Se develó el misterio: quiénes son los goleadores históricos del fútbol marplatense
Norberto Omar Eresuma lidera la tabla por un amplio margen. Juan Domingo Loyola es cómodo escolta y, por muy poco, el podio lo completó Marcelino Cornejo. Veintiseis futbolistas pasaron el centenar de goles en torneos de la máxima categoría. Los casos y los datos más notables en un recorrido de más de cien años.
Eresuma, adelante. Loyola levanta los brazos. La pelota en la red. El estadio San Martín. Fotomontaje.
Nota actualizada el 11/05/2024
Por Sebastián Arana y Juan Miguel Alvarez
El fútbol se valora en juego y se mide en goles suele decir el periodista Juan Pablo Varsky. Once piezas funcionan simultáneamente para ganar, pero al resultado sube lo que puede concretar sólo una de ellas.
La Liga Marplatense vio desfilar a lo largo de más de cien años notables exponentes de la preciada raza de los goleadores. Sin embargo, la falta de un registro estadístico que abarque la historia completa de los torneos oficiales disputados en esta ciudad impedía poner a cada uno en su lugar y trababa el ejercicio –discutible, pero siempre apasionante- de medir y comparar.
Esta producción apunta a llenar ese vacío. Meses de paciente recopilación en los archivos buscando los registros periodísticos de todas las épocas permitieron reconstituir la historia del gol en los torneos oficiales de la división superior de la Liga Marplatense.
Al no contar la LMF con registros propios, desaparecidas las planillas oficiales, la única fuente de consulta posible para este trabajo fueron las publicaciones de los distintos diarios.
Lamentablemente, durante algunos años, la información de las fechas de los torneos de ascenso se reducía a la mera mención de los resultados de los encuentros. En consecuencia, mucha información valiosa para el futbolero de esta ciudad se ha perdido en la noche de los tiempos.
De todos modos, el material que ha sobrevivido hasta estos días permitió recomponer con una gran fidelidad la evolución de los certámenes de la Primera A de la Liga. De aquellos que citan los historiales -las temporadas oficiales propiamente dichas- y de las Copas o torneos que la Liga organizó para vestir un poco más el raído calendario anual (llamados alternativamente Competencia, Preparación o Iniciación) o para definir clasificaciones a los viejos Regionales.
Como cualquier memorioso podría suponer, un nombre emerge claramente sobre todos los demás en el ránking de los goleadores que pisaron las canchas marplatenses. El inolvidable Norberto Omar Eresuma, con 221 goles convertidos entre 1968 y 1985 -en 1970 jugó para Chacarita Juniors y en 1983 lo hizo para Aldosivi en Primera B marcando 16 goles que no ingresan en este recuento-, lidera la tabla con comodidad y probablemente lo hará durante muchos años más.
Básicamente, dos factores lo encumbran tan por encima del resto, más allá de su enorme capacidad para convertir. Desde que San Lorenzo lo trajo desde Tandil, Mar del Plata fue su lugar en el mundo y su carrera se extendió mucho en el tiempo. Y mayormente, mientras él jugó, las temporadas se componían de los 22 partidos del torneo oficial, de cuatro o cinco más del certamen preparatorio y de las clasificaciones a Regionales que se resolvían, como mínimo, en otros tantos.
Un detalle hace aún más extraordinario el récord de Eresuma. De esos 221 goles nada más que 12 fueron de penal. Apenas un poco más del 5% de su producción total.
A 48 goles de distancia, el segundo fue el gran “compadre” futbolístico de Eresuma, el notable Juan Domingo Loyola, quien los convertía con llamativa facilidad, pero también los hacía hacer. De sus 173 tantos, 43 fueron de penal.
El registro de “Mingo”, que llegó a San Lorenzo en 1970 y se retiró en Aldosivi en 1984, es más valioso si se tiene en cuenta que se fue a jugar cuatro años a Chile en su mejor momento, entre 1975 y 1978 inclusive. De haberse quedado en Mar del Plata, quién sabe, pudo haber peleado por el “1” de este ránking histórico.
El podio se completa con uno de los jugadores más finos que pasó por estas canchas: Marcelino Cornejo. Un habilidoso excepcional que, como Loyola, podía jugar tranquilamente al lado de un centrodelantero, como hizo con Fernando Gómez o Cándido González, por ejemplo.
