar determinante planificar con el manager (“Tato” Rodríguez) y los dirigentes cómo se sigue. Los juveniles tienen que entender que los vamos a necesitar involucrados a pleno desde el juego y desde lo físico, mucho más que hasta ahora. A nosotros nos queda un único recambio y vamos a ver si lo podemos utilizar o no”.

Por último, Romano interpretó que “probablemente, después de todo este proceso, la AdC tenga que dictar nuevas reglas. No lo sé. Lo conozco muy bien a Montenegro (por Gerardo, el presidente de la entidad), somos amigos, pero por sobre todo, es una persona con la que se puede dialogar, está abierto a escuchar siempre, y eso es una buena noticia”.