Entretextos: Siempre hay una primera vez, un cuento de Luis Moretti
Luis Moretti (Buenos Aires, 1968), formado profesionalmente en el área de ventas es, además, actor y director de teatro. Hace tres años decidió dedicarse a cumplir con el sueño de ser escritor. Empezó con Marcelo Di Marco, en su Taller de Corte y Corrección.

Luis Moretti.
Al día siguiente –que, otra vez y por siempre, era y sería el mismo y mismísimo y reputísimo 9 de febrero de 2025–, Pedro entró en el despacho de su jefa, cerró la puerta vidriada y no le dio tiempo a arrancar con el sermón:
—Esto es por no querer encamarme con usted. Es por eso que me está echando.
La jefa lo miró como se miran esos desperdicios de la vereda que conviene sortear:
—De verdad te creés tan importante, pelotudo. Tenés demasiada alta la autoestima. Te estoy echando por inútil, no por impotente o quedado.
Pedro sabía que eso no era cierto. Desde la noche de la cena de fin de año de la empresa, en que Raquel intentó seducirlo y él no le dio calce, ella lo trataba diferente. No aguantó sentirse rechazada.
—Basta —dijo Pedro—, ya es demasiado. Cuánto más tengo que aguantar. —Rodeó el escritorio, la agarró de la cintura y la reclinó contra el sillón. Le alzó la pollera, le arrancó la tanga y la penetró a lo perro—. Te gusta, Raquelita —le decía, dominándola del pelo como si fuera la crin de una yegua.
—Soltame, hijo de puta —dijo ella en voz baja, con la convicción de la que suplica que le sigan dando.
A Pedro no le importó que lo vieran sus boquiabiertos compañeros a través de los paneles vidriados de la oficina de esa rata, si total “mañana” volvería a ser el mismo y maldito 9 de febrero de 2025, y todo esto sería apenas un recuerdo que evocaría sólo él. Sumergido en un bucle temporal, se pensaba a sí mismo como Bill Murray en Hechizo del tiempo: cada día se repetía, en todo, al anterior. Estaba condenado a revivir una y otra vez los maltratos de su conchuda supervisora, quien terminaba por echarlo como a un imbécil —y, esta vez, por violín—. Siempre, siempre vivía Pedro el peor día de su vida, que aparentemente se repetiría ad aeternum. A veces él introducía hechos diferentes, como la presente y flagrante violación, pero nada cambiaba en lo esencial.
Y pensar que a esta guacha le está gustando, se dijo, en medio del vaivén. Ya pensaré una mejor venganza.
Sí, la única parte buena de girar en falso en ese maldito bucle era poder tomarse a diario una revancha diferente con aquella mal parida.
Al despertar a la mañana siguiente, se quedó sin aliento: ¡en la pantalla del iPhone decía 10 de febrero! Apenas atinó a levantarse de la cama, cuando la Policía entró rompiendo a patadas la puerta del departamento.
—Si bien debo hacerle estudios más complejos, Pedro —le dice el psiquiatra de la poli, semanas más tarde y echando por el costado de la boca volutas de humo—, ya puedo adelantarle que estas falsas sensaciones de bucles temporales son provocadas por situaciones extremas de estrés. No es casual que hayan empezado a pasarle justo cuando lo despidieron del trabajo. Puede tratarse de un déjà vu patológico, o también de un mecanismo de defensa que persigue tranquilizar a la persona, o sea, a usted —lo señala con la boquilla de la pipa— dándole así nuevas oportunidades.
—¿Nuevas oportunidades?
—En su mente, claro. Oportunidades de revivir las situaciones para intentar cambiar un resultado final desagradable. ¿Me entiende lo que le digo, Pedro?
Pedro entiende. Pedro entiende y asiente en silencio. Porque otra no le queda, envuelto ahora en este nuevo bucle. Ni siquiera al psiquiatra se atreve a contárselo. ¿Para qué?
Debe sobrellevar solo la nueva tortura que vive con fecha 10 de febrero de 2025, el nuevo peor día de su vida. El día en que sus compañeros de calabozo se enteran de la razón por la qué está preso y lo violan. Por primera vez.
Biografía
Luis Moretti (Buenos Aires, 1968), formado profesionalmente en el área de ventas es, además, actor y director de teatro. Hace tres años decidió dedicarse a cumplir con el sueño de ser escritor. Empezó con Marcelo Di Marco, en su Taller de Corte y Corrección. En la actualidad, continúa con su formación profesional y está corrigiendo sus trabajos con diferentes integrantes del equipo pedagógico del TCyC. Corrige una novela con Francis García Reyes, y diferentes cuentos con Marina Di Marco, Noemi Penzik y Marcelo Di Marco. Su amor por la literatura lo incentivó a crear un blog, y un canal de YouTube y de Spotify: “Noches de pluma y tinta”, dedicado a la lectura de cuentos de autores consagrados, y de escritores nóveles que quieren dar a conocer su trabajo.

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