Nacido en Núñez, llegó a la ciudad para hacer el servicio militar y se incorporó a Quilmes, club en el que jugó entre 1952 y 1968, con 151 goles. Y sumó unos cuantos más con la camiseta del seleccionado de Mar del Plata.
La nómina de los que pasaron el centenar de goles en Primera A la completan Cristian D’Addato (148); Oscar Delarroca (146); Gastón Saiag (139); Cristian Casas (133); Alejandro Lofredo (130), el mismo que hizo 10 en un solo partido, récord absoluto en nuestro fútbol; Carlos Miori (127); Francisco Fernández (123); Sergio Vidal y Christian Otero (121); Francisco Mústico (120); Nicolás Uzquiano (119); Oscar “Macho” Bustos (117); Fernando Gómez (112); Leandro Monges (109); Jorge Zugasti (108); Claudio Casas y Jesús Collantes (106); Jorge “Pocho” Pereyra y Eric Dierckx (104); Juan Manuel Vuoso y Leonardo Barros (102); Justo Carlos Zelada (101); y Marcos Rondanina (100).
En este punto, claro, corresponden algunas aclaraciones. D’Addato, Saiag y Cristian Casas tuvieron carreras prolongadas, casi siempre en la liga doméstica. Mientras que Monges y Rondanina siguen en actividad.
Oscar Delarroca y Carlos Miori también hicieron goles en la B y, además, marcaron afuera de la ciudad. El delantero que brilló en Círculo y Aldosivi, entre otros, hizo 151 en total en la LMF. Mientras que “Bombillo” metió 145 si se suman los de la segunda categoría.
Miori, además, jugó en un nivel superior en su momento de esplendor: fue uno de los delanteros más destacados de la historia de Emelec de Ecuador (allí convirtió 73 goles) y también vistió la camiseta de América de Cali, con el que fue semifinalista de la Copa Libertadores. De quedarse aquí, era número puesto en el podio.
Lofredo y Vidal tuvieron un alto promedio de gol. El primero jugó diez temporadas y “Tato” llegó a semejante cifra en apenas siete campeonatos anuales. Por eso, esos números reflejan sólo una parte de la relación que tuvieron con la red.
Mientras que cabe destacar la presencia de dos goleadores que no jugaron habitualmente como delanteros: Christian Otero, cuya especial virtud fue su excelsa pegada en los tiros libres; y Oscar “Macho” Bustos, también letal por su remate -muy fuerte- con pelota quieta o en movimiento. Francisco Mústico, aunque centrodelantero, también era un abastecedor de lujo.
Sin goleadores de las primeras décadas
El goleador de la anterior lista que tiene la aparición más temprana en el fútbol de esta ciudad es Fernando Gómez, quien jugó su primera temporada para Quilmes en 1948. El dato es revelador.
No hay “artilleros” que sobrepasen la barrera de los 100 goles en las primeras tres décadas de la Liga Marplatense. La razón es sencilla: las temporadas eran muy reducidas.
El primer torneo de Primera A en disputarse todos contra todos a dos ruedas, con diez participantes y sobre 18 partidos fue en 1953.
En las décadas del ’10 y ‘20 los torneos se disputaban en pocos meses, con seis a nueve encuentros por equipo, en relación al número de participantes y formato de disputa.
A comienzos de los años ’30 eran nueve los equipos en Primera y, por la falta de canchas, algunos torneos se resolvieron en una única rueda. Se bajó a ocho, luego a siete y los primeros cinco torneos de la década del 40 los disputaron seis equipos a dos ruedas todos contra todos, así en Primera, Intermedia y segunda de ascenso, las tres categorías en las que se dividía el fútbol local. Total: diez partidos. Si la Liga disponía algún otro torneo –casi siempre se realizaban por eliminación directa-, el que llegaba hasta la final jugaba tres o cuatro cotejos más.
Norberto Eresuma y Oscar Delarroca fueron cinco veces los máximos goleadores de un torneo anual de LMF. Artilleros en cuatro oportunidades resultaron César Di Yorio, Juan Domingo Loyola, Sergio Vidal y Francisco Fernández.
En comparación con las cargadas temporadas de la década del ’70 o las actuales -Kimberley fue campeón en 2019 jugando 27 partidos-, en aquellos años se disputaban menos de la mitad de los encuentros.
De todos modos, de esas primeras décadas se puede destacar el poder de gol de Angel Tazza, el mismo que jugó en Boca Juniors, con 40∗ tantos para General Mitre, Saturnino Martínez (42∗, en Independiente y Aldosivi), Roberto Golfieri (49∗ en Primera y 7∗ en Intermedia, para Peñarol y Atlético Mar del Plata), Isidoro Bottá (76 en Primera y 4* en Intermedia, en Independiente y Unión), César Di Yorio (66, Quilmes), Antonio Elías (88 y 8* en Intermedia, para River y Quilmes), Jorge Blanch (81 y 1* en Intermedia, en Unión y Atlético Mar del Plata), René Lemmi (59, Kimberley) y Pascual Georgetti (66 en Primera y 60∗ en la B, para Huracán, Nación, Peñarol y Atlético Mar del Plata), entre otros.
∗ Faltan consignar partidos.
Muchos se iban
Como si fuera poco, el marplatense estaba lejos de ser un fútbol cerrado sobre sí mismo. El contacto con Buenos Aires era fluido y no fueron pocos los jugadores que emigraron al profesionalismo y terminaron destacándose. Entre ellos, varios delanteros formidables que acá dejaron su marca, pero lo mejor de sus carreras lo hicieron en el ámbito de AFA.
El caso más emblemático tal vez sea el de Cándido González, quien en Primera de la Liga Marplatense totalizó 86 goles en Racing (1947), Quilmes (1956-60) y Aldosivi (1962), pero en AFA convirtió 103 goles jugando para Huracán, Tigre, Independiente y Ferro.
Décadas después, algo muy parecido hizo Guillermo Trama, autor de 89 goles en Círculo Deportivo antes de emigrar al fútbol de AFA, donde marcó 108 tantos en Aldosivi (Nacional 74), San Martín de Mendoza, Racing, Rosario Central y Estudiantes de La Plata. Y se retiró en Círculo en 1987 marcando sus últimos dos goles en el torneo local.
También hubo muchos futbolistas que hicieron el camino inverso y llegaron a una competitiva Liga Marplatense tras destacarse en el profesionalismo. Alfredo “Lechuga” Borgnia, autor de 62 goles en Ferro y 32 en San Lorenzo de Almagro, jugó aquí una década, con casi 200 tantos entre todas las categorías. Los hizo en San Lorenzo (1952-61), principalmente, pero también para Ministerio (1962) y Argentinos del Sud (1963). Claro que en Primera A sumó 45 dianas en cuatro temporadas.
Similar fue el caso de Raúl Francisco Gutiérrez. El puntero derecho se instaló en la ciudad después de hacer 39 goles en Gimnasia y Esgrima La Plata y 14 en San Lorenzo. Disputó 15 temporadas, con 88 festejos en la máxima categoría y 145 en total. En el ámbito local jugó en Independiente (1961-63 y 68), San Lorenzo (64-66) -en ambos fue campeón-, Boca (1967), Atlético Mar del Plata (1969-72) y Los Andes (1973-75).
El puente migratorio desde la Liga Marplatense al profesionalismo se fue estrechando a lo largo de las décadas y ya a partir de los ‘90 no existen casi ejemplos de futbolistas que hayan realizado ese gran salto directamente desde la liga local. Hoy es inimaginable.
Pocos partidos, buenos promedios
Destacarse en las primeras décadas del fútbol marplatense, en consecuencia, no era una tontería. Aun jugando muchos menos partidos que sus sucesores, hubo delanteros de nota en aquellos años, con promedios goleadores formidables.
En el año de fundación de la Liga, en 1913, Francisco Portas anotó 9 goles en 6 partidos. Cinco de ellos fueron en el histórico partido inicial: un 5-3 de su equipo, Pedro Luro, ante Aldosivi.
El quilmeño César “Cañoncito” Di Yorio, el Bernabé Ferreyra de las canchas locales de los años ‘30, en 1934 marcó 23 goles en 16 encuentros. En su corta carrera -debutó en 1933 y se despidió con un par de partidos en 1940, tras haberse ausentado durante todo 1939-, tiene contabilizados 66 impactos en Primera y no hay registros de seis partidos de uno de sus momentos más prolíficos: las seis fechas iniciales del torneo de 1935.
Leonardo Serfaty alcanzó la máxima cifra de goles en un torneo oficial de LMF: 32, en 24 partidos, en 2001. Carlos Miori logró la mayor cantidad de tantos en un año calendario: 36 (28 en el Oficial y 8 en el Torneo Extra), en 1974.
Otro goleador de Quilmes, Antonio Elías, llevó a los suyos al campeonato de 1941 con 16 goles en apenas 10 encuentros. A razón de 1,6 goles por partido. Este eficaz centrodelantero marcó 88 tantos en Primera entre Quilmes y River. Y faltan registros de la gran mayoría de los cotejos que jugó en Intermedia para River.
Muchos años más tarde, Carlos Bruno, de Kimberley, hizo 24 goles en 18 partidos en 1959; y Leonardo Serfaty marcó 32 en 24 partidos, y sin patear penales, en el Banfield campeón de 2001.
Otros caminos a las tres cifras
La segmentación del fútbol de la Liga en dos o hasta tres categorías (de 1935 a 1944 y de 1956 a 1986) realza el valor de los tantos en la máxima división. Los goleadores de antaño se las veían contra los mejores arqueros y defensores del ámbito local. A mayor categoría, mejor oposición.
Esa división de categorías dejó afuera de la lista a otros grandes artilleros que no alcanzaron las tres cifras en Primera porque iniciaron o terminaron sus carreras en el ascenso.
Salvador “Tatore” Vuoso (1954-75), ídolo de Aldosivi -además vistió los colores de River y Banfield-, marcó 77 goles en la A y cerca de 200 en total. José Sebastián “Noni” Mayor (1959-76) hizo 86 en la máxima categoría y 149 sumados los de la B, siempre con la camiseta de Peñarol. Alberto “Piraña” García (1950-68), surgido en Kimberley y símbolo de Huracán, anotó 84 tantos en Primera y 137 entre todas las divisiones. Mientras que Raúl Neri (1950-61), tricampeón con River -también tuvo breves pasos por Once Unidos y San José-, logró 87 en la A y 100 en su carrera.
Los grandes del ascenso
También hubo artilleros con estadísticas notables en las divisiones de ascenso de la Liga Marplatense. El ejemplo más emblemático es Julio Rubén “Chapa” Sartorio (1954-68), quien llegó a unos doscientos goles, pero apenas 4 de ellos fueron en la división superior. Los hizo en seis clubes: Peñarol, Deportivo Norte, Nación, Once Unidos, Nueva Pompeya y Al Ver Verás.
Si bien en estos casos no se pueden dar números precisos, también superaron ampliamente el centenar de gritos Oscar Schneider (Talleres, Alvarado, Peñarol, Nación y Ministerio), Abel “Cuqui” Cardoso (Alvarado, Nación y San Isidro), Eduardo Otegui (Círculo Deportivo) y Miguel Acquafreda (General Mitre), entre otros.
Definiciones sobre los definidores
Rápidos, potentes, cabeceadores, habilidosos, pacientes, inteligentes, reboteros, con buen sentido de la ubicación, técnicos, fríos, de remates furibundos o definiciones exquisitas. Los futbolistas que superaron el centenar de goles en Primera de la LMF tenían distintas catecterísticas, pero parecida eficacia. Ex compañeros, entrenadores y rivales se encargaron de describirlos. VER VIDEO
Los goleadores de cada torneo
Desde la fundación de la Liga Marplatense de Fútbol (1913) a la actualidad se disputaron 106 torneos anuales de Primera. Tras la ardua recopilación estadística, se pudo determinar -salvo excepciones- quienes fueron los máximos artilleros de cada campeonato.
* Este trabajo no hubiera podido realizarse sin la paciencia de nuestros queridos archivistas. Horacio Froio, en el propio archivo de LA CAPITAL, Fredy Viaro y Pablo Tello, en la Hemeroteca Municipal, siempre respondieron a los requerimientos con la mejor predisposición. Tampoco se hubiera podido redondear el trabajo sin la generosidad de Julio Macías y Eduardo Bronzini, quienes pusieron a disposición sus archivos personales. Diego Berrutti colaboró en el fotomontaje de la imagen principal y Mauricio Arduin en las fotos del video.
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